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martes, 2 de octubre de 2018

136 - Y entonces, ¿qué es sexualidad?



Y entonces, ¿qué es sexualidad?

Daniela Foronda Ramirez

dani_96foronda@hotmail.com
Isabela Mazuera Martínez
isamm99.m@gmail.com
Sara Melissa Mosquera Galarza
saramelissa9827@gmail.com
Isabella Salazar Arias
isalazar7@estudiantes.areandina.edu.co

Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica 
                                                                                                                    Grupo: 405 IV semestre
Psicología 


     A continuación se presenta una temática universal, aunque de mucha cautela en cuanto a aceptarlo propiamente se refiere. Para empezar es necesario conocer la base a la luz de la cual se explica el tema principal. El psicoanálisis nace con sigmund Freud, fue el innovador, es llamado el padre del psicoanálisis y con él fue el descubrimiento del inconsciente en la sexualidad y en el sentido que él mismo le dio.
     En otras culturas se habían hecho aproximaciones sobre el inconsciente pero nunca se había llegado tan a fondo como lo hizo Freud y no se había fundamentado en el tema de la sexualidad y con tan amplios contenidos.
     Es muy probable que si salimos a la calle haciendo una breve pregunta como ¿Qué es la sexualidad? Las personas nos contesten que, “es un acto de dos personas que genera placer”, pero desde el punto de vista de psicoanálisis, la sexualidad humana no se reduce solo al contacto de los órganos genitales de dos individuos, ni a la estimulación de órganos genitales, se le llama sexual a toda aquella conducta que a partir de un lugar erógeno de nuestro cuerpo, como puede ser la boca, produce ciertos tipos de placer que se presentan en dos aspectos, placer organico y sexual.
     Según lo explica Nasio, J.D (1996) en su libro “El placer de leer a Freud”, el primero es un placer procurado por la satisfacción de una necesidad fisiológica, un ejemplo de este puede ser, el placer que siente el bebé cuando su madre lo amamanta que se convierte en un placer satisfactorio buscado por el bebé al ser una necesidad biológica. El pecho materno es nuestro primer objeto sexual. Y el placer sexual, es el que se da en una zona erógena, que se obtiene por la mediación de un objeto fantasmatizado, siendo este objeto el medio para alcanzar la meta ideal; por ejemplo, besar el cuerpo del amado. (p.61).
     Según Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, para entender el concepto de sexualidad debemos partir comprendiendo qué es pulsión, esta se refiere al placer inconsciente que, “ aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo corporal, como un representante  psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma”. El placer es un resultado de la ausencia de tensión y el displacer la presencia de la misma. (Freud, 1915, p.117). Por lo tanto es muy natural que el organismo se oriente hacia el placer y evite la ansiedad y el displacer. Nasio también nos recita que Freud describió sexualidad a toda conducta que a partir de una región erógena del cuerpo asentándose sobre un fantasma procurando un tipo de placer. (p.60).
     Según nos relata Nasio, J.D (1996) las pulsiones sexuales son diversas y hacen parte del inconsciente de cada persona y existen desde que el individuo se encuentra en el útero de la madre y finalizan con la muerte del mismo. Hay dos grupos de pulsiones opuestas: el grupo de las pulsiones que tienden a la descarga, llamadas pulsiones sexuales, para Freud dichas pulsiones se dividen en cuatro elementos que son: fuente, fuerza, meta y objeto; la fuente es la zona erógena, es de donde sale la pulsión, la fuerza se encarga de mover, la meta es lo que la atrae y el otro elemento es el objeto, que es el medio por donde intenta alcanzar su meta ideal. (p. 59)
     Ahora, el grupo de las pulsiones que se opone a las sexuales, llamadas pulsiones del yo son: represión, sublimación y fantasma. La represión es el obstáculo que impide el paso de los contenidos inconscientes hacia el preconsciente; otra dificultad para el placer es la sublimación, que consiste en desviar el trayecto de la pulsión cambiando su meta sexual ideal por una que no sea sexual pero está socialmente valorada, un ejemplo son los sentimientos de amistad, realmente se trata de una pulsión que se reemplaza por una expresión social; y por último está el fantasma, que consiste, no en un cambio de meta como sucedía con la sublimación, sino en un cambio de objeto, como si para detener el impulso de la pulsión sexual, el yo contestará a la pulsión engañandola con la ilusión de un objeto fantasmatizado, fantasma que moviliza la actividad de las pulsiones sexuales y proporciona placer.
     Sigmund plantea que la sexualidad aparece desde el nacimiento y que, durante las diferentes etapas de la infancia, proporciona gratificaciones especiales al individuo mediante sus zonas corporales, ya que están capacitadas de una energía que busca placer y libido.
Para el psicoanálisis el libido es la energía sexual que realza los placeres específicos de las funciones vitales como el comer, los movimientos corporales y la regulación intestinal. (Erikson, Erik, 2009, p.53).
     Es importante tener en cuenta que la sexualidad infantil se diferencia de la sexualidad adolescente y la sexualidad del adulto en que la primera tiene múltiples metas sexuales y erógenas que le sirve de apoyo, mientras que la sexualidad adolescente y adulta se organiza bajo la superioridad genital.
Freud con su teoría psicoanalítica rompió con las creencias que tenía la ciencia en cuanto a que la sexualidad llegaba con los cambios hormonales en la adolescencia. Sigmund afirmó que las personas nacemos con sexualidad y esta es una constante en la vida que se va organizando y cambiando a medida que pasa el tiempo.
     Se ha demostrado en investigaciones que el niño a temprana edad muestra una actividad corporal con el nombre de sexualidad y de allí se han conectado fenómenos psíquicos que se hallan más adelante en la vida amorosa adulta. (Freud & Rosenthal,1998). Según  Nasio, J.D (1996) la historia de la sexualidad va desde el desarrollo del cuerpo infantil, comienza desde el nacimiento y termina más o menos a los 5 años de edad con la aparición del complejo de edipo, que se refiere al apego del infante al padre del sexo opuesto y su hostilidad hacia el padre del mismo sexo. (p.59).
    Se puede  hablar de tres fases de las pulsiones sexuales infantiles, que serían en primer lugar, la fase oral la cual se da de los cero a los dos años de edad, en este punto la parte del cuerpo dominante es la boca, su presencia con mayor intensidad data de los primeros 6 meses del lactante, ya que le da al bebé no solo la satisfacción del alimento sino también el placer de mamar. El placer oral es fundamentalmente el placer de succionar  el objeto que se tiene en la boca.
     En segundo lugar se encuentra la fase anal, allí la parte del cuerpo que  predomina es el ano, su desarrollo varía en un lapso de los tres a los cuatro años de vida en el cual el orificio anal, como ya se mencionó, viene siendo la zona erógena. Su placer orgánico sería defecar, acto que  alivia una necesidad corporal y su placer sexual sería el retener sus ganas de defecar para después expulsarlas fuertemente. 
     En tercer y último lugar, pero no menos importante, nos encontramos con la fase fálica, la cual precede el estado final del desarrollo sexual infantil, esta fase se extiende de los tres a los cinco años, en esta fase predomina el fantasma del órgano genital masculino el cual desempeña un papel dominante y en el lugar de la niña el clítoris es considerado por freud como la fuente de excitación, aquì el pene y el clítoris son los soportes reales de un objeto fantasmático y en cuanto al placer sexual se da con las caricias masturbarias de los genitales.
     Durante la etapa genital el niño experimenta un fuerte deseo sexual hacia la madre y hacia el padre un sentimiento de hostilidad. El dilema es que el niño sigue queriendo a su padre y se forma un sentimiento de ambigüedad, ante el amor sexual por su madre, esta descripción es lo  que se conoce con el nombre de “Complejo de Edipo”.
Resulta entonces que el desarrollo psicosexual, se caracteriza, en la primera infancia con predominio en diversas pulsiones de autoconservación, también Freud advirtió que la infancia afecta en una medida significativa  la personalidad adulta. (Coon,D., O.,J. 2010). Además se satisfacen principalmente de manera autoerótica y luego moderado por el periodo de lactancia, más tarde logrando su renovación en la pubertad, bajo el primado genital, y finalmente  logrando una elección de objeto fuera de la familia. A pesar de que todos los seres humanos pasan por estas fases del desarrollo psicosexual, ni sus manifestaciones ni su duración es igual en toda medida. Tampoco el paso de una a otra significa el cambio de lo anterior, sino más bien la coexistencia de las zonas erógenas y pulsiones implicadas en cada etapa en particular, las cuales nunca son superadas si no que disminuyen en la vida adulta, Pudiendo eso sí, existir lugares de fijación en los cuales la libido le dará mayor importancia a retroceder mediante el mecanismo de represión. (Rivera, G, C, 2008, p. 21).
     Finalmente es de admirar  cómo la mente Freudiana desarrolla minuciosa una conexión de el factor interno de un sujeto con la forma de expresión del mismo, lo más interesante del psicoanálisis de Sigmund es que la sexualidad no es algo que adoptamos en una etapa determinada en la vida, la sexualidad es una constante en ella, que al pasar el tiempo se organiza y pasa por distintas etapas.
     La sexualidad para Freud rodea todo lo que somos, la sexualidad no solo es el tema de sexo y de relaciones sexuales, la sexualidad comprende aspectos como el afecto y las relaciones humanas. Hay que intentar cambiar la visión de la sociedad ante un tema tan común e importante como el sexo y sobre todo el tabú que hay al nombrar la palabra sexo. Si nos ponemos a pensar cada vez que nombramos la palabra sexo o queremos hablar con alguien de ese tema la persona se va a ruborizar, o un ejemplo muy común seria con los padres, normalmente los padres no son capaces de hablar abiertamente con sus hijos sobre dicho tema, vemos el tema del sexo como algo morboso que solo se refiere al coito, al frotis de nuestras partes intimas cuando tenemos muchas formas de mirar esta palabra, un ejemplo de otra mirada hacia la palabra sexo se puede reflejar en algo tan hermoso y como es amamantar y como lo vimos anteriormente esto se convierte en un placer satisfactorio buscado por el bebé al ser una necesidad biológica.

Y ¿Usted qué hará para cambiar tal estigmatización del mundo sobre la sexualidad? 

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Referencias

Coon,D., O.,J. (2010).Introducción a la psicología .(20a. ed.) Cengage. Página 57. Tomado de http://www.ebooks7-24.com.proxy.bidig.areandina.edu.co:2048
Erickson, E. H. (2009). Infancia y Sociedad. Buenos Aires: Horme-Paidos. P. 53



Freud, S. (1915). “Pulsiones y destinos de pulsión” en Obras Completas, Tomo XIV, Buenos Aires: Amorrortu editores, 1984. Tomado de: http://www.bibliopsi.org/docs/freud/14%20-%20Tomo%20XIV.pdf


Rivera, C.R. (2008). “Desarrollo psicosexual en Freud y explotación sexual comercial infantil” universidad de chile,Facultad de ciencias sociales.Tomado de: http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2008/guzman_c2/sources/guzman_c2.pdf


135 - Deseo sexual infantil ¿Tabú o realidad?



Deseo sexual infantil ¿Tabú o realidad?

Autoras: 
Diana Carolina Torres Osorio (dianatorres01@gmail.com)

Jennifer Tatiana Suarez (tatianasuarez326@gmail.com)
María Alejandra Muñoz Orozco (aleja.munoz.orozco@gmail.com)

Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica 
                                                                                                                    Grupo: 405 IV semestre Psicología


La sexualidad está presente durante todo el ciclo vital del ser humano, especialmente en la infancia es una premisa de relevante atención. Al igual que todo desarrollo en el ser, el sexual comienza desde el nacimiento.

     En el presente ensayo se analizará, informará y discutirá el desarrollo psicosexual de los niños. Desde los primeros años de vida, a partir de la etapa oral, etapa anal y etapa fálica que Sigmund Freud planteó. Teniendo en cuenta las diferencias y similitudes en cuanto a los dos sexos. Los niños desde sus primeros contactos con el mundo empiezan a manifestar involuntariamente conductas que están en constante proceso de transformación.

     Las diferentes etapas del desarrollo psicosexual infantil condicionan al infante hacia unas fijaciones de acuerdo a su crecimiento, exploración y contacto con el mundo y las personas de su entorno. Tal como se tomen estas fases de exploración, está podrá condicionar y cambiar la conducta en un futuro, ya que todos estos actos y sus consecuencias se almacenan en el inconsciente del infante, de esta forma entonces actuará y tomará la sexualidad según sus actos reprimidos.

     Para comprender un poco más el comportamiento sexual, específicamente infantil. Tomamos la explicación del capítulo “El sentido sexual de nuestros actos” del libro “¿Cómo leer a Freud? “, se plantea que los actos involuntarios están siempre presentes en nuestro actuar. Por medio del inconsciente, estos actos cuentan con un sentido profundo. En los infantes, dichos actos involuntarios generan un tabú ya que no es un tema que socialmente está completamente aceptado y comprendido. Actos que de algún modo se consideran fallidos ya que representan a nivel psíquico un acto ideal o una meta suprema.

Freud afirma (con gran escandalo para la sociedad de su época) no solo que los niños tienen instintos y deseos sexuales, si no que la comprensión de estos instintos y deseos es fundamental para la comprensión de la vida sexual adulta y se encuentra en el origen de numerosas patologías de carácter psíquico. Freud entendía que estos impulsos sexuales (que denomina libido) iban mas allá del propio acto sexual, incluye en ellos los sentimientos de satisfacción y placer que experimentamos realizando las mas diversas actividades (y no solo el acto sexual). Por ejemplo, el acto infantil de chupar proporcional al niño, según Freud, satisfacer impulsos de carácter sexual. (Posada, 2003, pág. 220)

     Para tener una idea mas globalizada de la propuesta de estas etapas y sus características principales, sus fijaciones y sus correspondientes edades, donde solo se resaltarán tres que están totalmente designadas a la primera infancia.

     La primera es la Fase oral se relaciona con los primeros 18 meses de vida que consiste en el inicio de la exploración sexual y satisfactoria por medio de la boca, ya que el niño se relaciona con su entorno. Si al infante se les impide el acceso a dichos impulsos sexuales como succionar, introducir objetos o partes de su cuerpo en su boca, se generaría un bloqueo en su inconsciente. El cual se expresará en el transcurso de su vida.

     La segunda fase se denomina etapa anal del desarrollo psicosexual se da en niños de tres años y esta consiste en que el niño va aprendiendo a manejar la zona anal de manera controlada y a partir de allí el niño experimenta un placer sexual al realizar sus heces.

   La tercera fase es la etapa fálica se presenta desde los tres a los seis años, esta se caracteriza principalmente por la aparición del complejo de Edipo, el cual se manifiesta a través de los celos y la atracción sexual de los niños hacia la madre, en las niñas hacia el padre y la curiosidad hacia otros. En esta etapa el infante empieza a expresar la fijación por los genitales y por ende las zonas erógenas de el mismo y de otros.

     Estas etapas nos muestran que siempre ha existido un vínculo entre el infante y el placer sexual en el que se caracterizan cinco fases, la oral, anal, fálica, periodo de lactancia y la fase genital. Por el cual constantemente en la sociedad este tema, es tomado como tabú o como incluso un tema que no es de mencionar. ¿Por qué?, el desconocimiento y la falta de atención a detalles con los que inevitablemente todo ser humano pasará desde sus primeros días, hasta la adolescencia, la adultez y la vejez.

     Esto se debe a que son actos involuntarios provenientes del inconsciente en el que actúan de acuerdo a explorar y conocer su cuerpo en cualquier lugar, frotarse y jugar con todas sus partes del cuerpo, tocar el cuerpo de su madre u a otras mujeres, resolver sus dudas acerca de su cuerpo, mirar otras personas cuando están desnudas, recrear comportamientos de pareja, hablar sobre sus partes con malas palabras sin tener muy claro lo que significa, explorar sobre sus partes con otras personas y querer estar desnudos.

     El deseo sexual infantil ocurre de diferentes maneras en los niños como en las niñas. Las niñas en la fase fálica invierten parte de sus pensamientos en fantasías, y cuentos idealizados por ellas, teniendo presente un “ideal absoluto” llegando a inclinar más sus gustos al niño que brinda características similares al padre, y generan un deseo sustituto a ese ideal inalcanzable, ocasionando una atracción al niño el cual está interesada. Mientras que el niño tiene su atención fija y directa hacia la madre, dónde no desencadena tantas emociones a niñas de su entorno. El deseo sexual del niño varón se desenvuelve por medio del juego placentero.

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Referencias

Nasio, J. D. (1996). EL PLACER DE LEER A FREUD. Barcelona, España: gedisa.
Posada, F. V. (2003). Psicología Evolutiva y Psicología de la Educación. Barcelona: COSSETANIA.
Urrego, S. G. (2013). Una aproximación del desarrollo psicosexual desde la perpectiva de la metapsicología freudiana. Pensamiento Psicológico, 11(2), 157-175.