Deseo sexual infantil ¿Tabú o
realidad?
Autoras:
Diana Carolina Torres Osorio (dianatorres01@gmail.com)
Jennifer Tatiana Suarez (tatianasuarez326@gmail.com)
María Alejandra Muñoz Orozco (aleja.munoz.orozco@gmail.com)
Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica
Grupo: 405 IV semestre Psicología
La
sexualidad está presente durante todo el ciclo vital del ser humano,
especialmente en la infancia es una premisa de relevante atención. Al igual que
todo desarrollo en el ser, el sexual comienza desde el nacimiento.
En el presente ensayo se analizará,
informará y discutirá el desarrollo psicosexual de los niños. Desde los
primeros años de vida, a partir de la etapa oral, etapa anal y etapa fálica que
Sigmund Freud planteó. Teniendo en cuenta las diferencias y similitudes en
cuanto a los dos sexos. Los niños desde sus primeros contactos con el mundo
empiezan a manifestar involuntariamente conductas que están en constante
proceso de transformación.
Las diferentes etapas del desarrollo
psicosexual infantil condicionan al infante hacia unas fijaciones de acuerdo a
su crecimiento, exploración y contacto con el mundo y las personas de su
entorno. Tal como se tomen estas fases de exploración, está podrá condicionar y
cambiar la conducta en un futuro, ya que todos estos actos y sus consecuencias
se almacenan en el inconsciente del infante, de esta forma entonces actuará y
tomará la sexualidad según sus actos reprimidos.
Para comprender un poco más el
comportamiento sexual, específicamente infantil. Tomamos la explicación del
capítulo “El sentido sexual de nuestros actos” del libro “¿Cómo leer a Freud? “,
se plantea que los actos involuntarios están siempre presentes en nuestro
actuar. Por medio del inconsciente, estos actos cuentan con un sentido
profundo. En los infantes, dichos actos involuntarios generan un tabú ya que no
es un tema que socialmente está completamente aceptado y comprendido. Actos que
de algún modo se consideran fallidos ya que representan a nivel psíquico un
acto ideal o una meta suprema.
Freud
afirma (con gran escandalo para la sociedad de su época) no solo que los niños
tienen instintos y deseos sexuales, si no que la comprensión de estos instintos
y deseos es fundamental para la comprensión de la vida sexual adulta y se
encuentra en el origen de numerosas patologías de carácter psíquico. Freud
entendía que estos impulsos sexuales (que denomina libido) iban mas allá del
propio acto sexual, incluye en ellos los sentimientos de satisfacción y placer
que experimentamos realizando las mas diversas actividades (y no solo el acto
sexual). Por ejemplo, el acto infantil de chupar proporcional al niño, según
Freud, satisfacer impulsos de carácter sexual. (Posada, 2003, pág. 220)
Para tener una idea mas globalizada de la
propuesta de estas etapas y sus características principales, sus fijaciones y
sus correspondientes edades, donde solo se resaltarán tres que están totalmente
designadas a la primera infancia.
La primera es la Fase oral se relaciona
con los primeros 18 meses de vida que consiste en el inicio de la exploración
sexual y satisfactoria por medio de la boca, ya que el niño se relaciona con su
entorno. Si al infante se les impide el acceso a dichos impulsos sexuales como
succionar, introducir objetos o partes de su cuerpo en su boca, se generaría un
bloqueo en su inconsciente. El cual se expresará en el transcurso de su vida.
La segunda fase se denomina etapa anal del
desarrollo psicosexual se da en niños de tres años y esta consiste en que el
niño va aprendiendo a manejar la zona anal de manera controlada y a partir de
allí el niño experimenta un placer sexual al realizar sus heces.
La tercera fase es la etapa fálica se
presenta desde los tres a los seis años, esta se caracteriza principalmente por
la aparición del complejo de Edipo, el cual se manifiesta a través de los celos
y la atracción sexual de los niños hacia la madre, en las niñas hacia el padre
y la curiosidad hacia otros. En esta etapa el infante empieza a expresar la
fijación por los genitales y por ende las zonas erógenas de el mismo y de
otros.
Estas etapas nos muestran que siempre ha
existido un vínculo entre el infante y el placer sexual en el que se
caracterizan cinco fases, la oral, anal, fálica, periodo de lactancia y la fase
genital. Por el cual constantemente en la sociedad este tema, es tomado como
tabú o como incluso un tema que no es de mencionar. ¿Por qué?, el
desconocimiento y la falta de atención a detalles con los que inevitablemente
todo ser humano pasará desde sus primeros días, hasta la adolescencia, la
adultez y la vejez.
Esto
se debe a que son actos involuntarios provenientes del inconsciente en el que
actúan de acuerdo a explorar y conocer su cuerpo en cualquier lugar, frotarse y
jugar con todas sus partes del cuerpo, tocar el cuerpo de su madre u a otras
mujeres, resolver sus dudas acerca de su cuerpo, mirar otras personas cuando
están desnudas, recrear comportamientos de pareja, hablar sobre sus partes con
malas palabras sin tener muy claro lo que significa, explorar sobre sus partes
con otras personas y querer
estar desnudos.
El
deseo sexual infantil ocurre de diferentes maneras en los niños como en las
niñas. Las niñas en la fase fálica invierten parte de sus pensamientos en fantasías,
y cuentos idealizados por ellas, teniendo presente un “ideal absoluto” llegando
a inclinar más sus gustos al niño que brinda características similares al
padre, y generan un deseo sustituto a ese ideal inalcanzable, ocasionando una
atracción al niño el cual está interesada. Mientras que el niño tiene su
atención fija y directa hacia la madre, dónde no desencadena tantas emociones a
niñas de su entorno. El deseo sexual del niño varón se desenvuelve por medio
del juego placentero.
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Referencias
Nasio, J. D. (1996). EL PLACER DE LEER A FREUD.
Barcelona, España: gedisa.
Posada, F. V. (2003). Psicología
Evolutiva y Psicología de la Educación. Barcelona: COSSETANIA.
Urrego, S. G. (2013). Una aproximación
del desarrollo psicosexual desde la perpectiva de la metapsicología
freudiana. Pensamiento Psicológico, 11(2), 157-175.
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