Buenas
noches, hoy les hablo yo Carlos Enrique Correa Lagos, Kelly Johana, Kike, el
psicólogo, el psicoanalista, el magister, el profe, a fin de cuentas, el humano. Hoy tuve
un final después de tres años de planearlo, hoy se hizo realidad, pasó a lo
simbólico, el terminar. Cuando digo que he terminado quiero decir al mismo
tiempo que comienzo, otro camino parecido pero más liviano conmigo mismo. Es
una mejoría, un compromiso con el deseo, con el método, con la práctica, con la
teoría.
Hoy
comprendí y fue dicho, que el psicoanalista hace escuela con su propia
experiencia, una frase con muchos caminos, y eso fue posible gracias a mi
tenacidad, palabra que vino a significar todo el recorrido andado, fui tenaz,
insistente y dedicado con lo que realicé. Comprendí también que hay un
horizonte de trabajo, de persistencia y labor.
Yo
Kelly Johana, que entrevistó al dr Carlos Enrique Correa Lagos también
comprendí que en mi ser de mujer habita una fuerza que no se vence, el anima y
el animus se fusionan para sacar adelante a un ser humano, no importa el género
porque el alma no tiene genitales. En mi desorden de mujer encuentro el orden
de la vida.
Yo
Kike, el adolescente insistente e intranquilo hoy se dio la mano con todos,
seguirá en la dimensión del pasado acompañando el recorrido y estando orgulloso
de lo logrado, ya no tengo pesares ni lástimas, ya no me arrepiento de lo que
pasó, ya me perdonaron y perdoné, ahora disfruto mi estadía en las infinidades
del tiempo.
Hoy
soy un Correa Lagos, dos apellidos que cargo con mil historias que ya no
gritan, soy sólo yo acompañado de quien amo. Ya todos nosotros nos
reencontramos para abrazarnos y decir que seguiremos hacia adelante.
El
inconsciente se hizo consciente y por vía del afecto se simbolizó, gracias a
quienes nos acompañaron, mi esposa Jeka, a Joha, a Juan Carlos, a Luis Arturo,
a Carlos Alberto (beto) y al Dr Fernando Alfonso Ávila por siempre haber estado
ahí, por sus aportes y enseñanzas, por el amor y la pasión que transmiten y por
presenciar y haberse dejado tocar de esta experiencia.
Hoy
sigue mi proceso, con la llama del fuego del deseo, haciendo como lo hago desde
que comencé, un acto, un estar en otro lugar, un crear desde mí, ya lo físico y
lo psíquico se unen para ser mi fortaleza, una fuerza que empuja hacia adelante.
Gracias
infinitas a todos por escucharme y ya nos veremos en las olas de la vida.
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