A continuación se tocará en este corto texto el temor al escenario, titulo de un texto de Sandor Ferenzci en el que habla de cómo se presenta este fenómeno en la clínica, lo que encubre y con qué concepto psicoanalítico tiene asociación. es claro que aquí no se habla de generalización ya que como se ha dicho se trata de la ética del psicoanálisis y el caso por caso, sin embargo el autor deja ver algo de su profundo análisis clínico al interior del dispositivo analítico. lo transcribiré seguido y luego haré un comentario:
"Entre las personas que se ven perturbadas por el "temor del escenario" cuando hablan en público o en producciones dramáticas o musicales, uno descubre que en tales momentos frecuentemente han caído en un estado de autoobservación: oyen su propia voz, notan todos los movimientos de sus miembros, etc. y esta división de la atención entre el interés objetivo en lo que están haciendo y el subjetivo de su propia conducta perturba la normal y automática actividad motora, fonética u oratoria. Es un error creer que tales personas se vuelven torpes como resultado de su excesiva modestia; por el contrario, su narcisismo exige demasiado a su propia ejecución. Además de la observación crítica negativa de su propia actividad, hay también una observación positiva simple, en la que los actores se embriagan con sus propias voces y otros actos y olvidan llevar a cabo éstos cumplidamente. La "duplicación de la personalidad" al hablar es a menudo un síntoma de la duda interna acerca de la sinceridad de lo que se dice."
Zeitschrift, 1923, IX, 69.
Hago la cursiva en las partes de interés que creo suscita el texto, aquí noto una muy afinada observación del narcisismo, que además hace parte del desarrollo de la libido y forma de manera importante el amor y el odio propio de cada persona. en este texto Ferenzci habla de la autoobservación y la duplicación de la personalidad y allí pienso en lo que se observa desde la clínica, que es una autoexigencia sádica de ser mejor o de culparse porque las cosas han sido peores, es como si el sujeto se observara en un espejo, en el espejo de los otros y esa mirada le devolviera una imagen oscura o demasiado exigente de sí mismo, y allí necesariamente se pierde o no puede competir con ese reflejo, es lo que pienso se concreta de este texto parcialmente.
Por: Carlos Enrique Correa Lagos
Psicólogo clínico, Psicoanalista, Magister en Culturas y Drogas y Docente Universitario