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viernes, 23 de mayo de 2014

106 - ENTRE LAS MANIFESTACIONES DE LA CRIANZA Y LAS SUSTANCIAS AMBIVALENTES


Este texto fue escrito como motivación para ingresar a la Maestría sobre Cultura y Drogas en la Universidad de Caldas en los próximos meses, aquí se realiza un análisis conceptual sobre la Cultura y la Droga, llegando y extrayendo unos pensamientos importantes al respecto.


ENTRE LAS MANIFESTACIONES DE LA CRIANZA Y LAS SUSTANCIAS AMBIVALENTES
Por: Carlos Enrique Correa Lagos[1]
Las Culturas con su diversidad de manifestaciones, personas y costumbres han tenido un trazo importante en lo que ha significado el ser humano para sí mismo y para el otro grupal. La convivencia dentro de la misma, ha adoptado diversos matices dependiendo el lugar, el tiempo y el momento específico por el cual las personas estén pasando. Sin embargo no siempre hay conciencia del gran tropiezo con el que se encuentra el que quiera entender lo que significa cultura, y mucho más, (aunque esté supuesto), lo que quiere decir otro concepto del que se hablará en el siguiente escrito que es, droga.
Entonces están manifiestos y comunicados los dos conceptos alrededor de los cuales va girar el siguiente texto, teniendo como objetivo de igual forma, interrogar al lector, porque se piensa desde estos temas, que son más importantes las preguntas, que las respuestas mismas, o lo ya dicho.
Se comenzará despejando justamente lo que atrás se llamo “tropiezo”, aclarando desde el referente más cercano que existe, la cuestión, y es el diccionario de la real academia española, que dice que cultura es:
cultura. (Del lat. cultūra). 1. elem. compos. Significa 'cultivo, crianza'. cultura.(Del lat. cultūra). 3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. 4. f. ant. Culto religioso.~ popular.1. f. Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.[2]
Es importante tener como foco estas tres significaciones que arroja la lengua, la de cultivo y crianza, conjunto de modos de vida y costumbres y el culto religioso, para avanzar. Es un estado de consecuencia el que se percibe, un paso por la vida, desde el cultivo, la crianza, las costumbres y por último, no definitivo, la religiosidad, entendida en este contexto desde lo macro, no delimitada a una sola creencia o rito.

Con lo anterior se despeja el camino, ya que se tiene definido parcialmente que una cultura es un conjunto de manifestaciones de un pueblo que implica un proceso, y donde el que nace como miembro de la misma aprende y adapta lo que le es transmitido.

Pasando al otro concepto que se planteó despejar desde el principio, “Droga” el diccionario dice que es una:


droga.(Del ár. hisp. *ḥaṭrúka; literalmente, 'charlatanería').
1. f. Sustancia mineral, vegetal o animal, que se emplea en la medicina, en la industria o en las bellas artes.
2. f. Sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno.[3]

Este término es confuso porque es ambivalente, tiene doble filo, el de cura y el de veneno o tóxico, dice la definición, primero, que se emplea en la medicina con fines benéficos y para tratar enfermedades en la materia, es decir, se emplea para curar. Y el otro lado es el que introduce la noción de tóxico con sus características estimulantes, deprimentes, narcóticas y alucinógenas, fuera del campo científico, ósea en el campo urbano, excluyendo el ritual de los indígenas, con un fin confuso, individual o en pequeños grupos y  autoerógeno, expandiendo la problemática social en las ciudades.

Cultura y Droga están estrechamente en comunicación para decir algo sobre lo que sucede en el interior y al exterior del ser humano, ya que al final de todo tienen a éste como foco y causa, el orden animal ha creado su organización a otro nivel.

Esta cuestión no sólo es conceptual, pues de ello tiene gran parte, porque ha sido pensada, escrita, vivida y experimentada. Pero también preguntada, desconocida e ignorada, la cultura es un océano de manifestaciones ricas en contenido y en historia. Y la droga aunque en los últimos tiempos, mitad del siglo XX se convirtió en un obstáculo “una plaga” para el orden social, ha existido por millones de años atrás, ha sido empleada para tener contacto con los espíritus de un mundo intangible, dentro de un ritual definido y respetado y para fines muy claros. Ahora sin embargo esta cuestión ha cambiado:


La toxicodependencia es una patología social relativamente nueva. Desde mediados de los años sesenta hasta principios de los años ochenta el fenómeno alcanza su mayor expansión, imponiéndose con prepotencia incluso a la atención de la opinión pública. (Cirillo, Berrini, Cambiazo y Mazza, 1999. P. 21)


Sin tener que ahondar en el tema ya que el trabajo citado lo adelantó de manera representativa, lo que se dice es que también como la cultura, la droga tiene una historia rica en manifestaciones y formas de operar. Sin embargo se han centrado las miradas de la última, en los efectos nocivos que tiene a nivel urbano, se combate la droga, se castiga a quien la porta, han existido una cantidad significativa de esfuerzos gubernamentales para actuar en la “eliminación” de la marihuana, o del opio, o de la coca. Sin ningún resultado exitoso, porque es querer hacer desaparecer las culebras que dejó Perseo cuando cortó la cabeza de medusa en el desierto. Ni las culebras se acabaran, y la sangre no es la causa. Queriendo decir con todo esto que la droga es un problema visto inversamente, quien tiene el conflicto en lo urbano con ella es el sujeto que consume, no la droga o tóxico mismo. Y en el otro escenario nombrado anteriormente, el indígena, no es un conflicto.

Se perciben en este momento varios tentáculos del tema, tanto desde lo cultural como desde la droga, y la droga entendida como veneno o como cura, como tóxico o como pócima ritual.

Con la toxicomanía –droga- tienen que ver la justicia, la medicina, la política, la religión, lo social, lo familiar y lo individual, todo tiene relación con ella, porque todo se ve afectado por ella, no hay en las sociedades algo que cause más asombro, impotencia, miedo y hasta terror que la adicción, las adicciones o los adictos que antes eran delincuentes y ahora son enfermos. Correa, C (2013) Virtual.

El sujeto que consume tóxicos en lo urbano hace parte de la máquina de la salud mental con sus perversiones y manejos económicos. Sin embargo a ello no se limita la droga pues aparecería la pregunta por las sustancias utilizadas por los indígenas con un matiz divino, o por los científicos para crear soluciones a enfermedades o reproducir patologías.


Así es que lo anterior, la Cultura y La droga, a cambio de cerrar y definir los problemas, los abre en su complejidad y hace pensar sus distintas formas. Existe un interés individual de la salude mental y específicamente de algunos psicólogos por descubrir y avanzar en la relación que existe entre el soma (cuerpo) y psique (mente) con el consumo de Heroína de un sujeto particular, sus causas de colocar en el cuerpo un acto de penetración tan mortífero y regido por el goce para su vida anímica. Esto en cuanto a los tóxicos y lo urbano.

Frente a la cultura existen enigmas entre esta relación de la droga y las manifestaciones dentro de los que la introducen en su cuerpo, indígenas, con un fin definido, como ya se dijo.

Allí también hay un sinfín de temas, como por ejemplo, el yagé, que es una sustancia ritualizada por millones de años, y cargada de un mundo espiritual y tremendamente complejo. Y ahora si se le preguntara a un indígena qué piensa de las drogas, si, sí son drogas para él, o por el contrario al consumidor de bazuco o de heroína, que si sabe por qué consume, o qué lo lleva a hacerse tanto daño, que si es un ritual, como para los indígenas, entre tantos temas que pueden emerger de estos dos tesoros de significantes vistos aquí, la Cultura y Droga.


Finalmente se debe decir que estos temas atraviesan todo la dimensión humana, sufriente o no, están en estrecha relación, hay teóricos importantes que tuvieron la experiencia con la droga como el doctor Sigmund Freud (1856-1939) que realizó a finales del siglo XIX un estudio sobre la Cocaína para la utilización en lo médico-científico y de allí extrajo unos textos. Pero todo no acabó allí, la droga dentro del marco de la cultura ha permeado a gran cantidad de personas y lo importante es estudiar el fenómeno para lograr ubicarse desde un lugar productivo y menos inmóvil o destructivo.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


- Cirillo, Berrini, Cambiazo y Mazza (1999) La Familia del Toxicodependiente. Editorial Paidos Barcelona, España. Extraído de tesis de grado sin publicar: Orozco y Correa 2012) INFLUENCIA DE LOS LAZOS FAMILIARES EN EL SUJETO TOXICÓMANO DE LA FUNDACIÓN “FAMILIAR EL FARO” UBICADA EN EL MUNICIPIO DE LA TEBAIDA, QUINDÍO. P.56.


- Correa, L (2013) ¿TOXICOMANÍA O FARMACODEPENDENCIA?, ¿SUJETO, FAMILIA O SOCIEDAD? "UN ENCUENTRO CON EL VACÍO". Extraído el 17 de mayo de http://psiquik.blogspot.com/2013/09/90-toxicomania-o-farmacodependencia.html 

- Correa, L (2013) ¿FUE FREUD UN COCAINÓMANO? "FALLA EN LAS GARRAS DE HADES" COMENTARIOS FRENTE AL DESARROLLO DEL PSICOANÁLISIS. Extraído el 17 de mayo de http://psiquik.blogspot.com/2013/10/92-fue-freud-un-cocainomano-falla-en.html




[1] Psicólogo titulado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga Extensión Armenia, Quindío, actualmente trabaja en la Fundación Hernán Mejía Mejía, con los programas: Centro de Atención en Drogadicción (CT) Terapéutica Familiar Escuela de Amor, También trabaja en Clínica Particular.
[2] http://lema.rae.es/drae/?val=cultura
[3] http://lema.rae.es/drae/?val=droga


Carlos Enrique Correa Lagos - Psicólogo

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