El presente ensayo fue realizado por los autores en el marco de la Optativa profesional llamada Psicología de las Adicciones dictada por mí en la Universidad San Buenaventura Medellín seccional Armenia, doy un gran reconocimiento a este trabajo dándolo a conocer con la autorización de los autores (año 2019-1)
EL HUMO DEL DIABLO:
DEL SUSTO A LA REALIDAD.
IMPACTO DEL BAZUCO A
NIVEL GENERAL
Tamayo, H, Osorio, A, Ramirez, A & Vega, J (24 mayo 2019). El Humo Del Diablo: Del Susto a la Realidad. Impacto del Bazuco a Nivel General [web blog post]. Recuperado https://psiquik.blogspot.com/2019/05/140-el-humo-del-diablo-del-susto-la.html
AUTORES:
Los inicios del bazuco datan para el año de 1970,
donde aparentemente llega a suplir una necesidad en el mercado de las drogas,
dado que, en ese entonces detectan que existen algunas personas que preferían
fumar cocaína y no inhalarla, debido a que, la cocaína era vista como la droga
de los ricos la cual se consumía inhalada, generaba un alto costo para el
procesamiento y era el lujo de los triunfadores de los altos estratos, de esta
forma, surge el bazuco como opción al consumidor que generaba un menor costo,
no necesitaba de laboratorios y era asequible a los estratos bajos en esa
época; a ello se le suma el crack, otra de las drogas que se deriva del proceso
de la cocaína con diferente textura, componentes químicos adicionales y formas
de consumo similar, en ocasiones se asemejan y los consumidores no logran
detectar la diferencia entre el bazuco y el crack los cuales son llamados en
esa época el lujo de los miserables. (Semana, 2017)
Sin embargo, para el
año de 1980 el bazuco aún no era muy conocido y por ende, no era perseguido en
gran medida por las autoridades judiciales, pero para el año de 1983 fue el
auge del bazuco en consumo y se dio a conocer notablemente, se empezó a
consumir masivamente en el país, había invadido todos los sectores sociales sin
medir rango de edad; en cualquier barrio de las ciudades de Colombia, había por
lo menos un expendio de Bazuco y se conocen casos aislados en donde los mismos
padres le suministraban a los niños esta droga desde los seis años; tanto fue
el apogeo, que el consumo de esta sustancia había traspasado el perímetro
urbano, y llegó hasta el campo, incluyendo a las tribus indígenas, quienes se
habían caracterizado por utilizar la coca para fines estrictamente religiosos y
culturales, pero se habían dejado atrapar por el bazuco, actuando en contra de
sus valores y principios, lo cual generó en ellos un notable deterioro
cognitivo y físico, que no se dejaba esperar, al igual que en el resto de la
población. (Semana, 2017)
Es así, como el bazuco
se convierte en una de las problemáticas fuertes al interior del país, toda vez
que, mientras las autoridades centraban su atención en combatir el narcotráfico
con el apoyo de los Estados Unidos, erradicando los cultivos a gran escala y
dejando que el verdadero problema, el bazuco, el humo del diablo como es
llamado por varios consumidores, tomara fuerza y llegara a las grandes ciudades
Medellín, Bogotá, Cali, donde la distribución de esta droga fuese lo más
sencillo posible, siendo vendida a un bajo costo y aun lo más grave, regalada
por los jíbaros a las personas para enviciarlos y lograr acaparar potenciales
víctimas a futuro. (Semana, 1983)
De
esta manera, la transformación del bazuco desde sus inicios a la actualidad
llega a convertirse en un gran encierro para el consumidor; si bien es cierto,
el bazuco surge a partir de los residuos de la cocaína mezclada con otros
componentes como: amoniaco, bicarbonato, cloroformo, éter, kerosene, entre
otros, lo cual fue calificada en su época como una sustancia que conservaba su
calidad y pureza, según lo narrado por ciertos consumidores (Semana, 1983); sin
embargo observamos como en la actualidad es adulterado con polvo de ladrillo,
harina de trigo, azúcar morena, entre otros, cantidad de sustancias que
deterioran cada vez más a las personas, llevándolas a terminar con su vida en
condiciones muy precarias (Pascale, Hynes, & Cumsille, 2014). Ahora bien,
hay personas que afirman que en varias ocasiones al bazuco le han molido hueso
de muerto, al igual que alrededor de esta sustancia se han practicado rezos y
brujerías, que según los consumidores es lo que los mantiene adheridos al
bazuco y sitio de venta y consumo. (Semana, 2017)
A lo anterior, se
evidencian estudios realizados a la sustancia (bazuco), donde se han tomado
muestras y los resultados indican que existen diversos componentes sin
identificar, pero ninguno que esté relacionado con polvo de hueso de difunto,
por ende, resulta ser un mito lo antes expuesto, debido a que, no existe
evidencia científica de que la sustancia contenga este tipo de componentes.
(Semana, 2017)
Para comienzos del año 1990, según la revista semana:
Vino el boom del bazuco, su
masificación. Llegó a atrapar a figuras como Kid Pambelé, el boxeador heroico,
y a Gómez Jattin, el poeta atormentado. Entonces arreció la persecución
policial y las campañas de salud pública con comerciales televisados donde
mostraban personas destruidas por esa droga. Sobre los terapeutas también cayó
una bomba. No tenían idea de cómo tratar a los adictos y la solución fue
aplicar los mismos esquemas usados para las otras adicciones: la abstinencia,
el encierro, los enfoques religiosos. (Semana, 2017)
Es importante
resaltar, los diversos nombres con los cuales ha sido conocido el bazuco, entre
ellos tenemos: PBC (pasta a base de cocaína), baserolo, susuki, suko, bicha, base,
carro, susto, pitillo, kete, mono, paco, entre otros. (AC, Garibotto, &
Blickman, 2006)
En
la actualidad la problemática de las drogas está afectando a un sin número de
familias las cuales han tenido que adaptarse a los cambios en sus dinámicas, a
causa de dicha situación, numerosos estudios han demostrado cómo esta
problemática social afecta la integridad de la persona a tal punto de provocar
un desequilibrio en su esfera personal, familiar, social, educativa y laboral.
De igual forma se ha estudiado desde hace varios años atrás la edad
promedio en la cual los individuos están iniciándose en el consumo de
sustancias psicoactivas, encontrando con sorpresa que cada vez es más precoz el
inicio de dicho consumo, viéndose la necesidad de iniciar programas de
prevención con niños, jóvenes y adolescentes, cada vez a edades más tempranas (Camacho
A., Gaviria. A. & Rodríguez, C., 2011).
La
despenalización de la dosis personal ha sido considerada y evaluada desde
diferentes frentes de acción, desde el año 1994 cuando el Gobierno aprobó
dicha reforma, inició otro capítulo en cuanto al consumo de drogas en Colombia,
incrementándose de manera significativa el consumo de marihuana, cocaína y
bazuco (Sent C-221, mayo /1994) (Camacho A., Gaviria. A. & Rodríguez, C., 2011).
El
consumo compulsivo de bazuco no afecta al sujeto individualmente, sino a todo
su entorno social (Correa, C., 2017). Como bien dice el autor en este fragmento
de su investigación, es una afectación que trasciende de lo personal, incluyendo
su familia y entorno en general, contribuyendo a la pérdida total del interés
por las actividades cotidianas a tal punto de vivir exclusivamente en función
del consumo de bazuco, y aún más triste cuando las investigaciones nos muestran
cómo día a día más jóvenes y adolescentes se inician en dicho consumo, algunos
como consumidores experiencia y otros como consumidores compulsión,
diferenciándose en el cuidado que cada uno tiene de sí (Correa, C., 2017).
Analizando
los índices de afectación a causa del consumo de bazuco podríamos leerlo como
un reto para los diferentes profesionales en el área, frente al planteamiento
de estrategias de abordaje para dicha problemática, que puedan contribuir en la
paliación y reducción de los altos índices de consumo, así como la recuperación
y rehabilitación en todos los campos de acción de los individuos dependientes
de dicha sustancia psicoactiva.
El
consumo de bazuco es un fenómeno social que se ha ido incrementando cada mes
más en las últimas décadas; a principios de los 70
esta sustancia empieza a recorrer las calles bisbiseando en los oídos de los consumidores
intentando cautivar y seducir, pero sólo
hasta 1983 se empieza a revelar su presencia en Colombia,
logrando atrapar cada vez más seguidores
en su garras, pero fue en 1990 en realidad donde sucedió el boom del bazuco ,
su masificación logró cautivar cada vez
más y más consumidores; aparecieron sus formas de consumo ya que existen varias:
uno de estos es el pistolo, mezcla de
bazuco y cigarrillo; el maduro combina marihuana con bazuco; el carro es una
pipa; por lo general un tubo de PVC, al que se le hace un piso de
aluminio, se le abren huecos donde se pone la ceniza y encima va el bazuco, se
consume absorbido o fumado generalmente. Gracias a sus efectos ha logrado permear todos los estratos
sociales sin distinción género, edad ni etnia,
convirtiéndose en un fenómeno social que ha infundido temor, desasosiego
generalizado; ya que no tienen idea de cómo tratar a los adictos y por tanto la solución es aplicar las mismas estrategias
usadas para las otras adicciones provenientes de otros países: la abstinencia,
el encierro, los enfoques religiosos, todo esto sin ningún resultado ya
que hacia el 2010 se vivió el nuevo auge
del bazuco; gracias a un censo elaborado en Bogotá, en el 2011, registró
9.000 habitantes de calle que día a día han ido aumentado se calcula que al 2017 pueden ser 12.000 y que alrededor de 7.000
consumen bazuco, sin contar los consumidores que no están en condición de
calle, a la fecha no existe una cifra
exacta de los consumidores de “bazuco” ni existe un tratamiento como el
acetaminofén con el que se pueda tratar
todos los consumidores, pero sí existe un panorama cada vez más desalentador frente a este fenómeno
social ya que a medida que pasan los días, meses, años este vicio del diablo
como lo llaman algunos consumidores logra llevar más gente a su infierno un
círculo vicioso que parece no tener salida.
A continuación, vendrán
diferentes posiciones frente al tema del humo del diablo para aportar teórica y
prácticamente al fenómeno que viene impactando nuestra población quindiana y de
la cual no estamos haciendo nada para ayudar y proponer estrategias de
solución.
El enganche entre el sujeto y el
“bazuco” por Nelsi Marisol Ramírez Gallego
En este apartado intentaré dilucidar
la relación biológica y psíquica que existe entre el sujeto leído desde una
postura psicoanalítica y el consumo de bazuco.
Pese a que el consumo compulsivo u ocasional del bazuco se lee como un
fenómeno social y por lo tanto existen múltiples formas de atacar dicho
fenómeno, como efecto adverso a dichas medidas se evidencia aumento acelerado
de consumo del bazuco, por lo tanto, surge la incógnita sobre si se está
leyendo correctamente dicho fenómeno “social”, o es una problemática
“individual” que conforman grupos y se ha ido masificando a nivel social.
Según la asociación colombiana de toxicología y
farmacodependencia en junio de 1983 en foro de bazuco reporta
que el consumo de esta sustancia ocupa el primer lugar en
relación a todas las demás dependencias; el motivo por el cual ocupa el
primer lugar continúa siendo un enigma sin resolver, pero la gente en las
calles trata de dar explicación a dicha génesis por lo tanto se
escucha especular, sobre que su precio es más bajo a las demás drogas y
por lo tanto es más asequible para toda la población y en especial la población
de bajos recursos. ¿Entonces solo la población de bajos recursos consume
bazuco? esta dependencia nos discrimina nivel educativo y estrato socio
económico, de acuerdo a un artículo publicado en periódico el tiempo en el año
2014 se evidencia que “según el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias
Psicoactivas en Colombia 2013, aunque la mayoría de la población consumidora de
bazuco se concentra en los estratos 1 y 2 (13.810 y 24.734 personas, respectivamente),
en el 3 ya hay motivos para alarmarse. En sus cuentas, de las 49.756 personas
que usaron esa droga el año pasado en Colombia, 6.387 pertenecen al estrato 3 y
4.825 a los estratos 4, 5 y 6” por lo tanto se puede inferir que no solo es una
dependencia de estratos socioeconómicos bajos y no influye mucho el precio ya
que pese a su bajo costo un consumidor de bazuco puede llegar a consumir hasta
100 dosis de bazuco al día dependiendo de su consumo y el nivel de dependencia.
Hablando en términos
biológicos entre los efectos que produce el bazuco en el cuerpo, se encuentra
que es un estimulante del sistema nervioso ya que después de 20 segundos de
haberse consumido la sustancia se presenta un estado de excitación, seguido de
alteraciones súbitas del estado de ánimo. El sujeto experimenta
hipervigilancia, hiperactividad, hipersexualidad. El efecto de este último puede
ser experimentado en algunos casos de manera opuesta. El apetito disminuye.
(Nuevos Rumbos, s.f.)
Minutos después el
sujeto experimenta un estado de ansiedad, acompañado de sudoración, ardor en
los ojos, palpitaciones, rigidez muscular, temblor en las extremidades y dolor
de cabeza. El consumidor crónico experimenta cambios en la percepción de los
objetos, de las situaciones y del tiempo, tiene alucinaciones ópticas y
auditivas, seguidos a una sensación de “susto” y persecución un tipo de
paranoia. (Osorio, 2012)
Seguido al
éxtasis producido por el “bazuco” se da un efecto contrario caracterizado por
un desplome que dura de 30 a 60 minutos o más durante este tiempo el consumidor
experimenta cansancio ansiedad e irritación. (Osorio, 2012). Debido a esto se
da un fenómeno como lo es la compulsión a la repetición en el consumo, pero ya
no con el mismo objetivo inicial si no con el objetivo de evitar los síntomas
que vienen como consecuencia de la reducción o ausencia del bazuco en el
cuerpo.
El consumo de
bazuco proporciona un alivio inmediato a estos síntomas y crea un ciclo de uso
para evitar los efectos resultantes no placenteros. Generalmente, mientras
mayor sea la euforia peor serán las consecuencias del desplome. El síndrome de
abstinencia, seguido del uso prolongado y extensivo de la droga, puede causar
irritación, náuseas, agitación, desordenes en el dormir, depresión aguda,
dolores musculares y una intensa ansia por la droga, presuntamente estos
efectos dan explicación al enganche desde la perspectiva biológica con el
consumo de bazuco.
Ahora es preciso abordar al sujeto desde una mirada un poco más profunda
la cual tiene que ver con su psiquismo y para esto nos adentraremos en algunas
miradas y paradigmas epistemológicos desde el psicoanálisis y también los
suscitados en el discurso de tres sujetos los cuales llamaremos JB, ER, DL, los
cuales fueron abordados pretendiendo darle explicación a dicho enganche con el
bazuco a través de su discurso en contraste con la teoría.
La noción del uso de drogas como un pseudosuicidio resulta bastante
coincidente con el discurso encontrado en el toxicómano ya que implica que el
consumidor de bazuco, de forma clara y conscientemente no desea la muerte, y
por otro lado esta consiente del daño que este mismo le implica, pero sin
embargo asume el precio; sin “importar” que este hábito le acerca progresiva e
inexorablemente a ella (la muerte) pero no en lo inmediato. Sin embargo, este
“pago” se hace a gusto ya que lo importa es el goce actual (hoy) sin importar
los costes a largo plazo (mañana). (Jara, 2016)
Y se puede evidenciar en cómo el sujeto desde su capacidad de
elaboración menciona frases y enunciados como estas:
DL “el bazuco para mi es acabar con
la vida poco a poco “
ER “el bazuco es una muerte lenta”
Tal vez por esto desde el argot popular es llamado como el vicio del
diablo como un ente “maligno” que perturba las mentes de quien lo consumen, los
atrapa y no los deja salir de allí. Por otro lado, también culturalmente
se encuentra una conexión con la postura del pseudosuicidio ya que, si se
pregunta al sujeto ER entrevistado, sobre el “susto” que siente bajo los
efectos del bazuco refiere que es tan intenso como si simbólicamente se viera
el diablo, e inmediatamente se cuestiona sobre ¿cuándo la gente ve el diablo? a
lo que responde ER “Pues cuando uno se muere”.
El consumo de bazuco se presenta hoy como una alternativa de peso para
algunos sujetos que persiguen el espejismo de un bienestar inmediato o un
rápido alivio del malestar como se evidencia en el discurso de los sujetos:
DL” el bazuco es lo que me da fuerza
para lo que se venga”
ER “con el bazuco siento que me voy a
otro mundo, donde puedo ser y hacer lo que yo quiera, pero
en mi mente, como
otro mundo diferente al que vivo; es lo único que permite alejarme y no pensar
en la vida que llevo... es mejor no despertar recuerdos que están dormidos.
La elección del consumo de drogas parece ser hecha por los sujetos en un
momento en que ha ocurrido probablemente una desestabilización fantasmática se
produce una emergencia insoportable de angustia. La droga “bazuco” puede no
haber existido para ese sujeto anteriormente, o puede haberla usado en forma
ocasional, pero ese momento puede convertir al sujeto en un adicto. La droga
tendrá una función de sustituto de la represión, intentará con ella no pensar y
a la vez separarse de aquello que lo angustia. (Luongo, L. 1995).
Por otro lado, se
encuentra en el discurso del consumidor la sensación de malestar al momento del
consumo como en:
JB “huy eso es mal muy mal, eso me
pone maluco, me hace vomitar y me hace sentir como enfermo, me duerme el
paladar, me enferma, pero entonces lo convino con la pega pa que no me haga
tanto daño. Me da como pena me escondo como pa que no me vean los niños ni la
gente que pasa”
ER: uno se siente al principio como desesperado como
asustado...jjajajajja a mí me da por buscar cosas donde no las hay y busco y
busco y siento que me van a pillar, hasta que me relajo en el viaje. Los carros
se vuelven como un mal necesario. Hay gente que dice que el bazuco los
transforma y eso es mentiras los carritos no sacan los demonios que uno no
lleva dentro.
Pero surge la pregunta cómo los
sujetos pagan para vivir un “susto” como es narrado la sensación física y
psíquica entre los consumidores, para entender un poco esto:
Es necesario recorrer el otro polo del objeto, el polo que lo vincula
con la experiencia de dolor y no con la experiencia de satisfacción; el dolor
deja también tras de sí signos, signos que Freud resume bajo la expresión de
"objeto mnemónico hostil", que configuran una huella que incita a la
descarga cuando el displacer, atravesando cierto límite, alcanza el umbral del
dolor. (Rabinovich, D. 1988)
Entonces tal vez podemos decir
que existe una dependencia física puramente biológica a la cual le apuntan los
actuales programas de rehabilitación “la abstinencia” y otro tipo de
dependencia psíquica a la cual se le resta importancia en algunos
programas centros de rehabilitación , esto podría dar respuesta al por
qué los adictos vuelven a recaer nuevamente en el consumo, se podría
inferir que es tal vez es por la falta de atención e intervención
desde el área psíquica como eje fundamental en el consumo de
bazuco.
Desde una postura
Psicoanalítica las drogas “bazuco”, tendría una función contradictoria pues por
una parte protegen, según Freud (1920), de la acción de un trauma sexual, al
provocar la sobre investidura narcisista de un órgano corporal o zona erógena,
que guarda una relación con la vía de consumo (boca, piel, órganos genitales,
etc.) la preferida por el consumidor, al tiempo que, disminuye
la baja la carga energética de
las defensas del yo , ante la
emergencia de los afectos unidos a esas experiencias
desagradables, por lo tanto la reincidencia en el consumo, asume
precisamente esa lógica, por ello la droga es en realidad, una cura momentánea:
Ya que, la persona necesita dar continuidad al síntoma, por lo
que asume la ingesta, como condición sine qua non
“condición” necesaria de relación y de evasión de ciertos
aspectos de la dinámica social, familiar y personal. (Salazar, 2010)
Es preciso
aclarar que no estamos frente a una estructura clínica particular que
psicoanálisis toma en cuenta para el diagnóstico tres estructuras: las
neurosis, las psicosis y las perversiones, esto no hace de las toxicomanías, o
más aun de las adicciones, una estructura clínica. Lo que es tomado en cuenta
es la posibilidad de que las drogas se muevan las diferentes estructuras y para
cada uno tengan una función diferente, en cada sujeto en particular. De este
modo podemos explicar un poco la existencia distintas relaciones de los sujetos
con distintas drogas, o incluso con la misma. por lo tanto, Desde el
psicoanálisis, podemos decir que no hay una "definición" de la
toxicomanía, ya que la posición analítica no implica una descripción y
clasificación de los síntomas o fenómenos que muestra el sujeto, sino que trata
de un trabajo diferente, en relación a lo que es el sujeto del inconsciente y
sus implicancias en relación al Otro. Por lo tanto, se asume que, no existe el
universal de "el drogadicto", sino el goce particular de cada sujeto
frente a su consumo.
Es por esto que en el trabajo de campo realizado se dan diferentes
miradas frente a la experiencia de consumo del bazuco de cada uno tal vez
algunas un poco más profundas que otras, pero cada uno habla desde su
subjetividad.
Según
Anzieu, Didier (2004), para Freud, la
“toxicomanía seguirá siendo
un campo inexplorado, signo de una “resistencia”, anclada en una
falla personal”, desde este lugar toda falla
es también una falta, por lo que
todo el problema del consumo parte de
ese lugar inefable que se instauró en
los códigos familiares, en el lenguaje
afectivo o lugar referencial, en el que siempre
es posible encontrar una respuesta que de un sentido no adictivo al
amor como falta, sino como construcción del otro en la
legitimidad del encuentro.
¿Y qué hay después de
renunciar al consumo de bazuco?, ¿Será que también existe una rehabilitación
neurocognitiva? por Heidy Liliana Tamayo Carvajal
Como es de conocimiento para muchos, el consumo
prolongado de sustancias psicoactivas genera en el individuo afectaciones
neuropsicológicas que conlleva a la pérdida de la memoria, la capacidad
de razonamiento, capacidad para inhibir las respuestas, la fluidez, entre
otros, funciones ejecutivas que son de vital importancia para el desempeño del
ser humano en el ámbito social, concerniente con las relaciones laborales, las
cuales vinculan todos los procesos cognitivos; y personal, el cual está
directamente relacionado con la fluidez, toma de decisiones, razonamiento,
entre otros. Afectaciones que repercuten en las relaciones y el óptimo
funcionamiento en los procesos del ser humano. (Mariño, Castro, & Torrado,
2012)
Ahora bien, existen factores sociales y psicológicos que coadyuvan
a que el individuo desarrolle adicción a una o varias sustancias psicoactivas;
sin embargo, hay autores que afirma que la genética contribuye
significativamente al desarrollo de la adicción, dado que, “algunos
polimorfismos de diversos genes nos pueden volver sensibles a la adicción o
incluso dificultar la eficiencia de los tratamientos orientados a la
rehabilitación” (Ruiz, y otros, 2010, p.536). Situación que nos pone a pensar qué es
lo que realmente tiene más prevalencia sobre el individuo, el componente
genético o los factores ambientales; para lo que algunos autores nos indican:
“debemos considerar que nuestro material genético responde a los estímulos
ambientales (epigénesis), de tal forma que condiciones ambientales inadecuadas,
v. gr. pobre cuidado maternal, puede cambiar nuestra conducta (baja respuesta
al estrés) y tornarnos vulnerables a la adicción”(Ruiz, y otros, 2010, p.536).
A su vez, otros autores se han referido al mismo tema, para lo cual[UdW1] Fuente especificada no
válida. Nos indica que:
Los factores biológicos que pueden afectar el
riesgo de una persona de convertirse en drogadicta incluyen los genes, la etapa
de desarrollo en la que se encuentra, e incluso el sexo y la raza. Los
científicos estiman que los genes — incluidos los efectos que los factores
ambientales tienen en la expresión génica de una persona (llamados epigenética)
— representan entre un 40 % y un 60 % del riesgo. (p.9)
De lo cual se infiere
que, tanto el componente genético como el ambiental, son igual de importantes
en la vida de la persona, toda vez que la relación entre los influjos genéticos
y ambientales, determinan la conducta del individuo, y en muchos casos el
resultado de esta interacción, es una mayor vulnerabilidad al consumo y
adicción a las sustancias psicoactivas.
Ahora bien, es
importante “destacar que la cocaína y los opiáceos, además de ser las drogas
más adictivas son también las más dependientes de factores heredables” (Ruiz, y
otros, 2010, p.539), lo que nos lleva a pensar que el bazuco también lo es, toda vez que es
un resultante del procesamiento químico de la cocaína, y aunque anteriormente
se mencionó que no solo el componente genético determina la conducta, vemos
como algunos autores le dan mucha relevancia al tema, al punto de entrar a
revisar cuales son las sustancias que más se relacionan con la herencia; motivo
por el cual se ve la necesidad de profundizar más adelante sobre este tema. Por
otra parte, con respecto a la adicción, se considera que incluso puede ser
mucho más fuerte con el bazuco, por la cantidad de sustancias que le mezclan
para hacerlo rendir y venderlo a tan bajo costo.
De manera que,
la adicción a este tipo de sustancia, conlleva a que sus consumidores dediquen
mucho tiempo a realizar actividades que les permita obtenerla, la consuman con
frecuencia y en cantidades superiores; para obtener el efecto deseado.
Situación que en muchas ocasiones genera que el individuo termine involucrado
en actividades de prostitución, robo o tráfico de drogas, con el objetivo de
poder adquirir esta sustancia o el dinero suficiente para comprarla (APA,
2013); actividades que son degradantes para cualquier persona, pero una vez se
está sumergido en este mundo y se gira alrededor del bazuco, no se piensa en
otra cosa diferente que no sea consumir, y se pierde el pudor a realizar
cualquier cosa.
A
continuación, se describe a grandes rasgos como actúan las drogas en el cerebro
y que consecuencias trae neurológicamente, para esto, inicialmente Fuente especificada no
válida.
nos expone qué es el cerebro y en qué consiste:
Es el órgano más complejo del cuerpo. Esta masa de
tres libras de materia gris y blanca se halla en el centro de toda la actividad
humana. [...] Regula las funciones básicas del cuerpo, nos permite interpretar
y responder a todo lo que experimentamos y moldea nuestro comportamiento […].
(p.14)
Seguido a
lo anterior, es fundamental entender cómo funciona el cerebro en el individuo,
dado que esto nos permite ir creando hipótesis de la afectación que se puede
generar en el mismo, como consecuencia del consumo de drogas, para lo cual Fuente especificada no
válida. ,
nos indique que:
[…] El cerebro
tiene miles de millones de células llamadas neuronas que están organizadas en
circuitos y redes. Cada neurona actúa como un interruptor que controla el flujo
de información […]. Distintos circuitos cerebrales son responsables de
coordinar y llevar a cabo funciones específicas. Las redes de neuronas
intercambian señales entre ellas y con otras partes del cerebro la médula
espinal y los nervios […]. (p.14-15)
Así
mismo, nos acercamos a uno de los puntos más relevantes de este apartado, el
cual tiene que ver en cómo actúan las drogas en el cerebro del ser humano y las
alteraciones que se producen como resultado del consumo, toda vez que “las
drogas interfieren con la forma en que las neuronas envían, reciben y procesan
las señales que transmiten los neurotransmisores” (NIDA, 2018, p.15), y “como consecuencia de dosis repetidas de
cocaína, los neurotransmisores que ya no son reintegrados a las células
nerviosas son degradados por el organismo. Entonces se produce su deficiencia y
con ello, la disforia posterior” (Jiménez, 2004,
p.2). Lo cual genera en el individuo sensaciones de malestar como lo
son: el nerviosismo, la depresión, y la ansiedad, que lo obligan a buscar más
droga, para extender la euforia inicial.
De manera que, ya hemos explicado cómo se
da el funcionamiento neurológico en el individuo y las afectaciones que se
generan producto del consumo de drogas, sin embargo, aún nos queda una pregunta
por resolver, y es ¿será que existe rehabilitación neurocognitiva, una vez se
renuncia al consumo de bazuco?, la respuesta es muy alentadora, dado que sí
existe esta rehabilitación neurocognitiva en el adicto, sin embargo es
importante mencionar que esto ocurre siempre y cuando la rehabilitación
neurocognitiva sea incluida en el tratamiento que se le suministra al
consumidor, el cual debe ir enfocado sobre todo en los “subcomponentes de las
funciones ejecutivas, tales como planeación, inhibición, cálculo de riesgo-beneficio,
flexibilidad cognitiva, toma de decisiones, con el fin de reforzar estas
habilidades y permitir al sujeto alcanzar un mayor control autónomo de su
comportamiento” (Castro, Vargas, Chima, Zapata,
& Klimenko 2017, p.18), lo que resulta ser muy util e interesante dado que,
al mejorar el funcionamiento cognitivo de los consumidores, hay un mayor
aprovechamiento del tratamiento y a su vez la prevencion de posibles recaidas. (Castro, Vargas, Chima, Zapata, &
Klimenko, 2017) .
A continuación se
describe entrevista realizada al señor C.O, quien viene realizando un proceso
de rehabilitación hace trece años aproximadamente, tiempo en el cual ha tenido
varias recaídas, sin embargo aún continua en el proceso y a la fecha lleva
cinco años sin consumir ningún tipo de sustancias, incluyendo el alcohol; Por
lo cuál nos va a narrar como ha sido su
proceso de rehabilitación y cuales han sido los cambios neurocognitivos que ha
percibido en él, durante y después del consumo de bazuco.
Al dar inicio a la
entrevista, se empieza indagando un poco acerca de los antecedentes familiares
y factores ambientales que pudieron desencadenar la adicción al bazuco, para lo
cual el entrevistado indica que la primera vez que se drogo fue a la edad de
nueve años con sacol, un año despues empezo a consumir marihuana, seguido del
alcohol y perico; ya a la edad de diecinueve años consumia bazuco y heroína
casi que al tiempo, lo cual generaba en él muchas más afectaciones fisicas y
psicologicas, de las que aún le quedan secuelas.
Ahora bien, en cuanto
a la relación con su familia y hermanos, refiere que ha sido muy buena y que no
hay antecedentes de consumo diferente al suyo, sin embargo, cuando se le indaga
mas acerca del papá, indica que falleció cuando él tenia cuatro años, y aunque
no es un orgullo para él tener que decirlo, su padre era narcotraficante
miembro del cartel de Medellín, no obstante cuando se le pregunta si su padre
también era consumidor, responde que de acuerdo a lo que le han dicho personas
cercanas a él, la única sustancia que consumía era la marihuana de manera
ocasional, así mismo, menciona que también un primo y dos hermanos por parte de
su padre consumen sustancias, pero las pueden controlar sin mayor
inconveniente, a diferencia de él, que padece un problema serio de adicción al
alcohol y el bazuco.
Al explorar más
acerca de su proceso de rehabilitación y de que tan efectivo ha resultado ser
el tratamiento para reunciar al consumo del bazuco, el entrevistado indica que
cuando él inicio su tratamiento en comunidad terapeutica, las terapias que se
utilizaban en estos centros eran desde lo cognitivo conductual, en donde se
manejaba la terapia de choque y se vivia como en un regimen militar, sin tener
en cuenta que era lo que realmente la persona sentía en ese momento y por todo
lo que estaba atravesando; cuando se le habla acerca de la rehabilitacion
neurocognitiva, manifiesta que en estos sitios no habia tiempo para eso, que lo
unico que les interesaba era que no consumieran. Sin embargo, resalta que les
hacian mucho enfasis en trabajar en su proyecto de vida y en alcanzar aquellos
logros propuestos, lo cual resultaba ser muy beneficioso para reincorporarsen de
nuevo a la sociedad.
No obstante, el
entrevistado afirma no haber realizado un proceso de rehabilitacion integral,
hasta que no llega al programa los doce pasos, que tiene como objetivo lograr
que la persona no consuma hoy, a partir de doce pasos que se trabajan entre
todos teniendo en cuenta la parte espiritual, que no se relaciona con ninguna
religión, pero que si les da la fortaleza para sostenersen en este proceso.
En cuanto a la
rehabilitacion neurocognitiva, indica que hay funciones ejecutivas que van mejorando a medida que transcurre el
tiempo sin consumir esta sustancia, sin embargo considera que siempre van a
quedar secuelas de este consumo, y en su caso lo ve reflejado en sus procesos
atencionales, de memoria, planificación, entre otros.
Es de aclarar que, aunque el señor CO lleva cinco años sin
consumir, sigue en proceso y tiene un padrino ex adicto, que esta pendiente de
él y lo acompaña en esta lucha constante, como él mismo lo indica.
De este modo, recordemos que, al inicio de
este apartado se mencionó que algunos autores afirmaban la existencia de una
relación entre los factores heredables y la adicción a ciertas sustancia como
por ejemplo, la cocaína y por consiguiente el bazuco, por ser un resultado del
procesamiento de la cocaína, para lo cual se realizó la entrevista a dos
personas, con el fin de contrastar las investigaciones que se han realizado al
respecto, con historias de vida narradas por ellos mismos, las cuales aún se
encuentran sumergidas en el humo del bazuco, y aunque uno de ellos ha intentado
en varias ocasiones renunciar al consumo de esta sustancia y volver a estar con
su familia, pero no ha sido posible.
Los entrevistados reciben el nombre de JB y
DL, el primero indica que, inicio a consumir sacol a la edad de nueve años y
bazuco a la edad de dieciséis años, cuando se le pregunta ¿en lo familiar que
problema le ha generado este consumo?, responde “mi mamá, porque ella fue
drogadicta, hace muuuuchos años y actualmente consume sacol”. Al darnos cuenta
que aunque la información que nos había dado era valiosa, pero no contestaba a
la pregunta que le estábamos haciendo, quisimos indagar mucho más acerca de su
familia, en especial de sus hermanos, dado que era relevante saber si todos
eran consumidores y criados en el mismo contexto, a lo cual el responde, “tengo
una hermana que es comandante de la policía, la otra está en Bogotá y trabaja
como enfermera, mi otro hermano está en Pradera Valle vendiendo mariguana y la
otra está en el Santafé tiene doce años y vende droga”. Respuesta que aún era
incompleta, dado que era necesario saber en qué contexto vivieron y hasta que
momento estuvieron juntos, lo cual resultó ser un poco complicado, dado que es
notable la molestia que se le genera al entrevistado, en el momento que se
trata de seguir indagando al respecto, en especial por las hermanas que se
encuentran en otra ciudad. Finalmente responde “no hablo con ellas, y una tía
de ellas que estaba en España les mandaba plata, yo no sé de ellas y tampoco me
importa, pueden hacer lo que quieran”.
Teniendo en cuenta la información
entregada por Jhon Breiner, nos atrevemos a decir que estas dos hermanas tienen
características particulares, que están directamente relacionadas con el
entorno familiar en el que se criaron, dado que fue una red de apoyo que les
permitió salir adelante y no seguir los mismos pasos de sus hermanos; en el
caso del entrevistado, es normal que sienta molestia pues como es evidente
estas dos hermanas tuvieron una oportunidad diferente a la de él, y no existe
una ayuda o apoyo por parte de ellas hacia él o su mamá.
Lo anterior, nos lleva a concluir que, si
bien es cierto, existe un factor heredable de consumo por parte de la mamá, es
inevitable explicar que el ambiente en el cual se desarrolla el individuo es
más importante, dado que para que se genere una conducta de consumo en el
mismo, es necesario que ese factor heredable interactúe con un ambiente
amenazante en el cual este expuesto a situaciones de consumo, violencia,
maltrato, abuso, entre otros. Información que termina siendo soportada a partir
del testimonio de vida de JB AM
Afectación del consumo de bazuco en las esferas del
funcionamiento del individuo por Alba Yasmin Osorio Mejía
El consumo de drogas ilícitas afecta un número
significativo de familias a nivel nacional, generando problemáticas
considerables tanto al consumidor directo como a sus familiares más cercanos,
surgiendo de esta manera una problemática considerable con repercusiones en la
salud pública y social. (Reporte de drogas en Colombia, (2015). Entre los factores predisponentes al consumo
de SPA encontramos: factores de riesgo genético, factores de riesgo de
trasmisión familiar, factores de riesgo individuales, factores de riesgo
socioculturales y factores de riesgo psicosociales. Vargas D. (2001).
Los
factores socioculturales ejercen una influencia importante en la decisión de
cada individuo frente al consumo de SPA, el grupo de pares proporcionan
información significativa que influye en dicha decisión. De igual forma el contexto en el cual se ven
inmersos los sujetos, influye de manera considerable en la decisión y edad de
inicio de consumo.
El
bazuco o pasta de coca comúnmente es más frecuente observar su prevalencia en
los estratos socioeconómicos 1,2 y 3 (Carlos E.
Climent, M.D.1, Lida V. de Aragón, Enf. 1995), lo que nos indica
que un número significativo de familias vulnerables están cada vez más expuesta
al fenómeno de consumo de drogas, sin dejar de analizar el impacto que también
se está generando en otros estratos socioeconómicos donde el consumo del bazuco
tiene cifras considerables.
El efecto del consumo de bazuco
permea cada una de las esferas del funcionamiento del adicto a dicha sustancia,
generándoles dificultades considerables inicialmente con su familia quienes lo
acompañan en gran parte del proceso de la adicción, ya que se ha comprobado a
través de importantes estudios que una vez el individuo inicia el consumo de
bazuco se necesita un acompañamiento especializado, en la mayoría de los casos
el sujeto pierde el interés por muchas de las actividades que antes de la
adicción realizaba regularmente.
Para
apoyar lo anteriormente dicho, se procedió a realizar un trabajo de campo cuya
finalidad es obtener testimonio de vida de algunas personas que han tenido
contacto directo con el bazuco; donde podamos analizar claramente la afectación
que dicha sustancia genera en las diferentes esferas de interacción en el ser
humano.
En el
ejercicio se logró contactar con dos sujetos, ambos iniciaron el consumo en la
etapa de la adolescencia, antecedido por el consumo de otro tipo de
alucinógeno, en ambos casos se pudo identificar que provienen de familias
disfuncionales, con una dinámica inadecuada, percibiéndose la interacción como
un factor de riesgo, permeada por el alcoholismo, el maltrato físico y verbal,
el consumo de SPA, la vulneración de los derechos, la exposición a los riegos
sociales en diferentes contextos con escasa supervisión de sus progenitores.
En nuestra primera entrevista nos contactamos
con DL proveniente del Departamento de Antioquia, tiene 30 años e inició su consumo
de bazuco alrededor de los 16 años; a
quien le preguntamos por la afectación en sus diferentes esferas del
funcionamiento, a lo cual responde con llanto, resumiendo su respuesta “El
bazuco acabo mi vida” inicia argumentando que inicialmente tenía sueños y metas
por cumplir, pero que desafortunadamente esto se reduce a nada, perdió su
familia primaria, también a su esposa y a sus dos hijos, actualmente se
encuentra en el Departamento del Quindío debido a varios conflictos que lo
hicieron emigrar de su Departamento natal.
Se encuentra trabajando en el sector
agropecuario, recolectando café en unas de las fincas del Departamento, allí
obtiene ingresos, pero según el discurso de él; estos ingresos son para
sostener su consumo, dado que no cuenta con un lugar digno donde pasar sus días
de descanso, es decir que los fines de semana se queda donde encuentre un
techo, en muchas ocasiones pasa la noche en la intemperie en un andén de uno de
nuestros municipios. Manifiesta que en
muchas ocasiones ha sido discriminado en algunos empleos a causa del consumo de
bazuco, terminó sus estudios de bachillerato, es técnico en panadería y
heladería, considera que ha perdido oportunidades laborales y en varias
ocasiones se ha sentido rechazado por la sociedad.
Al interactuar
con DL podríamos deducir que es un joven con deseos de retomar su vida, de hecho,
ha intentado dejar el consumo de sustancias sin éxito, pero en su discurso se
observa deseos de superación, con intención de recuperar su familia y sus
hijos.
Nuestro segundo entrevistado es el joven
JB Acevedo Moreno quien inicio el consumo de bazuco a los 16 años, aunque antes
ya había tenido contacto con las sustancias psicoactivas, inhalado sacol,
aproximadamente desde la edad de 9 años.
Igualmente, en este caso se observa una dinámica familiar inadecuada,
escasas redes de apoyo, considerándose a su familia como un factor de riesgo,
dado que su progenitora ha sido consumidora de sustancias durante mucho tiempo.
Es un caso donde evidentemente la afectación ha sido considerable, dado que,
tanto él como su progenitora se encuentra en condición de habitantes de calle,
subsistiendo día a día con lo que puedan conseguir en dicho contexto.
Las oportunidades que ha tenido JB han
sido muy escasas, a nivel educativo ha tenido pocas posibilidades, estudió
hasta el grado tercero de primaria, nivel en el cual abandona definitivamente su
actividad escolar a causa del consumo de sustancias psicoactivas, dedicándose
tiempo completo a generar espacios que refuercen el consumo de SPA y a la
consecución de ingresos para tal fin.
A nivel laboral no reporta haber tenido
algún tipo de empleo estable, ha dedicado su tiempo a la informalidad o el
“rebusque” como podría llamarse en términos coloquiales para referirnos a las
diferentes actividades de reciclador y oficios varios para obtener su sustento
diario y el de su progenitora quien se encuentra además de situación en
discapacidad y consumidora de inhalantes “sacol”.
En los dos casos entrevistados se observa
un patrón de comportamiento característico, el cual podría explicarse mejor al
hablar de familias con diferencias en sus estructuras, lo cual influye de
manera considerable en la toma de
decisiones frente al consumo de sustancias en niños, jóvenes y adolescentes,
afectando sus diferentes esferas del funcionamiento, considero que es una
alerta importante para las familias de
hoy, donde nuestros niños y jóvenes están expuestos a un sin número de
situaciones complejas y riesgosas para su seguridad física y emocional. Es importante para las familias que están en proceso de
formación de sus hijos, estar alertas ante diferentes situaciones que puedan
estar afectando la seguridad de nuestros adolescentes, pero ante todo consideramos
relevante la interacción familiar positiva como un factor protector para ellos,
donde hayan espacios de dialogo, de comprensión, donde sea más importante el
ser que el tener, donde se sientan acogidos y
comprendidos, sobre todo considerando la complejidad de algunos periodos
del desarrollo como lo es la adolescencia donde se experimentan cambios
significativos a nivel emocional, físicos y cognitivos, tal como lo mencionó
Piaget, citado en (Cárdenas, A. 2011) en la explicación del periodo del desarrollo,
es aquí donde inician las operaciones formales, observándose un pensamiento más
abstracto, lo cual les permitirá tomas sus propias decisiones, poniendo en
práctica aspectos proporcionados por su núcleo primario de socialización, la
familia.
Esta etapa del desarrollo es considerada
trascendental para el inicio de la interacción del individuo en los diferentes
contextos, tal como lo encontramos en el trabajo de campo realizado para la
recopilación de datos para nuestro ensayo investigativo, fue precisamente en
este periodo del desarrollo donde ambos iniciaron a tomar decisiones por si
mismos direccionando sus proyectos de vida según sus deseos y preferencias,
claro está que es importante tener en cuenta la predisposición familiar a la
vulnerabilidad debido a la particularidad de los contextos en los cuales
iniciaron su proceso de formación.
En este orden de días podríamos decir que
la interacción familiar es un factor importante de considerar pero sin
olvidarnos del contexto en el cual se da el proceso de socialización del
sujeto, tal como lo menciona Urie Bonfenbrenner, citado en (Monreal,
M & Guitart M, 2012):“La ecologia del desarrollo humano comprende el estudio
cientifico de la progresiva acomodacion mutua entre un ser humano activo, en
desarrollo, y las propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que
viven las personas en desarrollo”
.
Podríamos considerar entonces que el
contexto según como lo explica Bonfenbrenner influye de manera significativa en
los estilos de vida que eligen vivir los sujetos, ya que es una interacción
bidireccional donde hay influencia de ambas partes, ambos son influenciados de
manera paralela, creando la manera de comunicarse mutuamente. Bonfenbrenner explicó los diferentes sistemas
a través de los cuales el sujeto establece comunicación con su entorno,
describiendo los más significativos como lo son El microsistema el cual incluye
la interacción inmediata del individuo, es decir, su familia; el mesosistema,
compuesto por las relaciones bidireccionales que se dan entre dos o más
entornos, en los cuales la persona en desarrollo participa activamente, puede
ser dos o más contextos como lo son la familia, el trabajo, la vida social,
educativa, etc.
Es entonces en el mesosistema donde
podemos analizar como el autor hacen referencia a las diferentes esferas de
funcionamiento del individuo, desde allí él interactúa directamente con el
entorno que lo rodea. En los individuos
encuestados podemos analizar como ese mesosistema se encuentra
significativamente afectado, a raíz de las diferentes decisiones tomadas a lo
largo de sus etapas de desarrollo.
Luego de escuchar el discurso de las
personas entrevistadas, analizamos que entre las esferas más afectadas por el
consumo de bazuco estaría la esfera personal y la esfera familiar, ya que de
allí se desprende la estabilidad física y emocional del individuo, es decir
que, si evidenciamos falencias en la dinámica personal y familiar, hay mayor
riesgo de evidenciarse inestabilidad en sus otras esferas de funcionamiento.
¿En realidad existe norma y autoridad, que enfoque
su mirada a la problemática del consumo y venta de sustancias psicoactivas en
la sociedad? por John Edisson Vega González
Ahora bien, nos enfocaremos en revisar todo el
componente normativo que existe en nuestro territorio nacional frente a la
problemática de la comercialización de las drogas psicoactivas y la solución
que nos plantean las diversas políticas públicas emanadas por nuestros
gobernantes a nivel nacional frente al consumo como eje fundamental del
problema macro de las sustancias estupefacientes en los seres humanos y como
medio de promoción y prevención frente al flagelo en mención.
Inicialmente, se pone
de presente la ley 599/2000 la cual en el título XIII capítulo II artículo 376
expone que:
El que sin permiso de autoridad competente, introduzca al país, así sea
en tránsito o saque de él, transporte, lleve consigo, almacene, conserve,
elabore, venda, ofrezca, adquiera, financie o suministre a cualquier título
sustancia estupefaciente, sicotrópica o drogas sintéticas que se encuentren
contempladas en los cuadros uno, dos, tres y cuatro del Convenio de las
Naciones Unidas sobre Sustancias Sicotrópicas, incurrirá en prisión de ciento
veintiocho (128) a trescientos sesenta (360) meses y multa de mil trescientos
treinta y cuatro (1.334) a cincuenta mil (50.000) salarios mínimos legales
mensuales vigentes. (p. 79)
Lo anterior, evidencia
una conducta que regularmente observamos a diario por los medios de
comunicación donde dan a conocer los grandes operativos ejecutados por las
autoridades judiciales frente a este tipo de flagelo y que, en sí, es una
conducta recurrente por el gran avance e impacto que generaron tanto el consumo
como la comercialización de sustancias estupefacientes y lo único que se hace
es atacar lo que llamamos la punta del iceberg pero en si no hay un interés
gubernamental en querer hacer frente al problema que es más grave de lo que se
imagina.
Por tal
motivo, las autoridades se han dedicado hoy en día a realizar lo que llaman
registros personales a las salidas de los diversos expendios de sustancias
estupefacientes, capturando consumidores a diestra y siniestra y judicializando
en gran parte donde los altos mandos informan a la ciudadanía sobre las 1000 o
2000 o hasta más capturas en un año sobre procedimientos realizados en pro de
la venta y comercialización de estupefacientes; para ello, se ha saturado el
aparato judicial llenando de papel y estadística a los diversos entes
judiciales y fomentando malas prácticas y costumbres erróneas que no dejan
enseñanza alguna.
Instituciones
grandes como lo es la Policía Nacional donde su principal objetivo es el
trabajo preventivo, está dejando de lado esa misión y se están dedicando a
atacar al consumidor, hostigándolo, repudiando y hasta victimizando un ser
humano que sin saber su historia, su pasado lo condenan a estar en los pasillos
judiciales sin tener en cuenta de que el consumo más que una necesidad, es una
problemática que tiene y su visión es otra, siendo así que hasta son tratados
como enfermos que requieren atención del estado, como reza en la ley 1566 del
31 de julio de 2012, articulo 1, así: “ […] el abuso y la adicción deberán ser
tratados como una enfermedad que requiere atención integral por parte del
Estado, conforme a la normatividad vigente y las Políticas Públicas Nacionales
[…]” (p. 01).
Claro ejemplo se
visualiza, cuando en el documental El Bronx La Caldera del Diablo (Poveda, 2013), en su relato, uno de los
consumidores da a conocer como funcionarios públicos acuden a este sitio de
expendio de sustancias estupefacientes tranquilamente y las autoridades las
cuales están para prever situaciones de las cuales expone el artículo 376 del
Código Penal, ven como por el frente de ellos venden, consumen y pasan otro
tipo de situaciones ilícitas, y ni siquiera se inmutan por reaccionar a las diversas
actividades ilegales donde cámaras de seguridad registran la complicidad de
estos funcionarios sin ellos tener claridad del grave problema por el cual están
pasando solo por el hecho de recibir unos cuantos centavos que de cierta forma
no les alcanzará, ni para el proceso de defensa y arriesgando su propio
trabajo, carrera profesional, un techo y el mismo sustento familiar.
Es por ello, que se
escucha de una forma estupenda y glamurosa cuando salen a los medios de
comunicación a informar que realizan operativos de control y registro alrededor
del Bronx, encubriendo el fondo y maquillando la forma de lo grave que se vive en
este lugar; pero no solo hablemos del Bronx, el departamento del Quindío es uno
de los sitios donde más se observa el tráfico y el consumo de sustancias
estupefacientes en niños y adolescentes, si Bogotá tiene el Bronx, aquí en
Armenia, tenemos sitios grandes de expendio que nombrar como lo es la famosa
Cueva del Humo, La Aldea, el barrio Santa fe, La Boca del túnel, o a su vez,
como lo denominaron en su momento la Alcaldía Municipal y autoridades en la
operación “Sodoma, se
habían tomado la carrera 20 o el ‘pequeño Bronx’ de Armenia” (EL TIEMPO, 2016), eso que nombrando las más centrales sin detallar cada barrio vulnerable
y de estratos socioeconómicos bajos donde grandes familias dominan el
territorio y se los disputan con otras bandas para comercializar todo tipo de
drogas y adquirir un beneficio económico y subsistencia en el lugar.
Así
mismo, tenemos el Estatuto Nacional de Estupefacientes o conocido como la Ley
30 de enero 31 de 1986, de la cual podemos evidenciar que hace más de 33 años
en que se estipulo una norma de la cual se esperaba, regulara las problemáticas
sobre el tema de estupefacientes en su momento y se ejecutaran campañas de
prevención y programas educativos, pero al parecer no fue lo suficientemente
fuerte e impactante para regular y prevenir este tipo de actividades ilícitas,
toda vez que, si bien sabemos en los años 90, vino la época más dura y trágica
para nuestro país, donde se crearon los carteles del Valle, hubo un sinnúmero
de narcotraficantes quienes marcaron su historia en guerra, muerte y droga
saliéndose de las manos la situación para los gobernantes sin tener soluciones
definitivas para el problema y basándose solo en uno de tantos factores que
tienen las drogas, los cultivos; desde este aspecto, surge el direccionamiento
erróneo que tiene el estado en esa época enfocando su objetivo en erradicar
cultivos sin imaginar que en las ciudades se acrecentaba el problema de consumo
en niños, adolescentes y adultos, no solo de una o dos sino de varias drogas
derivadas de la coca, entre ellas el bazuco (Semana,
2017).
Es así,
como se empieza a formar una línea de tiempo donde nuestros gobernantes crean
normas a diario como regulación a las actividades ilícitas del tráfico de
estupefacientes y demás actividades adyacentes, y políticas públicas como
campañas de prevención y actividades para ayudar según ellos, al consumidor a
salir de ese mundo oscuro y terrible pero que, en realidad son pañitos de agua
tibia donde el consumidor lo que hace es recibir ayudas como comida, baño,
charlas, talleres, pero en realidad no existe un trabajo psicosocial que
impacte y referencie resultados positivos como cambios y rehabilitación de
consumidores de SPA (Sustancias Psicoactivas).
Ahora
bien, si desde un marco legal no se ha logrado un resultado positivo el cual
pueda la sociedad poner su voto de confianza en las autoridades judiciales debido
a los sinnúmeros de casos de corrupción, observemos como existen las políticas
públicas desde las administraciones municipales y gubernamentales y cómo
funcionan alrededor de la problemática gigante sobre el consumo de sustancias
estupefacientes.
Para lo anterior, desde la Comisión Asesora para la política de drogas en
Colombia (2013) se plasma lo siguiente: “[…] los
municipios tendrán que asignar los recursos para la prevención, y los
organismos estatales centrales deberán ofrecer capacitación, asesoría y
supervisión, pero no tendrán a su cargo la ejecución de las acciones” (p. 26), situación que pocas veces se ve reflejada en
adelantar intervenciones sobre prevención en consumo que en realidad fomente la
ayuda y que si se hacen solo marcan la pauta estadisticamente y no impactando
como debe ser, es decir, se desliga de todo lo que se ve plasmado en el papel.
Otro
dato importante de resaltar frente al interés que tiene el estado de enfocar su
mirada en el consumo, es el siguiente:
En Colombia,
donde los datos oficiales aseguran que hay por lo menos 300.000 personas con
necesidad de tratamiento, el Estado carece por completo de la capacidad de
responder a esta necesidad. El sistema de salud, ya tan precario, se hundiría
por completo si tuviera que asumir 300.000 nuevos pacientes que requieren tratamientos
largos, relativamente costosos y, con frecuencia, ineficaces. (Comisión Asesora
para la política de drogas en Colombia, 2013, p. 26)
Por lo
anterior, observamos como el mismo estado reconoce que un problema que es de
salud publica no tiene la capacidad de responder ante esa necesidad, sus
estrategias y propuestas de solución colpasan ante el gran avance del consumo
que si observamos el año en que fue publicado a la fecha, han pasado seis años
en los cuales nos podemos atrever y decir la cifra ha subido y la solución no
es visible ni notable, para un gobierno poco eficaz y eficiente frente a la
situación y que solo se lava las manos diciendo “estamos trabajando en mejorar
y dar solución a todos nuestros problemas”.
Así mismo, el Ministerio de Justicia y del Derecho (2017) “en
la meta estrategica 1 atender integralmente el consumo de sustancias psicoactivas” exhiben de manera relevante lo siguiente:
Para el logro de
este tipo de intervenciones en las acciones se priorizan la promoción de la
salud y la prevención en especial en niños, niñas, adolescentes y jóvenes,
considerando estrategias diferenciales según ciclo vital, género, ámbitos y
contextos en el que transcurre la vida de las personas, a partir del análisis
de los factores de riesgo y de protección en cada caso, promoviendo el
fortalecimiento de las familias frente al contacto temprano con las drogas y
diseñando acciones específicas para grupos especialmente vulnerables. (p. 17)
Es muy digno, observar el gran foco de
interés que tiene el estado en las familias y más cuando tienen conocimiento
frente al contacto temprano con las drogas, pero queda la incógnita ¿en
realidad les interesa las familias?, desde un punto de vista sería una falsedad
porque de palabras a los hechos falta muchísimo camino por recorrer y sobre eso
es lo que debemos trabajar los grandes profesionales que estamos vinculados con
la salud, adquirir más compromiso, ser propositivos y generar el cambio frente
a la problemática que tenemos sobre el consumo, no solo criticar
destructivamente sino generar más conciencia y empoderar todas las comunidades
sin estigmas y con mayor voluntad de ayudar a las personas que tanto lo
necesitan.
De esta manera, dentro de la Política Nacional
para la Reducción del Consumo de Sustancias Psicoactivas y su impacto,
rescatamos el siguiente aparte en donde logran evidenciar la importancia del
consumidor para ellos, la cual reza así:
Debe entenderse
claramente el alcance y significado de una aproximación política incluyente. En
este caso se trata de reivindicar los derechos ciudadanos de los consumidores y
ofrecer medios que validen la autonomía y las capacidades de los mismos para
superar su condición y re-incluirse activa y productivamente a la sociedad. (Mejia
Motta, 2007, p. 15)
En lo anterior,
podemos deducir la falsedad que existe en el apartado toda vez que, no les
interesa en realidad ayudar al consumidor a re incluirse a una sociedad activa
y productivamente por los costos que genera un tratamiento y el gran avance que
tiene la problemática, además, existen grandes fundaciones pero en las grandes
capitales que si se esmeran por ayudar al consumidor a cambio de un rubro
económico que supera los más de tres millones cifra que sólo pueden aportar las
clases socioeconomicas altas y que en realidad la población vulnerable carece
de esta cantidad de dinero por lo cual debe llegar a las fundaciones
subisdiadas pro el estado donde sufren malos tratos, malos hábitos y los
condicionan con régimen castrense lo que lleva a la deserción de estas personas
consumidoras y a recaer de nuevo en el consumo de SPA.
Para finalizar, se
adelantaron tres encuentros con personas consumidoras de bazuco, en distintas
condiciones (habitante de calle, trabajador de finca, empleado), a quienes se
entrevista y en sus relatos manifestaron unos no tenenr la necesidad de buscar
ayuda en fundaciones ya que tienen manejo sobre la droga, otro manifestó haber
participado de fundaciones privadas y una publica en la ciudad de Medellín
donde solo reciben apoyo de dormida y comida, y otro manifestó haber
participado en una fundación en Armenia pero el trato fue estresarlos y recibir
castigos físicos y psicológicos si no cumplían con las tareas o generaban
conductas inadecuadas y eran discriminados lo que dio pie a la deserción.
En cuanto al trato
por parte de la autoridad, solo dos de ellos fueron capturados en su momento
por portar sustancias estupefacientes y el trato al inicio fue agresivo, discriminatorio
y posteriormente, pasaron desapercibidos ante la mirada de las autoridades
judiciales, quedando en libertad y dando continuidad a sus actividades
rutinarias en cuanto a consumo; un punto a destacar fue sobre el entorno en
donde se desenvuelven, indican que las bandas delincuenciales los usan para el
expendio de sustancias estupefacientes y su pago es con droga, impidiendo salir
de una zonza especifica y si lo incumplen son castigados.
A
manera de conclusión de este ensayo se puede decir que del trabajo
investigativo expuesto inferimos que
la génesis del consumo del bazuco y su
relación con el mismo no es una explicación universal ya que cada sujeto tiene
un motivo y una explicación diferente debido a su carga biológica, social y
psíquica por lo tanto dicha explicación y por ende tratamiento es única para
cada sujeto de acuerdo a su cadena de significantes de su subjetividad por lo
tanto el enganche entre el sujeto y el bazuco es infinito.
Lamentablemente muchos centros de rehabilitación, aun siendo privados,
no se interesan por incluir en el tratamiento la rehabilitación
neurocognitiva de los consumidores, toda vez que le dan más importancia a la
conducta que puedan generar de momento en el individuo, y no en los cambios
significativos en la persona.
De acuerdo a las entrevistas e
investigaciones realizadas, podemos decir que si existe una predisposición
genética a que las personas desarrollen adicción al consumo de sustancias,
entre ellas el bazuco; jugando un papel fundamental el ambiente en el que se han
desarrollado.
Así
mismo, en el consumo de sustancias alucinógenas,
específicamente de bazuco, se evidenció que la familia ejerce como factor
protector o factor de riesgo frente al consumo, dependiendo del estilo de
interacción generado al interior de su dinámica.
También, la mayor afectación por causa del
consumo de bazuco se da en las esferas personal y familiar, dado que en la
mayoría de los casos ellos son rechazados inicialmente por su núcleo primario
al evidenciarse poco interés frente a la superación del consumo.
De este modo, la normatividad de las
sustancias estupefacientes poseen muchos vacíos jurídicos, que si bien es
cierto no regulan de forma efectiva la actividad ilícita más prevalente en
nuestro territorio colombiano como lo es el comercio de las drogas, es así como
el estado a pesar de tener una amplia legislatura frente al tema y que se
actualiza constantemente, no genera el impacto necesario al microtráfico, que
cada día crece más y más e involucra a niños y adolescentes llevándolos a un
problema más álgido como lo es el consumo a temprana edad y la afectación a la
salud y sus principales esferas del funcionamiento, involucrándolos en un foco
de oscuridad del cual los vuelve esclavos de la droga y lo limita e
imposibilita a poder salir y resocializarse.
Frente a las políticas públicas donde
promocionan las campañas de prevención y programas educativos, además de las
ayudas que ofrece el estado para combatir el consumo y resocializar estas
personas, son solo escritos y palabras de libre albedrio que plasman en el
papel solo por el hecho de cumplir y mostrar a los ciudadanos que si se está
cumpliendo con el objetivo siendo el resultado otro; en sí, los consumidores
están quedando solos, abandonados, a la deriva de quienes se apiaden de ellos y
les ofrezcan un bocado de comida o bien una ayuda monetaria que se convierte en
mendicidad y alimenta más su problemática de consumo y así mismo se lucra el
traficante de drogas.
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