EL CAPRICHO DE MORFEO[1]
“Algunos apartados de la lectura de la interpretación
de los sueños”
Muchas
cosas han inquietado a la vida humana desde sus orígenes y a lo largo de la
evolución, tanto que no se han dejado de preguntar por los fenómenos que los
rodean o que al contrario, están en su interior. Se han interrogado por el por
qué de la guerra, de su violencia y agresividad, el amor, la muerte, la
naturaleza, sobre sus relaciones con el otro, sobre las mujeres, los hombres,
los niños, las creencias, la religión, entre muchos temas más. Los que
protagonizan esta investigación han sido los filósofos, seguidos por los teólogos
y desde allí todas las ramas que se encargan de ver lo que pasa en los humanos.
Pero a qué respuestas se ha llegado, la pregunta se responde teniendo como
evidencia la contemporaneidad. Después de guerras libradas por la verdad en la antigüedad
se encuentra el hombre de hoy viviendo entre maquinas, aparatos electrónicos,
la internet, el Black berry, etc. aparatos que aturdieron las preguntas, las nublaron
con respuestas cada vez más rápidas aunque sean fantasía. Es poco común ver a
un muchacho(a) preguntándose por esa cantidad de por qué, que invadieron a sus
antepasados, la angustia adolescente se queda cada vez más incompleta, las
relaciones se volvieron mudas y sordas.
Todo lo
anterior abre paso al tema del que se hablará aquí que gira en torno a los sueños,
o al sueño, ese fenómeno oscuro, vano para algunos y para otros, extraño. El
doctor Sigmund Freud (1856-1939) médico neurólogo de profesión y científico,
amante del alma humana, al trabajar con la ciencia, su práctica clínica y la investigación, dio a
conocer al mundo a principios del siglo XX su obra La Interpretación de los Sueños, donde además de mostrar la
relación entre lo físico y lo psíquico fruto de su experiencia, manifiesta su
voz para crear algo nuevo, El psicoanálisis y la existencia del inconsciente
con un sentido muy preciso, un sentido no como lo supusieron sus detractores
que a partir de lo simple llamaron al psicoanálisis pansexualista, lo que
supone que en todo ve sexo, y la sexualidad de la que habla Freud en toda su
obra no pudo haber llevado consigo tanta simpleza y poca profundidad, se sabe
ya que un genio como él no estaba para sencilleces, a lo que se refería Freud
con sexualidad, él mismo lo escribe en el capítulo IV donde habla de Sugestión
y Libido de su psicología de las masas y el análisis del yo cuando dice:
La
mayoría de los hombres ”cultos” han sentido
este bautismo como un ultraje; su venganza fue
fulminar contra el psicoanálisis el reproche
de ”pansexualismo". Quien tenga la sexualidad por algo
vergonzoso y denigrante para la naturaleza humana es libre de servirse de las
expresiones más encumbradas de ”Eros” y ”erotismo”
Freud, S (1921) P. 87.
Eros y erotismo
abre un campo de significación muy amplio que trasciende lo actual y se remite
hasta la mitología griega y al dios, pues Freud lo expresa así:
No
puedo hallar motivo alguno para avergonzarme de la sexualidad; la palabra
griega ”eros", con la que se quiere mitigar el desdoro, en
definitiva no es sino la traducción de nuestra palabra alemana ”Liebe”(amor). Ibid.
Aquí y en
otras muchas partes no lo dejó de repetir y renovar evolucionando esta
formulación teórica, además eros es el dios del amor amante de psique, allí
concreta la manera como los griegos y su mitología lleva consigo tanto
contenido simbólico y valioso para ver el mundo, lo mismo el psicoanálisis con
los mitos tomados para construir y explicar su teoría[2]
La interpretación
de los sueños se configura como un trabajo único para su época y después para
lo contemporáneo, pues "se imprimieron ochocientos ejemplares, en su
primera edición y dos años más tarde aún no se habían vendido ni la mitad"
Ballesteros, L (1976) P. 19. Tal y como ha pasado con las grandes obras.
Su
contenido se divide por capítulos, el primero lleva por nombre Los Sueños,
donde hace su introducción dejando sentada la tesis de que el sueño es una producción
psíquica, no de poca importancia e interpretándolo expresa que es fundamental
para la vida anímica del hombre, como un mapa con sus caminos retorcidos. Dice
que:
En
tiempos llamados precientíficos, la explicación de los sueños era para los
hombres cosa corriente. Lo que de ellos recordaban al despertar era interpretado
como una manifestación benigna u hostil de poderes supraterrenos, demoniacos o
divinos. Ballesteros, L (1976) P. 13.
Con todo lo
que había implícito en ello, creencias en lo paranormal, en lo místico y en los
fenómenos del más allá, la explicación se arrojaba observando el contenido
manifiesto y en consecuencia interpretándolo, o en otros casos se acudía a la
oniromancia entendida como “oniromancia u oniromancía. F. Arte que por medio de
los sueños pretende adivinar el porvenir”. D.R.A (2001).
Sin tener
en cuenta otras cosas, solamente en casi todos los casos se partía del material
del mismo sueño para interpretarlo, adivinar el porvenir no fue el fin de tal
obra, antes por medio del método expuesto allí se puede ver lo que sucede en la
vida misma y tal vez así renovar cosas del futuro, más no adivinarlo.
Siguiendo
con el capitulo Dos llamado La literatura científica sobre los problemas
oníricos Freud vuelca todo lo referente a la investigación científica que lo
precede sobre el tema, hay posiciones y tesis que discute con Wilhelm Wundt
creador de la psicología que refiere al sueño una percepción ilusoria, con Maury,
Jenssen, Volkelt entre muchos más, pero con el que concuerda en algunos de sus
pensamientos es con Hildebrandt. Estos científicos le daban poca relevancia a
la importancia de la vida onírica, ya que se dieron a la tarea de ver en la
parte experimental toda la serie de estímulos internos y externos que formaban
o influían en el sueño. No vieron más allá, no se detuvieron a analizar sus
propios sueños, como si lo hizo Freud en toda esta obra, o no le dieron importancia
a ese universo enigmático que se presenta al hombre cuando cae la noche, y no
solamente cuando cae la noche ya que se piensa desde este trabajo que los
hombres sueñan en pocos segundos por la madrugada del día que nace.
Así fue
como Freud hizo el segundo capítulo de esta obra, revisando lo que existía
hasta el momento, que no tuvo relación con lo que él había descubierto, la
presencia del contenido latente en relación con lo inconsciente. Sin embargo
trajo diversas tesis para dialogar y discutir con ellas.
El tercer capítulo
trata de El método de la interpretación onírica donde expone:
{…]”interpretar un sueño" quiere decir indicar su ”sentido”, o sea
sustituirlo por algo que pueda incluirse en la concatenación de nuestros actos psíquicos
como un factor de importancia y valor equivalentes a los demás que la integran.
Ballesteros, L (1976) P.145.
Con esta aclaración
Freud muestra lo que persigue con su obra y es darle un sentido a un sueño que
es lo que significa el titulo Die Traum
Deutung publicado en Alemán[3].
En este capítulo expone su teoría con el análisis de un sueño, el de Irma que
se presenta en un hall donde se reciben invitados. Después del análisis de ese sueño
Freud observa:
El
”sentido”; del sueño ha surgido a mis ojos. He advertido una intención
que el sueño realiza, y que ha tenido que constituir su motivo. El sueño cumple
algunos deseos que los sucesos del día inmediatamente anterior (las noticias de
Otto y la redacción del historial clínico) hubieron de despertar en mí. El
resultado del sueño es, en efecto, que no soy yo, sino Otto, el responsable de
los dolores de Irma. Ibid. P. 163.
El sueño
tiene un sentido y un motivo como lo dice Freud en la cita anterior, y no
cualquier motivo crea una formación anímica del la magnitud de un sueño, debe
ser importante para la vida anímica despierta del soñante, y además hay algo
adicional y es que cumple una función de solucionar el conflicto, se desquita,
resuelve o se venga, "Su contenido
es, por tanto, una realización de deseos, y su motivo, un deseo" Ibid.
P. 163.
Consecuentemente
sigue el próximo capitulo que se llama El sueño es una realización de deseos,
dando continuidad a su pensamiento de que el sueño resuelve algo que en la
vida despierta quedó incompleto. "El amor a la comodidad propia es inconciliable
con el respeto a la de otras personas". Ibid. P.169. Con esta cita se condensa
lo que representa la vida onírica, no hay consideración y sí una comodidad o un
deseo de comodidad que traspasa los límites de la propia moral, es decir en los
sueños no existe la moral.
En el capítulo
que sigue trata La deformación onírica, mecanismo por medio del cual el sueño
como producto final de la labor del mismo, queda incomprensible, vago y banal
al punto de no movilizar sino una pequeña inquietud en la vida despierta del soñante.
Todo ello es el resultado de la censura y la represión y se refiere también a
los deseos inconciliables en el hombre, de allí la necesidad de proteger a la
conciencia y al yo de tan grande angustia si esto no existiese.
Los capítulos
que siguen en esta obra son: 6. Material y Fuentes de los sueños 7. La
elaboración onírica, 8. La elaboración onírica (continuación), 9. Apéndice (Del
doctor Otto Rank) y por último 10. Psicología de los procesos oníricos.
En estos capítulos
que son más densos y complejos Freud expone la continuación de su teoría los
otros mecanismos presentes en la vida onírica que son la condensación y el
desplazamiento, y con todo ello poner de manifiesto que el sueño se construye a partir de un deseo irrealizado que lucha contra
mecanismos intrapsíquicos por expresarse y que lo logra parcialmente en la vida
onírica y otras veces se queda repitiendo elementos que no se han resuelto.
Es sumamente riguroso y cuidadoso con su descubrimiento y al igual, humilde.
Este texto
se realiza esbozando la mitad de aquella obra que como se dijo es tan compleja
y rigurosa como todo el psicoanálisis y el inconsciente con todas sus
manifestaciones. El sueño hace parte de ellas, y es quizá la más importante y
atrapable en un dispositivo analítico ya que como se dijo arriba se
convierte él en un mapa retorcido que confunde los caminos por cuidar el
equilibrio del aparato anímico aún durmiendo y sin consciencia.
Lo
recomendable es que se detenga el humano a analizar las profundidades de su
vida anímica, porque si ha inquietado por un sueño absurdo, simple y sin
importancia o al contrario aterrador y angustioso, no es porque la noche lo haya
creado para distraerlo o para tener algo que hacer mientras se duerme. Son
mecanismos que hacen su labor exitosa y no permiten que se caiga en el abismo de
la locura.
[1] Psicólogo titulado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga Extensión Armenia, Quindío, actualmente trabaja en la Fundación Hernán Mejía Mejía, con los programas: Comunidad Terapéutica Familiar Escuela de Amor, El paraíso de los niños, y el hogar de paso. También trabaja en clínica particular.
[2] Véase con referencia a los mitos http://psiquik.blogspot.com/2012/08/67-eros-y-psique-una-historia-del-amor.html, http://psiquik.blogspot.com/2009/07/30-edipo-rey-y-antigona-primera-parte.html y la continuación de estos textos.
[3] Comunicación dada en grupo de estudio por el colega Mateo Parra Giraldo.
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BIBLIOGRAFÍA
- Freud, S
(1900) La interpretación de los sueños. Ed: Círculo de lectores S.A. Luis López
Ballesteros. Barcelona, España 1976. P. 13, 19, 145, 163, 169.
- Real
Academia Española (2001) Vigésima Segunda Edición. Libro 7, P. 1101.
- Freud, S
(1921) Más allá del principio de placer, Psicología de las masas y análisis del
yo, y otras obras. Ed: Amorrortu editores, Buenos Aires, Madrid. P.87.