En 1922 Sigmund Freud escribe este corto texto de importancia tanto teórica y práctica en el dispositivo clínico, después su alumno Sandor Ferenczi en 1967 hace un comentario que no dista mucho de lo dicho por Freud. A continuación se transcriben los dos.
CXXIII
LA CABEZA DE MEDUSA
1922 [1940] (*)
NO
intenté a menudo interpretar temas mitológicos individuales; pero el caso de la
horripilante cabeza decapitada de la Medusa me inclina a hacerlo.
Decapitar
= castrar. El terror a la Medusa es, pues, un terror a la castración
relacionado con la vista de algo. Numerosos análisis nos han familiarizado con
las circunstancias en las cuales esto ocurre: cuando el varón, que hasta
entonces se resistió a creer en la amenaza de la castración, ve los genitales
femeninos, probablemente los de una persona adulta, rodeados de pelos
esencialmente, los de la madre.
En las
obras de arte suele representarse el cabello de la cabeza de la Medusa en forma
de serpientes, las cuales derivan a su vez del complejo de castración. Es
notable que, a pesar de ser horribles en sí mismas, estas serpientes
contribuyan realmente a mitigar el horror, pues sustituyen el pene, cuya
ausencia es precisamente la causa de ese horror. He aquí, confirmada, la regla
técnica según la cual la multiplicación de los símbolos fálicos significa la
castración.
La
visión de la cabeza de la Medusa paraliza de terror a quien la contempla lo petrifica.
¡Una vez más el mismo origen del complejo de castración y la misma
transformación del afecto! Quedar rígido significa, efectivamente, la erección,
es decir, en la situación de origen ofrece un consuelo al espectador: todavía
posee un pene, y el ponerse rígido viene a confirmárselo.
Athenea,
la diosa virgen, lleva este símbolo del horror sobre sus vestiduras; con toda
razón, pues se convierte así en la mujer inabordable que repele todo deseo
sexual, ya que ostenta los genitales terroríficos de la madre. Los griegos,
fuertemente homosexuales en general, no podían pasarse sin la representación de
la mujer repelente por su castración.
Si la
cabeza de la Medusa sustituye la representación de los genitales femeninos, o
si más bien aísla su efecto terrorífico de su acción placentera, cabe recordar
que ya conocemos en otros casos la ostentación de los genitales como un acto
apotropeico. Lo que despierta horror en uno mismo también ha de producir
idéntico efecto sobre el enemigo al que queremos rechazar. Todavía en Rabelais
podemos leer cómo el Diablo emprende la fuga cuando la mujer le muestra su
vulva.
También
el miembro viril erecto tiene acción apotropeica, pero merced a otro mecanismo.
Mostrar el pene -o cualquiera de sus sucedáneos- significa decir: «No te temo,
te desafío; tengo un pene.» He aquí, pues, otra manera de intimidar al espíritu
maligno.
Para
poder sustentar seriamente esta interpretación sería necesario investigar el
origen de este símbolo terrorífico, tan aislado en la mitología de los griegos,
así como sus símiles en otras mitologías.
«Sigmund Freud: Obras Completas», en «Freud total» 1.0
(versión electrónica)
Sigue entonces su alumno:"LXVI SOBRE EL SIMBOLISMO DE LA CABEZA DE MEDUSA1
En el análisis de los sueños y fantasías, me he encontrado repetidamente con la circunstancia de que la cabeza de la Medusa es el símbolo terrible de la región genital femenina, cuyos detalles se desplazan "de abajo arriba". Las muchas serpientes que rodean la cabeza deben significar -en su representación por lo opuesto- la ausencia de pene, y el espectro mismo es la terrorífica impresión causada en el niño por los genitales sin pene (castración). Los espantables ojos de la cabeza de la Medusa tienen también el significado secundario la erección."
Aquí el video de history channel sobre medusa: http://www.youtube.com/watch?v=uvPD-SkD_uQ
Referencia: *Ferenczi, S (1967) TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS. Ed: Paidós, Buenos Aires, Argentina. P. 296.
1. Zeitschrift, 1923, tomo IX, P. 69.
Carlos Enrique Correa Lagos - psicólogo.
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