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jueves, 26 de diciembre de 2013

100 - XLVII EL "COMPLEJO DEL ABUELO"1


Este artículo aparece en el apartado del libro TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS escrito por Sandor Ferenczi que se titula SOBRE LA CRIANZA DE LOS NIÑOS, es importante verlo como una de las maneras de hacer psicoanálisis guiada y citada por Freud y con un tema siempre actual como lo es la inscripción del abuelo como significante en el inconsciente.

"XLVII EL "COMPLEJO DEL ABUELO"
 
     Los trabajos precedentes de Abraham y Jones ofrecen una casi exhaustiva explicación de la importancia que a menudo asumen en la vida de los nietos sus relaciones con los abuelos. En relación con esto me gustaría referir brevemente alguna de las cosas observadas por mí al respecto.
     He descubierto que el abuelo desempeña un doble papel en la fantasía del niño. Por una parte es realmente el impotente hombre mayor que da órdenes inclusive al todopoderoso papá y cuya autoridad, consecuentemente, quisiera el niño poder apropiarse y utilizar en su resistencia contra su padre (Abraham y Jones). Por otra parte, sin embargo, el abuelo es el anciano impotente y débil, muy próximo a morir, quede ningún modo puede compararse (especialmente en el campo de lo sexual) con el vigoroso papá, y por lo tanto se convierte en objeto de menosprecio por parte del niño. Muy a menudo es precisamente en la persona del abuelo que el nieto se encara por primera vez con el problema de la muerte, del definitivo alejamiento de uno de los suyos, y el niño puede entonces desplazar hacia al abuelo las fantasías hostiles sobre la muerte del padre, reprimidas no obstante, en virtud de su ambivalencia. "Si el padre de mi padre puede morir, entonces mi padre también morirá algún día (y yo asumiré entonces sus privilegios)", así discurre la fantasía que por lo general se oculta tras los recuerdos encubridores y fantasías sobre la muerte el abuelo. Además, por la muerte del abuelo, la abuela queda sola; muchos niños (a fin de conservar la vida del padre pero, no obstante ello, poder tener a la madre por entero, para ellos) recurren al expediente de dejar morir al abuelo en su fantasía, dar la abuela a su papá y quedarse con la madre para sí. "Yo duermo con mi mamá, tú deberías dormir con la tuya"2, piensa el niño y se cree justo y magnánimo.
     El hecho de que la imagen del "abuelo débil" o del "abuelo vigoroso" (en el último caso con tendencias de identificación) quede fijada en la mente del niño, depende esencialmente del papel que el abuelo desempeña realmente en la familia. Si el abuelo es el amo de la casa, de hecho el Patriarca, entonces el niño va más allá de la persona del padre impotente en su fantasía y espera poder heredar directamente toda la autoridad del abuelo; en un caso de esta naturaleza que pude examinar analíticamente, el niño nunca pudo, después de la muerte del poderoso abuelo, someterse el padre que había asumido toda la autoridad en sus manos; lo trataba como un simple usurpador que le había robado lo que de derecho le correspondía.
     La imagen del "abuelo débil" se fija particularmente en los niños de aquellas familias en las cuales (como a menudo sucede) los abuelos son tratados con desconsideración".

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1. Referencia: *Ferenczi, S (1967) TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS. Ed: Paidós, Buenos Aires, Argentina. P. 265
2. Observaciones de esta naturaleza hechas por niños pequeños me han llegado a través de fuentes dignas de crédito. Hay un interesante ejemplo de las mismas en "Análisis de una fobia de un niño de 5 años". Obras completas. Buenos Aires, Rueda, tomo XV, 1953. donde el pequeño Hans se no,bra a sí mismo esposo de su mamá y por lo tanto padre de sí mismo, mientras que relega al padre para la madre de este último, es decir, para la abuela del pequeño, acerca de lo cual Freud observa: "Todo se arregla muy bien. El pequeño Edipo ha encontrado una solución más feliz que la permitida por el destino. Concede a su papá, en lugar e apartarlo, la misma felicidad que quiere para sí; lo designa para que sea su abuelo y lo hace casar con su propia madre.

Carlos Enrique Correa Lagos - psicólogo.

99 - LA ATENCIÓN DURANTE LA NARRACIÓN DE LOS SUEÑOS

 
La siguiente es la transcripción de un interesante artículo escrito por Sandor Ferenczi en sus obras, consecuentemente el tema que toca llama la atención por lo enigmático e importante para todo aquel que tenga contacto con los pacientes en la clínica. Como se ha dicho en este lugar y en la teoría psicoanalítica fundamentalmente con Freud, es que el Sueño tiene trascendencia para marcar la vida anímica del humano, no es una simple formación nocturna para descargar la mente, no es algo producido por estímulos externos o cualquier otra cosa que la ciencia haya dicho al respecto. El sueño trasciende lo banal y por medio del absurdo que es un mecanismo presente en manos de la censura, hace el acto de Salvar, Mantener y proteger al soñante de la gran angustia que le esperaría sentir sin velo alguno la naturaleza de sus deseos.
 
XXI LA ATENCIÓN DURANTE LA NARRACIÓN DE LOS SUEÑOS
 
     "El psicoanalista, como es bien sabido, no debe escuchar con tensa atención lo que dice el paciente, sino con una atención "flotante", (véase consejos a jóvenes médicos, Freud), lo cual posibilita la debida perspectiva a su propio inconsciente. Me gustaría hacer una excepción a esta regla a lo que atañea la narración de los sueños del paciente, puesto que aquí cada detalle, cada matiz de la expresión, el encadenamiento de los contenidos deben interpretarse por medio de palabras. Debe tratar uno de observar también cuidadosamente las expresiones usadas en la narración de los sueños. Frecuentemente me he narrado a mí mismo sueños complicados hasta tres veces".
 
     Aquí el producto de la experiencia es muy valioso ya que como se ha dicho en escritos anteriores Ferenczi tuvo su sello y estilo al practicar la técnica aprendida por Freud al que llama profesor y maestro, él a partir de su clínica hizo con la técnica algo para sentirse cómodo si se permite expresarlo así o una herramienta que se acomodara a su mano para el trabajo.
 
     Frente a la recomendación hecha en este texto hay elementos que desde la práctica misma tal como lo hizo él con Freud, no considero que se tenga que hacer necesariamente como aquí lo aconseja, pues el acto de perseguir significaciones o símbolos le quita valor a lo que él mismo nombra como atención flotante, el acto de dar caza es de la represión, que como mecanismo de defensa debe guardar al yo de la angustia, no, aquí no se está trabajando con el yo, al ver la vida onírica, se está trabajando con el inconsciente que es el que está presente en la formación del sueño.

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Referencia: *Ferenczi, S (1967) TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS. Ed: Paidós, Buenos Aires, Argentina. P. 194

Carlos Enrique Correa Lagos - psicólogo

sábado, 14 de diciembre de 2013

98 - LA CABEZA DE MEDUSA

 
En 1922 Sigmund Freud escribe este corto texto de importancia tanto teórica y práctica en el dispositivo clínico, después su alumno Sandor Ferenczi en 1967 hace un comentario que no dista mucho de lo dicho por Freud. A continuación se transcriben los dos.
 
CXXIII
LA CABEZA DE MEDUSA
1922 [1940] (*)
 
               NO intenté a menudo interpretar temas mitológicos individuales; pero el caso de la horripilante cabeza decapitada de la Medusa me inclina a hacerlo.
               Decapitar = castrar. El terror a la Medusa es, pues, un terror a la castración relacionado con la vista de algo. Numerosos análisis nos han familiarizado con las circunstancias en las cuales esto ocurre: cuando el varón, que hasta entonces se resistió a creer en la amenaza de la castración, ve los genitales femeninos, probablemente los de una persona adulta, rodeados de pelos esencialmente, los de la madre.
               En las obras de arte suele representarse el cabello de la cabeza de la Medusa en forma de serpientes, las cuales derivan a su vez del complejo de castración. Es notable que, a pesar de ser horribles en sí mismas, estas serpientes contribuyan realmente a mitigar el horror, pues sustituyen el pene, cuya ausencia es precisamente la causa de ese horror. He aquí, confirmada, la regla técnica según la cual la multiplicación de los símbolos fálicos significa la castración.
               La visión de la cabeza de la Medusa paraliza de terror a quien la contempla lo petrifica. ¡Una vez más el mismo origen del complejo de castración y la misma transformación del afecto! Quedar rígido significa, efectivamente, la erección, es decir, en la situación de origen ofrece un consuelo al espectador: todavía posee un pene, y el ponerse rígido viene a confirmárselo.
               Athenea, la diosa virgen, lleva este símbolo del horror sobre sus vestiduras; con toda razón, pues se convierte así en la mujer inabordable que repele todo deseo sexual, ya que ostenta los genitales terroríficos de la madre. Los griegos, fuertemente homosexuales en general, no podían pasarse sin la representación de la mujer repelente por su castración.
               Si la cabeza de la Medusa sustituye la representación de los genitales femeninos, o si más bien aísla su efecto terrorífico de su acción placentera, cabe recordar que ya conocemos en otros casos la ostentación de los genitales como un acto apotropeico. Lo que despierta horror en uno mismo también ha de producir idéntico efecto sobre el enemigo al que queremos rechazar. Todavía en Rabelais podemos leer cómo el Diablo emprende la fuga cuando la mujer le muestra su vulva.
               También el miembro viril erecto tiene acción apotropeica, pero merced a otro mecanismo. Mostrar el pene -o cualquiera de sus sucedáneos- significa decir: «No te temo, te desafío; tengo un pene.» He aquí, pues, otra manera de intimidar al espíritu maligno.
               Para poder sustentar seriamente esta interpretación sería necesario investigar el origen de este símbolo terrorífico, tan aislado en la mitología de los griegos, así como sus símiles en otras mitologías.
 
«Sigmund Freud: Obras Completas», en «Freud total» 1.0 (versión electrónica)
Sigue entonces su alumno:

"LXVI SOBRE EL SIMBOLISMO DE LA CABEZA DE MEDUSA1

     En el análisis de los sueños y fantasías, me he encontrado repetidamente con la circunstancia de que la cabeza de la Medusa es el símbolo terrible de la región genital femenina, cuyos detalles se desplazan "de abajo arriba". Las muchas serpientes que rodean la cabeza deben significar -en su representación por lo opuesto- la ausencia de pene, y el espectro mismo es la terrorífica impresión causada en el niño por los genitales sin pene (castración). Los espantables ojos de la cabeza de la Medusa tienen también el significado secundario la erección."

Aquí el video de history channel sobre medusa: http://www.youtube.com/watch?v=uvPD-SkD_uQ

Referencia: *Ferenczi, S (1967) TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS. Ed: Paidós, Buenos Aires, Argentina. P. 296.
1. Zeitschrift, 1923, tomo IX, P. 69.

Carlos Enrique Correa Lagos - psicólogo.

97 - LXVIII LOS INSECTOS O PARÁSITOS COMO SÍMBOLO DE EMBARAZO


La vida onírica utiliza el absurdo como parte de la censura, aquel que se haya encontrado en sueños con parásitos o insectos dentro de su vientre, sea hombre o mujer, siempre tiene un contenido sexual a interpretar que gira en torno al deseo que encubre todo sueño, a continuación un párrafo de Sandor Ferenczi analizando este tema.
 
" LXVIII LOS INSECTOS O PARÁSITOS COMO SÍMBOLO DE EMBARAZO*
 
     En algunos casos se esconde, tras el exagerado temor a los parásitos o tras los "recuerdos encubridores" -cagados de afecto- que se relacionan con la desdicha o el descubrimiento de esta clase de suciedad, una fantasía inconsciente de embarazo. Lo que el estado de preñez y los parásitos tienen en común -además del aspecto de desdicha- es el hecho de que "pequeñas cosas" vivientes se hallen refugiadas en  dentro del cuerpo. Lo mismo puede decirse con respecto a los parásitos intestinales (niño "gusanito")**. Los parásitos que aparecen en sueños deben interpretarse de igual modo."
 
Referencia: *Ferenczi, S (1967) TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS. Ed: Paidós, Buenos Aires, Argentina. P. 297
* Zeitschrift, tomo II, P. 381  
** La palabra alemana "Würmchen" (gusanillo) se aplica a los niños como diminutivo cariñoso. [T.O.]

Carlos Enrique Correa Lagos - psicólogo

96 - LXVII EL ABANICO COMO SIMBOLO GENITAL

 
Se seguirá la lectura, análisis y el señalamiento del importante aporte que hizo con su trabajo el psicoanalista Sandor Ferenczi, existen una serie de publicaciones que por su autenticidad son de mucho interés, al leerlos es evidente un sello propio, y la sensación que dejan es de seguir en la experiencia clínica, como "una provocación al saber", el saber bajo la lógica significante del deseo que no es estático y sí dinámico. Con este corto texto tan actual, pues todavía se utilizan los abanicos, Ferenczi deja su trabajo clínico-teórico plasmado en la maquinaria de la historia.
 
"LXVII EL ABANICO COMO SIMBOLO GENITAL1
 
     Un paciente soñó que veía a una mujer con un abanico en el lugar de los genitales; caminaba sobre este abanico; tenía las piernas cortadas. Al poderoso complejo de castración del paciente le choca la falta de pene en la mujer, tiene que imaginar por ello la vulva como un pene hendido con forma de abanico pero al fin pene 2. Prefirió sacrificar las piernas de la mujer.
     Comparemos con esto la perversión observada ocasionalmente en hombres que sólo pueden ser satisfechos por mujeres lisiadas o amputadas. Una vez leí en la "columna de anuncios personales" de un diario de aviso de alguien que deseaba mantener correspondencia con mujeres a quienes se hubiera amputado una pierna."
 
En estos dos párrafos hay una riqueza en cuanto al trabajo del sueño, la sexualidad infantil, el complejo de castración y la perversión.
 
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Referencia: *Ferenczi, S (1967) TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS. Ed: Paidós, Buenos Aires, Argentina. P. 297  
1. Zeitschrift, tomo III, P. 294
2. La extensibilidad de un fuelle o abanico aparece empleada en sueños como un símbolo indubitable del pene (erección). [nota del editor de Zeitschrift]. 

Carlos Enrique Correa Lagos - psicólogo 

viernes, 6 de diciembre de 2013

95 - XXVIII EL SILENCIO ES ORO*

 
Aquí Otra transcripción de un texto de Sandor Ferenczi donde por medio de su experiencia clínica da cuenta de un fenómeno y de una estructura, mirando el oro traído por su paciente e interpretado, devuelto y trabajado transferencialmente como la autenticidad que lo caracterizaba.
 
 "XXVIII EL SILENCIO ES ORO*
 
 
     Un paciente que sufría de neurosis obsesiva, que por lo común se mostraba taciturno y vacilante en sus asociaciones se mostró conversador en una de las entrevistas. Al llamársele la atención acerca de esto, reconoció lo insólito de su garrulería y se justificó con su acostumbrado humor, diciendo "el silencio es oro". Teniendo en cuenta esto le señalé la identidad simbólica existente entre el oro y la inmundicia, y le dije que era evidente que tenía el hábito de acumular y guardar sus palabras, lo mismo que el oro y la inmundicia y que ese día sólo accidentalmente se mostraba pródigo. Además le expliqué que el uso que él hacía de la expresión "el silencio es oro" hacía posible la interpretación psicoanalítica del proverbio. El silencio es "oro", solamente porque la taciturnidad en sí misma y por sí misma significa una economía. Al recalcarle esto al paciente empezó a reír en forma incontrolada y me dijo que ese mismo día -por excepción- había tenido una copiosa deposición, siendo que por lo general sus deyecciones, aunque regulares, eran escasas. (La causa real de tal prodigalidad y expansividad era la súbita eliminación de una compulsión externa: pudo permitirse no realizar un viaje que sólo de mala gana hubiese emprendido.)
 
     Otro paciente (un histérico) padece, entre otras cosas, de dos síntomas que siempre aparecían al mismo tiempo y con la misma intensidad: espasmo de las cuerdas vocales y del esfínter anal. Si está de buen talante su voz es fuerte y clara, su evacuación copiosa y "satisfactoria". Cuando se halla deprimido (particularmente cuando padece alguna ineptitud) o cuando se trata de personas mayores o superiores, experimenta al mismo tiempo tenesmo y pérdida de intensidad de la voz.
 
     El análisis de este paciente puso en evidencia, entre otras cosas, que era una de esas personas que contienen la deposición porque piensan que de este modo se fortalecerán ("física y psíquicamente"), temiendo en cambio debilitarse si lo realizan. En la experiencia que hasta ahora he tenido, el origen de esta íntima relación entre "fuerza" y "retención", debe buscarse en ciertos accidentes de la niñez en los cuales el paciente se sentía demasiado débil para retener la deposición. Esta tendencia a la retención se expande a la esfera psíquica y conduce a la retención, en lo posible, de todas las emociones, de toda "ebullición" de sentimientos; un estallido sentimental que no puede ser reprimido puede ser seguido por un sentimiento de desdicha tan fuerte como lo era anteriormente la incontinencia anal.
 
     Que existen ciertas conexiones entre el habla y el erotismo anal ya lo sabía yo por el profesor Freud, quien me había hablado de un tartamudo, el origen de cuya manera singular de hablar debía atribuirse a fantasías anales. También Jones ha indicado repetidamente en sus obras el desplazamiento de la libido de las actividades anales a la fonación. Finalmente yo mismo, en un artículo anterior (Über obscöne Wörte), pude indicar la conexión que existe entre la educación musical de la voz y el erotismo anal.
 
     Me pareció que valía la pena comunicar estos casos, puesto que justifican la hipótesis de que la voz y educación del habla están relacionadas con el erotismo anal no sólo de una manera accidental y excepcional sino de acuerdo con las leyes definidas. El proverbio "el silencio es oro", podría servir de confirmación a esta hipótesis en la psicología de los pueblos."

Otra referencia a esto se encuentra directamente en el texto El carácter y el erotismo anal publicado por Freud en 1908 y otro que lo complementa se titula Sobre las transmutaciones de los instintos y especialmente del erotismo anal publicado en 1915. En estos textos, entre muchas cosas de la estructura de la neurosis obsesiva, hace Freud el comentario de que el oro es el estiércol del diablo y hace referencia a los pueblos antiguos. En este espacio hay unos artículos publicados sobre el carácter psíquico del dinero con el objetivo de hacer elaboraciones en torno a este tema. Y finalmente la relación de la voz y el erotismo anal es algo que hay que mirar detenidamente.

*Ferenczi, S (1967) TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS. Ed: Paidós, Buenos Aires, Argentina. P. 203 a 205.

Carlos Enrique Correa Lagos - Psicólogo.

domingo, 1 de diciembre de 2013

94 - NEUROSIS DEL DOMINGO*

 
El autor de este texto Sandor Ferenczi fue un revolucionario, un inconforme en el buen sentido de la palabra, un inquieto, Freud en algún momento lo llama el niño necio del psicoanálisis, por esa posición de movilidad, de actividad, el nombre que le dio a su técnica, la técnica activa. Y todo ello porque comprobó en su clínica que lo que le presentaba a él era fruto de modificación, de actualización y de creación, lo mismo creían Freud y Lacan por eso el psicoanálisis no es una secta o una iglesia, donde todo esta dicho. Por el contrario, todos estos grandes hombres estuvieron dispuestos a renovar sus tesis. A continuación un interesante texto de Ferenczi tan auténtico como lo fue él.
 
"XIII
 
NEUROSIS DE DOMINGO
 
     Conocemos por la psiquiatría enfermedades que presentan una marcada periodicidad;
 será suficiente recordar la manía y la melancolía periódicas. También sabemos, pues Freud lo estableció psicoanalíticamente, que los psiconeuróticos - muchos de los cuales, como es bien sabido, sufren de recuerdos reprimidos - celebran alegremente el aniversario de ciertas experiencias que para ellos son importantes, por medio de la exacerbación de sus síntomas. Pero, según mi conocimiento, nadie ha descrito hasta ahora neurosis en las cuales los síntomas oscilan en relación con un día determinado de la semana.
    
     Y aún con todo, puedo afirmar que existe esta peculiar periodicidad. He tratado a varios neuróticos cuyos síntomas, relatados por ellos o según aparecieron en su enfermedad, contenían la información de que ciertos estados nerviosos se habían desarrollado - especialmente en la juventud - en cierto día de la semana, y que luego se habían reproducido periódicamente el mismo día.
 
     La mayoría de ellos experimentaban esta periodicidad de las perturbaciones durante los domingos. Eran en su mayor parte perturbaciones estomacales o dolores de cabeza, que aparecían en ese día sin ninguna causa particular, y que frecuentemente estropeaban a la gente joven este día libre de la semana. Probablemente no necesite decir que no dejo de lado la posibilidad de que existan otras causas racionales. Los pacientes mismos, trataron - exitosamente en apariencia - de encontrar una explicación razonable de la periódica regularidad de su estado, y deseaban relacionarla con las peculiaridades dietéticas del día domingo. Por lo general se duerme más durante el día domingo, y esto produce dolor de cabeza, decían algunos; se come tanto y tan bien los domingos, decían otros, que fácilmente el estómago sufre un desarreglo. No desearía yo negar la acción de este factor puramente somático en la provocación de la periodicidad de la enfermedad.
 
     Muchas cosas, sin embargo, indican que estos factores fisiológicos no agotan los hechos del caso. El dolor de cabeza, por ejemplo, también se produce cuando la duración del sueño correspondiente al día domingo no difiere de los otros días de la semana, y los desarreglos estomacales aparecían aun cuando los pacientes mismos, así como los que los rodeaban, fueron prevenidos, y la dieta del día profilácticamente restringida.
 
     En uno de los casos que yo conocí, el pequeño paciente tenía escalofríos y vomitaba todos los viernes de la tarde. (se trataba de un niño judío, para quien el descanso del sábado comenzaba los viernes en la noche.) Él y toda la familia atribuían dicho estado al hecho de comer pescado, pues difícilmente pasaba un viernes sin un plato de pescado. De nada le servía, sin embargo, el privarse de dicho plato, los desarreglos aparecían luego en la misma forma en que habían aparecido anteriormente; esta vez la causa parecía estar en la sola vista del peligroso alimento.
 
     El factor psicológico que me gustaría considerar como factor auxiliar o a veces como la única causa, para explicar la seguridad del retorno cronológico de los síntomas está en las circunstancias que caracterizan el día domingo, además del hecho de que en dicho día se duerme más y se come más abundantemente.
 
     El domingo es el día de fiesta de la humanidad civilizada del presente. Pero nos equivocamos si pensamos que un día de fiesta tiene sólo la importancia como día de descanso físico y psíquico; para la recuperación que generalmente nos permite, la disposición de ánimo es de gran importancia. No solamente somos en este día nuestros propios amos y nos sentimos libres de todas las cadenas que el deber y las compulsiones nos imponen; también se produce en nosotros - paralelamente a esto - una especie de liberación interna. (la negrita es mía psiquik) Sabemos por Freud que las fuerzas interiores que dirigen nuestros actos y pensamientos en forma lógica, ética y estéticamente correcta y libre de objeciones sólo reproducen instintivamente (pulsionalmente - psiquik) lo que alguna vez fue impuesto por la fuerza a la humanidad por una necesidad externa. Nada de extraño, pues, si al disminuir la efectiva presión externa se libera una parte de los instintos (pulsiones - psiquik) habitualmente reprimidos. La remisión de la censura externa, involucra también, simpáticamente, la interna.
 
     Para los no afectados directamente, siempre es interesante observar cómo se altera el nivel de un grupo de personas en ocasiones festivas. (la negrita es mía - psiquik) "En los prados no existe el pecado", dicen los estirios, dando a entender con ello que en las excursiones que se llevan a cabo los domingos a los prados de las montañas todo es permitido; los adultos se comportan como los niños, y los niños se liberan de todas las ataduras y no pocas veces hacen jugarretas que luego provocan el castigo de los que tienen autoridad para hacerlo y ponen punto final y una nota de tristeza a la alegría que reinaba anteriormente. No siempre sucede así, pues los adultos, en tales ocasiones, muestran una paciencia sorprendente, como si se sintiesen unidos por una secreta convención que garantizara a los culpables una seguridad temporaria contra el castigo.
 
     Pero no es dado a todos el privilegio de desahogarse en forma retozona de manera tan natural y libre. Los que tienen una inclinación a la neurosis, estarán en tales ocasiones propensos a una revisión del afecto, ya sea debido a que tiene que controlar impulsos (pulsiones - psiquik) demasiado peligrosos, particularmente al sentirse tentados por el mal ejemplo de los demás, o debido a que su hipersensitiva conciencia no tolerará ni siquiera pequeñas faltas. Más allá de la inoportuna depresión de estos aguafiestas, sin embargo, sus impulsos reprimidos, así como las fantasías de autocastigo movilizados contra los mismos , activado todo ello por el día de fiesta, pueden manifestarse por medio de pequeños síntomas histéricos. Y como tales debo clasificar también los dolores de cabeza y los trastornos estomacales que ocurren los domingos; el "mucho dormir", el "comer demasiado", etc., son solamente circunstancias de las cuales se vale esta pequeña neurosis, y con las cuales oculta su verdadera motivación."
 
El anterior texto hace analizar muchas circunstancias de la vida y del mundo humano, cuando se disminuye la presión que exige el mundo exterior,  las normas y las leyes que él impone, las pulsiones encuentran salida, en las festividades. No hace falta observar detenidamente lo que pasa en algunas regiones colombianas cuando llega diciembre, sale la "humanidad" pulsional matando marranos en las calles de las ciudades, tomando licor, muertes, y todo un caos se desata por esa liberación interna de la que habla Ferenczi. Además en la misma medida suena música sin ninguna clase de cesura agrediendo a la mujer con la jocosidad del caso, no hay nada que tapar porque la libertad pulsional se justifica con la alegría de fin de año. Finalmente se puede decir que esas son las circunstancias pero hace falta analizarlas para no ignorar su sentido.
 
Carlos Enrique Correa Lagos - Psicólogo 
 
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Bibliografía

*Ferenczi, S (1967) TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS. Ed: Paidós, Buenos Aires, Argentina. P.141 et 143