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domingo, 22 de febrero de 2015

001 - Entrevista a Carlos Enrique por Vidas





Entrevista dada por Carlos Enrique Correa Lagos a Kely Johanna en la tarde de Vidas un programa dedicado a que la gente común cuente sus historias.

K: Buenas tardes Dr Carlos Enrique, le agradezco su presencia en nuestro programa. Tengo entendido que es usted psicológo desde septiembre del 2012, mis apuntes dicen que su tesis de pregrado se titula Influencia de los lazos familiares en el sujeto toxicómano de la fundación “familiar” el faro tebaida Quindío. También que trabajó por dos años en el Centro de Atención en Drogadicción (Ct) Familiar Escuela de Amor de la Fundación Hernán Mejía Mejía y que actualmente está trabajando en un Centro Vida con personas mayores de la misma Fundación y finalmente también ahora estudia una Maestría en Cultura y Droga con el tema del consumo del bazuco. Ahí está con ustedes Carlos Enrique, un aplauso.
C: Buenas tardes Kely, sí eso llevo hecho, es un recorrido en solo una década más o menos.
K: Esta tarde tendremos la oportunidad de conocer a kike, ese adolescente que me dijo que fue al que le pasó todo eso, y que es la razón de que usted esté en vidas. ¿Le puedo decir Carlos, sin el doctor, para entrar en confianza?
C: Desde que soy psicólogo e hice mi proceso de formación procuro que la gente siga su deseo, desde mis pacientes; pues es mi labor, hasta todo el que me rodea. Y esta entrevista no puede ser la excepción. Bueno, pero en esta entrevista seré kike, así que voy a sentirlo para poder devolverme.
K: Eso lo tomaré como un sí, y voy a seguir mi deseo de entrevistarlo a usted.

C: jajaja gracias, es un orgullo para mí estar sentado frente a una mujer bonita preguntándome sobre mi vida, pues soy un poco malo para hablar de mí.

K: En las clases de periodismo nos entrenaban para no intimidarnos frente a los entrevistados, ya entiendo lo complicado que se hace. Pero bueno Carlos, ¿nos puede hablar quién es usted?

C: Eso es una pregunta que me hicieron en la fundación faro para entrar al puesto de psicólogo, y yo después de ver lo que ha sido mi vida, dije: Soy un guerrero, y ahora pienso que como mis padres.

K: ¿Por qué un guerrero?

C: Por lo que ha sido mi vida, sólo un guerrero puede estar en una o muchas batallas y salir triunfador, para mí eso es lo que caracteriza a un guerrero.

K: Estoy de acuerdo con esa definición de guerrero. ¿De qué batallas ha salido trinfador?

C: Bueno de varias, pero la principal es de un accidente, que pudo ser o no pudo ser un ataque, bueno ya no hay sentido en volver a pensarlo así, pues lo cierto es que pasó y ya.

K: Ajá… nos puede hablar de ese accidente o ataqué.

C: Bueno yo lo prefiero llamar accidente porque pensar en el ataque es muy pesado. Sí, fue un tiro en la cabeza hace aproximadamente 12 años.

K: ¿Un tiro en la cabeza? Ajjj!

C: Sí, un tiro en la cabeza con un arma hechiza calibre 22, una bala pequeña por suerte.

K: Bueno cualquiera que lo vea pensará en otra cosa y no en algo tan traumático.

C: Sí, bueno en este lapso de 12 años las personas me preguntan que si fue un accidente en una moto, una trombosis o algo así. Y… años atrás, montaba en la moto de mi papá, una 80, y menos mal no fue una trombosis, creo que la rabia no lo deja seguir a uno adelante.

K: ¿Rabia?

C: Sí, creo que todos los seres humanos tenemos una dosis de rabia, que se hace más grande con las injusticias, y una trombosis es muy azaroza, no hay a dónde poner la culpa, y eso es lo que caracteriza a un resentido y un rabioso.

K: Creo entender, pero síganos contando Carlos.

C: Le voy a contar para hacer público y que quede en el tiempo y en esta entrevista, pues Vidas me suena a una canción de Ricardo Arjona titulada Vida, que ha marcado esta historia y que es muy profunda, se las recomiendo. Todo comenzó en una tarde lluviosa del año 2003, a mediados, el 5 de julio. Yo llegué de mercar con mi mamá, en ese tiempo tenía yo como 15 años y era un rebelde del comienzo de siglo, me gustaba el pelo largo, las camisas a cuadros, los tenis croydon, me ponía uno rojo, y otro blanco o azul, usaba jeans rotos, y mucho más.  Mi papá cuando yo tenía 13 se fue para España a buscar mejores condiciones económicas y a mí me dio muy duro eso, no lo aceptaba. Mi mamá se quedó conmigo en un barrio de Armenia, Quindío, Colombia. Donde tuve mis años felices, sin celulares y con mucho fútbol. Bueno sigo, le pido Kely que no me deje salir del camino porque comienzo a hablar de otras cosas. Bien, era un día lluvioso, y le dije a mi mamá que iba a ir a donde poncio, un amigo de ese tiempo que me acompañó en días duros. Toqué en su casa y estaba solo. Días antes, como 15, no me acuerdo, me habían robado unos tenis Adidas Country rojos muy bonitos y mi gorra, yo estaba desordenado, pues con ese amigo me estaba yendo por un camino malo, él practicaba satanismo, entre otras cosas más. Él fue un diablo disfrazado de ángel, se mostró como no consumidor ante mi mamá y ante mí, y sentía un respaldo adolescente en él. Pero eso cambió.

Iba en el robo, detrás de mi apareció un man con una máscara de halloween y un cuchillo grandísimo que me puso en el cuello y me dijo – marica páseme todo lo que tenga – y yo me quité los tenis y me arrebató la gorra y se fue.

Después de eso yo quedé muy ofendido y bajé a la casa me cambié de gorra, de zapatos, me puse una chaqueta y me metí un machete en la manga, y dejé a mi mamá llorando y asustada en la casa. Me encontré a cheche un amigo que lo mató la guerrilla hace unos años siendo policía o soldado. Bien, llegué a donde unos manes estaban consumiendo bazuco y no estaba el “mellizo” que según eso fue el ladrón. Yo en ese tiempo estaba muy desordenado a causa del duelo que le estaba haciendo a mi papá, mi mamá trabajaba mucho y yo estaba solo, o con poncio. De repente como cualquier proceso de un adicto me veía consumiendo marihuana, que no me gusto, el perico me daba miedo e impresión, pero en ese tiempo en el barrio estaba de moda en consumo de sacol, de solución para pegar zapatos y a eso me volví adicto por menos de un año. Ya me veía tarde entrando a la casa, sentándome solo en un sendero alucinando, y relacionándome con chispun que los fabricaba poncio. Conocí algunas armas y ya eso no era normal para un adolescente de buena familia y principios.

Toqué en la casa de poncio y él estaba solo como consumiendo sacol, me dijo, kike mire la cama de mi pieza que ahí hay algo que le va a gustar, y yo pasé. Ví un arma casera, el hechizo y le pregunté, -uy marica y eso para qué es- y me dijo –el arma para matar al chino que lo robó, ya sé cuál es- y me pintó el plan, me dijo –esos chinos se hacen a meter bazuco en la cancha, y yo ahí le apunto y me lo bajo-, algo en lo que tenía experiencia, pues recuerdo que él odiaba a un man y le había pegado un tiro con una escopeta del mismo calibre. Bueno yo cogí el arma y le metí una bala de las que no estaban cianuradas, pues él decía que eran mejor con ese veneno porque mataba en 10 segundos a la persona. Cogí el hechizo para probar la bala que no quedara suelta porque era peligroso que se explotara en la mano al dispararlo. Se lo pasé a él que estaba en un metro y medio, me dí la vuelta para coger un plomo porque también estaba fabricando chispun y Pumm!!!.

He contado esto muchas veces con sentimiento, pues recuerdo que cuando estaba en la comunidad con adictos lo conté y me dieron ganas de llorar, porque además estaba haciendo la mímica. Aquí es donde digo que no sé si él me apuntó o se le disparó, aunque él vio que metí la bala. Yo me puse derecho y me volteé y le dije –uy marica poncio ¿usted me pegó ese tiro?, mucho hijueputa!! Ahora yo que le voy a decir a mi mamá!, akj! Nooo! Me chorreaba sangre y no me daba cuenta, sólo salí al patio y me maree por la pérdida de sangre. Y él no salía de esa pieza. Yo le dije – poncio malparido ¿es que me va a dejar morir aquí o qué?- ahora que lo vuelvo a relatar siento que hay muchos indicios de que fue con culpa, pues de no ser así, me hubiera ayudado ahí mismo, pues habían motivos para querer matarme, él me envidiaba, porque yo tenía cosas que él no tenía entre otras cosas más, y bueno él era malo en ese tiempo. De otro lado está el pensamiento de que es muy exagerado el hecho, pues sólo alguien con el alma muy negra lo haría.

En fin… no hay motivo para resolver eso, ya no. Lo cierto es que cuando salió de la pieza me dijo –no le vaya a decir a nadie, ni a su mamá ni a nadie- él se veía desesperado, y yo le dije –no, no… pero lléveme al hospital rápido que me voy a morir-, Le monté el brazo por encima del hombro y salimos a la calle, como que él dejó las llaves donde una vecina y salimos a la plazoleta donde no había nadie, ni una vieja chismosa que le contara a mi mamá, sólo un señor de las parábolicas, familiar de juliana, una niña muy linda del barrio. Nada que pasaba el taxi y se vió uno que venía y apenas me vio chorreando sangre dijo –no, no, no! A ese muchacho no me lo vayan a subir al taxi que me ensucia los tapetes!- y poncio le dijo unas groserías y me subieron. En el taxi ya se me estaba yendo el mundo y poncio me decía –no se me vaya a morir kike!- y a mí se me iba el mundo, llegamos a lo que en ese tiempo era el hospital del sur por madre Marcelina y me montaron en una camilla, hasta ahí me acuerdo.

K: Es muy impresionante su testimonio kike (asombro).

C: Me llamó kike, quiere decir que sí la toqué con mi vida. Se podrá imaginar la llamada a mi mamá del hospital –señora acá llegó su hijo con un tiro en la cabeza-, la fase de negación fue obvia. Pues éramos dos niños. La noticia a mi papá en España, y a mis dos familias. Todos se unieron demasiado en cadenas de oración, yo me iba a morir, fueron ocho días en coma, los doctores decían que si yo quedaba vivo quedaría como un vegetal, o pegando unos gritos impresionantes por no poder comunicarme, me aplicaron los santos óleos, dos meses en el hospital y quede sin poder hablar por la traqueotomía, con un ojo cerrado, la cabeza para un lado y en silla de ruedas. Me levanté en el cuarto piso del hospital sin saber muy bien qué había pasado. Estuve en la Uci con todos mis familiares y gente conocida llorando, mi madre estaba que moría, a pesar de su fuerza todo estaba en contra, no queda sino la fuerza de Dios… en este momento tengo una especie de nostalgia al recordarlo, me llorosean los ojos, fue mucho dolor, yo soy único hijo Kely y sabrá usted cuál es el dolor de una madre, yo todavía no lo dimensiono. Lo que puedo decir es que mi madre es un ángel y mi padre un guerrero que heredé. Todo en ese momento fue confusión en mi mente. No me podía mover! Me picaba la espalda y no me podía rascar ni comunicar muy bien. Mi mamá me mostró un celular y yo como pude le dije –cuidelo-, ah! hubo un momento después de que desperté que el Doctor Oviedo, un señor neurólogo, quien en manos de Dios me salvó la vida, un día como no estaba hablando por la traqueotomía los otros doctores que me veían dijeron que si no comia les tocaría hacerme un hueco en el costado de mi cuerpo para ponerme una maya y poder hacer mis necesidades por ahí. Me acuerdo la sensación con una sonda muy fastidiosa por la que me daban la comida. El dr Oviedo dijo que eso era posible, pero que esperáramos, que me dieran agua con un gotero para ver si tragaba y me pasaron una manzana y la mastiqué y trague, fue una felicidad para todos.

K: Hasta aquí nos tiene a todos en silencio, es verdaderamente asombroso que usted esté contando esto, en esa silla con la soltura que lo hace.

C: Sí Kely, hace rato no lo contaba así de detalladamente y ahora salen muchos sentimientos, es algo duro de vivir y de pasar, sentirse en el fondo y volver a comenzar.  Déjeme le termino la historia.

K: Bueno señor.

C: Después de estar en silla de ruedas, a los dos meses me llevaron a mi casa en la patria, me bajaron en una ambulancia con la sirena encendida, me cargo Alfredo y me pusieron en una silla como un muñeco. Esto fue duro, yo había sido un chico popular en ese barrio, estaba conquistando niñas y verme en ese estado fue muy duro, se puede imaginar usted qué fue lo que pasó con mi autoestima. Comenzó desde ese momento un trabajo de recuperación, el flaco me ayudó mucho con las terapias, me tocó volver a aprender a caminar, volver a aprender a comer, a ir al baño, a ver!, recuerdo que como la bala entró en la parte parieto-occipital me afectó la vista, yo veía como un televisor cuando se daña y comienzan a pasar líneas negras anchas para abajo, así veía yo. Bueno, después me veo en la cama de la patria donde mi tía nana, con janet y todos al lado mío, me hacían reir y comenzaba mi vida otra vez. Un adolescente ya era mayor de edad, me aterraba porque me estaban saliendo muchos pelos en las piernas, bigote y todos los cambios de esa etapa, fue algo sorpresivo para mí. Me veía en el espejo muy diferente con un accidente de ese tamaño que me había pasado por encima. No vi nada en coma, lo cierto es que me devolvieron, los ángeles y Dios. No era mi hora, tenía que hacer algo primero en la tierra, vivir el resto de vida.

K: Dios es muy grande Carlos, él es el que solamente puede ser obrero de lo que vivió usted, que es un milagro viviente.

C: Eso me dice Menta, una amiga que conocí en un bus y fue una unión espiritual inmediata, le conté más o menos lo que ustedes están sabiendo. Recuerdo que una vez que estaba caminando, aprendiendo a caminar, me caí y mi mamá soltó en llanto, y yo dije –hijueputa! No soy capaz! Yo me rindo- en este momento asoman las lágrimas otra vez, y mi tía nana me dijo –usted es que es bobo! No señor! Tiene que levantarse e intentarlo otra vez!- ese regaño me trajo a la realidad, esa lágrima del ojo derecho lo dice, mi tía me salvó la vida en ese momento, y me dijo, siga!, se lo agradeceré toda la vida, si está viendo este programa tía, le doy gracias de nuevo, porque por usted, puedo decir que salí adelante, mi madre no tuvo las fuerzas suficientes y yo la comprendo, pues a un hijo discapacitado es difícil decirle que no.

K: Verlo llorar, nos hace llorar a todos también, es usted un héroe. Un aplauso!

C: Cuando me dice eso me hace acordar de mi grado del colegio, donde mis padres me dedicaron esa canción y no paré de llorar, y ahora apenas puedo hablar, esa canción me atraviesa por unas cuatro vidas más. Este sentimiento no lo voy a superar, pues es sano sentirlo. Me perdonan que llore tanto, es una herida que se me hizo en la vida y ustedes me la recordaron.

K: Perdónenos a nosotros que nos estamos quedando con un pedazo de su vida y lloramos también, tranquilo que los héroes también lloran, aquí una clara muestra.

C: Gracias, pienso que todos lo somos de una u otra manera. Bueno, lo de mi tía fue gigante. Después cuando comencé a salir, las niñas que antes me gustaban. Fue de muchos complejos. Hice mucha terapia y aún hago ejercicios en un gimnasio que tengo en mi casa. Ufff, entrar al colegio, quedé en decimo, un décimo muy mal en ese tiempo. Entonces entré al colegio donde enseña mi mamá y me tocaba andar pegado de las paredes, comencé a leer a escribir, mi mamá me aplicó las cápsulas mnemotécnicas y fue un logro para mi desarrollo intelectual, era diestro y esa mano fue la que me afecto el accidente hasta el presente, en el pie tengo una férula y con la mano no puedo tener motricidad fina, así que me tocó aprender a escribir con la mano izquierda, un compañero de la maestría me dijo, usted es mi ídolo, jajaja cuando le conté lo de la mano, los años de colegio fueron duros, pues yo en mi colegio era el chino embarrada y ahora, era un discapacitado en un salón de clase de un colegio público, nada fácil. Seguí y terminé mi bachillerato. ¿Qué iba a estudiar?, bueno a mí me gustaba la psicología por algo que me habían nombrado y puesto a leer unos amigos que era la gnosis y la metafísica. Mis padres me averiguaron la Unab-Alexander Von Humboldt y allí entré, con dificultades todavía para moverme, me acuerdo las clases de psicoanálisis con el profesor Ricardo Iván, complicadas, en el primer corte saqué 2.2 y allí me dí cuenta que el psicoanálisis por la dificultad que representaba para mí era apasionante. Así fue mi inicio en la Universidad, pensar para realizar un ensayo sin saber leer muy bien, la Represion! Jajaja los que estuvieron en ese tiempo saben de qué hablo jajaja. Bueno y ese fue mi inicio en la universidad, tendría que darme otra entrevista Kely para contarle ese otro pedazo, no nos alcanza el tiempo ahora.

K: jajaja es cierto, y será igual de interesante esa otra historia, bueno Carlos, le puedo preguntar qué aprendió de ese accidente?

C: Muy buena pregunta, yo hablo de AK/DK antes y después de kike, sigo siendo kike, ahora mayor, maduro y con muchas cosas por delante. Aprendí a saber lo valiosa que es la vida, que apresurarse a morir no es correcto. Que hay que agradecer por la respiración, yo no respiré por mí mismo durante mucho tiempo, que hay algo inmenso que ustedes lo pueden llamar como quieran, para mí es Dios, y no tiene nada que ver con religión, yo siendo cristiano, católico, hindú o ateo creería en quien me salvó la vida, me la devolvió mejor dicho. Aprendí también a ser humilde, pues cuando se ha perdido todo, no hay de que aparentar. Aprendí después de un psicoanálisis que fue el que me trajo de los complejos y me tiene la autoestima donde se encuentra ahora, que nadie lo odia a uno más que uno mismo y que perdonarse es gigante. Ahora puedo decirle a ese kike de 15 años, lo perdono hermano, ni usted, ni nadie tuvo la culpa de esto, pues fue un reto de vida y muerte. Aprendí a no acomplejarme de mi mismo, que dormimos con el mayor juez individual. Tendría que hablar mucho de mi psicoanálisis para que comprendan quien les habla, el psicólogo Carlos Enrique Correa Lagos, y eso daría para otra entrevista, en resumen no dimensiono lo que he aprendido.

K: jajaja ya llevamos dos entrevistas más, usted tiene mucho para contar, de eso estoy segura.

C: Sí, la vida me ha dado mucho material.

K: Doctor Carlos Enrique Correa Lagos, muchas Gracias por concederme esta entrevista en el programa Vidas, es usted una persona increíble, le gustaría regalarnos unas últimas palabras para cerrar el programa
C: Claro que si Kely, bueno a todos los que están viendo esta entrevista les digo que no hay por qué derrotarse, ustedes lo tienen todo para arrasar con el mundo, no se dejen vencer de sus miedos, mírenlos a la cara y sigan, la vida es un instante y disfrútenla porque no saben cuándo se puede salir de sus manos, muchas gracias por verme, escucharme y espero verme con ustedes en el camino de la vida, gracias a usted Kely, muy agradable su entrevista.

K: Con gusto y otro agradecimiento inmenso para usted Carlos por haber desnudado su alma. A la audiencia espero hayan aprendido y seguiremos en Vidas, hasta mañana.

sábado, 14 de febrero de 2015

110 - UNA EXPERIENCIA CON LAS TOXICOMANÍAS - "UN SUJETO QUE NO HA DICHO"



UNA EXPERIENCIA CON LAS TOXICOMANÍAS[1]

“UN SUJETO QUE NO HA DICHO”

Para iniciar la exposición de un tema harto disperso y difícil, es licito saber que son los humanos los que están implicados, llamados y convocados a la reflexión, tratamiento o al menos nombramiento de algo que se presenta manifiesto en el discurso y en la realidad simbólica. Aparecen en este campo muchas figuras que se han descrito como entidades clasificatorias propias de disciplinas como la medicina, lo jurídico y lo social, entre otras. Pero el resultado de este recorrido a veces se confunde con un intento de explicación propia de la ciencia, que quiere atrapar su objeto de investigación y de estudio con todas las fuerzas, conocer sus manifestaciones, sus errores, sus desbordes y sus, si se permite llamarlo así “locuras”. Porque pasa algo muy propio y es que se adentra en todo el mundo contemporáneo para acaparar lo máximo posible y se percibe que ese intento queda escurrido, desvanecido y el resultado, son sus residuos.

     Esto es pertinente para abrir la discusión que sigue en este seminario titulado El Sujeto y las Toxicomanías, la introducción de la ciencia, representada en la medicina, que actualmente concierne a la salud mental y su rama la psiquiatría. La última ha marcado un trazo en la historia representativo, ha dicho, ha anunciado y ha encasillado todas los fenómenos que se presentan en su interior, o sea en su clínica, de manera bastante esquemática y parcialmente ha logrado una tranquilidad con ella misma a nombre de la ciencia, porque “es imposible separarse de lo objetivo”, o al menos el intento aterra a algunos y a los otros los llena de temor.

     Entonces en el panorama se ve la ciencia manifestada por medio de la medicina y en su interior, la psiquiatría y los conceptos que ha producido referente al tema que acá se convoca, son los de toxicomanía y fármaco-dependencia.

En Francia, a partir de la década de los 1950, fue la noción de “encuentro” la que inspiró a los autores: para dar lugar a “la eclosión de una neurosis toxicomaniaca – dice C. Duran -, es necesario y suficiente que se produzca un encuentro de ciertas organizaciones neuróticas de la personalidad con una sustancia que engendre la toxicomanía”. Le Poulichet (2012) P. 20-21.[2]

     En este punto es adecuado manifestar que para este escrito la toxicomanía no es una estructura que edifique o cimiente la personalidad, de acuerdo a la experiencia tenida no se trata aquí de encasillar un conjunto de manifestaciones confusas, no es el adicto exclusivo de la neurosis, la perversión o la psicosis. El toxicómano puede tener rasgos de las tres en momentos diferentes de acuerdo a si consume o no, porque esto también es distinto. Es el momento en el cual la psiquiatría, la medicina, y la ciencia en principio, hacen una unificación, una fusión, colocando al mismo nivel lo psíquico y lo físico excluyendo así al sujeto de su acto y deshistorizándolo.

“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos,

Pero a mí un pajarito me conto que

Estamos hechos de historias”[3]

Si por tratamiento psíquico entendemos el empeño por provocar en el enfermo los estados y condiciones anímicos más favorables para su curación… las palabras son, sin duda, los principales mediadores del influjo que un hombre pretende ejercer sobre los otros[4] De hecho, si aceptamos que todos los estado anímicos, aun los que solemos considerar -procesos de pensamiento-, son en cierta medida –afectivos- y que no están ausentes de las exteriorizaciones corporales y la capacidad de alterar procesos físicos[5], el prestar una escucha atenta a las palabras en las que el paciente objetiva su sufrimiento es una herramienta eficaz y esclarecedora sobre la fármaco dependencia, su predisposición, tratamiento y cura.”[6]

     Las toxicomanías entonces y al interior de este concepto, la adicción y los adictos se presentan, hablando del sujeto humano, de manera diferente y particular, pareciera que son dos discursos y teorías separadas que se comunican y se contagian, entonces hacen urgencia preguntas, la primera es: ¿hay adicciones para adictos? o ¿hay adictos para adicciones? o, ¿el problema es el adicto el adicto grita el problema, de verdad es un problema el problema?.

     Las preguntas producen el movimiento justo para pensar y para comenzar a despejar estas cuestiones, es necesario entonces adentrarse y mirar la discusión que ha atravesado a la ciencia y al sujeto con la aparición a mediados de la década de los 60’ del concepto de fármaco-dependencia:

[…] progresivamente, fue la noción de “fármaco-dependencia” la que se afirmó para explicar toda toxicomanía. Esta noción introduce la idea de una “interacción” entre un organismo y un medicamento[7] –o fármaco. Y su advenimiento es correlativo de la irrupción de un nuevo saber sobre las relaciones entre lo “fisiológico” y lo “psicológico”. [8]

     Aquí se percibe un cambio que se dirige a lo objetivo y lo científico con el termino de interacción en lo exterior, en ningún momento se pregunta la definición por lo que causó, lo que hizo que existiera tal interacción, que va más allá de la simple percepción de un fenómeno externo.

Entonces es preciso hacer conocer el concepto completo y es el que sigue:

La denominación de farmacodependencia ha sido adoptada por la OMS con el fin de reemplazar la de toxicomanía, adicción y habituación. Según el comité de expertos, la farmacodependencia podría definirse de manera descriptiva como un estado psíquico y a veces físico resultante de la interacción entre un organismo y un fármaco. Se caracteriza por modificaciones del comportamiento y otras reacciones que comprenden siempre un impulso irreprimible a tomar el fármaco en forma continua o periódica a fin de experimentar sus efectos psíquicos o para evitar el malestar producido por su privación.” OMS (Extraído de Vélez, Borrero, Restrepo, Rojas. 1995 P. 432–433)

Ya explícito el término de fármaco-dependencia, se hace necesario ir al que lo antecede que es la toxicomanía, no tan ajena a la ciencia, o al menos más viejo y que muestra cambios y un intento de acercamiento a lo que se trata de elaborar en este lugar:

Toxicomanía: Estado de intoxicación periódica o crónica generado por el consumo reiterado de droga (natural o sintética).

Sus principales características son:

1) Un deseo invencible o necesidad de seguir consumiendo droga y de procurársela por todos los medios.

2) La tendencia a aumentar la dosis.

3) Una dependencia de orden psíquico y generalmente físico en cuanto a los efectos de la droga

4) Efectos nocivos para el individuo y la sociedad. (Porot, 1952. Extraído de Vera, 1988. P.30)

     Toxico-manía y fármaco-dependencia llevan implícito un cambio drástico, aunque los dos pertenecen al campo científico se nota la tarea de objetivar, de llevar al campo de lo explicable algo confuso. Empero volvemos a la pregunta por la causa:

La definición de toxicomanía y la de farmacodependencia hablan de un individuo que ya consumió un producto, o dicho de otro modo, que ya tiene el producto en su organismo. Las referencias al estado psíquico o físico resultan de ese consumo del producto. […] Ninguna de las dos definiciones toma en cuenta la situación del sujeto antes de la utilización del producto. Vera, O (1988) P. 31

     La pregunta por la causa como algo de lo que surge todo actuar humano queda excluida, asomada en la toxicomanía con la inclusión de individuo y sociedad, pero desaparecida en farmacodependencia y toda posibilidad de ver a un sujeto como sujeto que es dividido.

    ¿Y allí en ese fenómeno donde queda el sujeto que padece por la interacción mortífera o necesaria de algo que cree que lo explica?


UN NO-SUFRIENTE, IMAGEN DEL TOXICÓMANO EN LA CLÍNICA.

Hay que tener claro que la clínica de la que se trata tiene la ética del psicoanálisis, es decir, considera a cada sujeto en su particularidad, no generaliza y está atravesada por el Bien-Decir, ósea que lo que importa en su interior es la palabra y todas las manifestaciones del inconsciente, para que por medio de esto surja algo diferente a todos los mecanismos de los que ha sido objeto el adicto, la medicina, la familia, los entes jurídicos y hasta la misma comunidad terapéutica, allí va a encontrar un espacio para que diga lo que se le ocurra, especialmente lo que no ha dicho o lo que está por decir y no lo escuchan, como lo refiere Juan Alberto Yaría en su texto LA DROGADICCIÓN Y EL ABORDAJE A TRAVÉS DE LAS COMUNIDADES TERAPÉUTICAS PROFESIONALES:

No debemos olvidar que el adicto viene de adictum: lo no dicho, lo que está por decirse. Es una patología del diálogo familiar, del diálogo generacional.  Yaria, J (virtual)

     Con las esferas individual y familiar se hace manifiesto el objetivo de este trabajo, para el adicto y para el no adicto, la familia atraviesa y sobre todo funda su mundo subjetivo, una serie de tramas, una novela familiar como lo diría Freud en su texto de 1908 titulado La Novela Familiar Del neurótico, allí habla de lo que le sucede al niño en la relación con los padres, la existencia de sentimientos ambivalentes, amor y odio, la irrupción del complejo de Edipo, la autoridad y lo ideal como un deseo.

     Así que como se viene planteando en este texto, el sujeto adicto no necesariamente se ubica desde la neurosis, pero desde su existencia como sujeto está inmerso en el lenguaje y en la relación con el Otro casi siempre materno. Es decir está en una Familia.

     Al citar a Yaría se encuentra que describe las características de los grupos familiares del adicto y dice que:

Observamos los siguientes ítems en la consideración de los grupos familiares de adictos que se puedan presentar conjuntamente o, en algunas familias pueden prevalecer algunos:

La adicción estabiliza la familia.

La adicción es una protesta paradójica y por ende sin salida en la medida que fracasen los mecanismos de simbolización de la realidad contra un problema familiar disfuncional.

En las familias de adictos se observan fronteras generacionales no definidas: alianzas monogeneraciones débiles, heterogeneracionales fuertes (por ej. madrehijo; que encubren dificultades en la relación de pareja). Por ende el paciente identificado se halló desde muy temprano sujeto a la posibilidad de incesto, promiscuidad y de todo aquello que delata una insuficiencia de la Ley Paterna por fracasos de sus representantes.

Es común en la familia de adictos las diversas adicciones de los padres: al alcohol y al trabajo. En los padres adictos al alcohol encontramos que éstos funcionan como niños mal estructurados y que más que padres son hermanos niños rivales.

En los adictos al trabajo encontramos la falta de diálogos, desencuentro con lo simbólico (ya que esto para el que escribe es lo central de la vida familiar). Esta carencia en lo simbólico genera mucha inermidad y abandono. Podríamos pensar que más importante que lo traumático del vivir es tener con quien hablar para suturar las heridas que todo convivir conlleva. (Negrita mía) Yaría (virtual)

     Lo anterior es importante entenderlo ya que pienso que el adicto no se estructura sin un contacto con el Otro. /// HASTA AQUÍ UNA PARTE DEL SIMPOSIO PREPARADO PARA EXPONER EN LA UNIVERSIDAD ALEXANDER VON HUMBOLDT ARMENIA, QUINDÍO, COLOMBIA.



[1] [1] Psicólogo titulado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga Extensión Alexander Von Humboldt, Armenia, Quindío, actualmente trabaja en la Fundación Hernán Mejía Mejía, con el programa: Centro de Atención en Drogadicción (CT) Terapéutica Familiar Escuela de Amor, y es estudiante de la Maestría en Cultura y Droga de la Universidad De Caldas, Manizales, Colombia, También trabaja en Clínica Particular.
[2] C. Duran, “La névrose toxicomanique”, EMC, 3.7380, A.70, 1955. Extraido por Le Poulichet (2012) Toxicomanías y psicoanálisis, las narcosis del deseo.
[3]  Eduardo Galeano - el libro de los abrazos
[4]  Sigmund Freud, tratamiento psíquico. Tomo I pág. 123
[5]  Sigmund Freud, tratamiento psíquico. Tomo I pág. 119
[6]  Mauricio Jiménez Aristizabal - Psicólogo Universidad de San Buenaventura Medellín - Magister en Psicoanálisis Universidad de Buenos Aires – Correspondencia con el autor.
[7] “Esta definición fue presentada en 1969, con ocasión del décimosexto informe del comité de la Organización Mundial de la Salud. Véase J.M Oughourlian, La personne du toxicomane, París: Privat, 1978, pág. 137.” Extraído de Le Poulichet (2012) toxicomanías y psicoanálisis. Ed: Amorrortu Editores, Buenos Aires, Argentina. P. 21.
[8] Extraído de Le Poulichet (2012) toxicomanías y psicoanálisis. Ed: Amorrortu Editores, Buenos Aires, Argentina. P. 21.
 Carlos Enrique Correa Lagos - Psicólogo