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martes, 2 de octubre de 2018

136 - Y entonces, ¿qué es sexualidad?



Y entonces, ¿qué es sexualidad?

Daniela Foronda Ramirez

dani_96foronda@hotmail.com
Isabela Mazuera Martínez
isamm99.m@gmail.com
Sara Melissa Mosquera Galarza
saramelissa9827@gmail.com
Isabella Salazar Arias
isalazar7@estudiantes.areandina.edu.co

Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica 
                                                                                                                    Grupo: 405 IV semestre
Psicología 


     A continuación se presenta una temática universal, aunque de mucha cautela en cuanto a aceptarlo propiamente se refiere. Para empezar es necesario conocer la base a la luz de la cual se explica el tema principal. El psicoanálisis nace con sigmund Freud, fue el innovador, es llamado el padre del psicoanálisis y con él fue el descubrimiento del inconsciente en la sexualidad y en el sentido que él mismo le dio.
     En otras culturas se habían hecho aproximaciones sobre el inconsciente pero nunca se había llegado tan a fondo como lo hizo Freud y no se había fundamentado en el tema de la sexualidad y con tan amplios contenidos.
     Es muy probable que si salimos a la calle haciendo una breve pregunta como ¿Qué es la sexualidad? Las personas nos contesten que, “es un acto de dos personas que genera placer”, pero desde el punto de vista de psicoanálisis, la sexualidad humana no se reduce solo al contacto de los órganos genitales de dos individuos, ni a la estimulación de órganos genitales, se le llama sexual a toda aquella conducta que a partir de un lugar erógeno de nuestro cuerpo, como puede ser la boca, produce ciertos tipos de placer que se presentan en dos aspectos, placer organico y sexual.
     Según lo explica Nasio, J.D (1996) en su libro “El placer de leer a Freud”, el primero es un placer procurado por la satisfacción de una necesidad fisiológica, un ejemplo de este puede ser, el placer que siente el bebé cuando su madre lo amamanta que se convierte en un placer satisfactorio buscado por el bebé al ser una necesidad biológica. El pecho materno es nuestro primer objeto sexual. Y el placer sexual, es el que se da en una zona erógena, que se obtiene por la mediación de un objeto fantasmatizado, siendo este objeto el medio para alcanzar la meta ideal; por ejemplo, besar el cuerpo del amado. (p.61).
     Según Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, para entender el concepto de sexualidad debemos partir comprendiendo qué es pulsión, esta se refiere al placer inconsciente que, “ aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo corporal, como un representante  psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma”. El placer es un resultado de la ausencia de tensión y el displacer la presencia de la misma. (Freud, 1915, p.117). Por lo tanto es muy natural que el organismo se oriente hacia el placer y evite la ansiedad y el displacer. Nasio también nos recita que Freud describió sexualidad a toda conducta que a partir de una región erógena del cuerpo asentándose sobre un fantasma procurando un tipo de placer. (p.60).
     Según nos relata Nasio, J.D (1996) las pulsiones sexuales son diversas y hacen parte del inconsciente de cada persona y existen desde que el individuo se encuentra en el útero de la madre y finalizan con la muerte del mismo. Hay dos grupos de pulsiones opuestas: el grupo de las pulsiones que tienden a la descarga, llamadas pulsiones sexuales, para Freud dichas pulsiones se dividen en cuatro elementos que son: fuente, fuerza, meta y objeto; la fuente es la zona erógena, es de donde sale la pulsión, la fuerza se encarga de mover, la meta es lo que la atrae y el otro elemento es el objeto, que es el medio por donde intenta alcanzar su meta ideal. (p. 59)
     Ahora, el grupo de las pulsiones que se opone a las sexuales, llamadas pulsiones del yo son: represión, sublimación y fantasma. La represión es el obstáculo que impide el paso de los contenidos inconscientes hacia el preconsciente; otra dificultad para el placer es la sublimación, que consiste en desviar el trayecto de la pulsión cambiando su meta sexual ideal por una que no sea sexual pero está socialmente valorada, un ejemplo son los sentimientos de amistad, realmente se trata de una pulsión que se reemplaza por una expresión social; y por último está el fantasma, que consiste, no en un cambio de meta como sucedía con la sublimación, sino en un cambio de objeto, como si para detener el impulso de la pulsión sexual, el yo contestará a la pulsión engañandola con la ilusión de un objeto fantasmatizado, fantasma que moviliza la actividad de las pulsiones sexuales y proporciona placer.
     Sigmund plantea que la sexualidad aparece desde el nacimiento y que, durante las diferentes etapas de la infancia, proporciona gratificaciones especiales al individuo mediante sus zonas corporales, ya que están capacitadas de una energía que busca placer y libido.
Para el psicoanálisis el libido es la energía sexual que realza los placeres específicos de las funciones vitales como el comer, los movimientos corporales y la regulación intestinal. (Erikson, Erik, 2009, p.53).
     Es importante tener en cuenta que la sexualidad infantil se diferencia de la sexualidad adolescente y la sexualidad del adulto en que la primera tiene múltiples metas sexuales y erógenas que le sirve de apoyo, mientras que la sexualidad adolescente y adulta se organiza bajo la superioridad genital.
Freud con su teoría psicoanalítica rompió con las creencias que tenía la ciencia en cuanto a que la sexualidad llegaba con los cambios hormonales en la adolescencia. Sigmund afirmó que las personas nacemos con sexualidad y esta es una constante en la vida que se va organizando y cambiando a medida que pasa el tiempo.
     Se ha demostrado en investigaciones que el niño a temprana edad muestra una actividad corporal con el nombre de sexualidad y de allí se han conectado fenómenos psíquicos que se hallan más adelante en la vida amorosa adulta. (Freud & Rosenthal,1998). Según  Nasio, J.D (1996) la historia de la sexualidad va desde el desarrollo del cuerpo infantil, comienza desde el nacimiento y termina más o menos a los 5 años de edad con la aparición del complejo de edipo, que se refiere al apego del infante al padre del sexo opuesto y su hostilidad hacia el padre del mismo sexo. (p.59).
    Se puede  hablar de tres fases de las pulsiones sexuales infantiles, que serían en primer lugar, la fase oral la cual se da de los cero a los dos años de edad, en este punto la parte del cuerpo dominante es la boca, su presencia con mayor intensidad data de los primeros 6 meses del lactante, ya que le da al bebé no solo la satisfacción del alimento sino también el placer de mamar. El placer oral es fundamentalmente el placer de succionar  el objeto que se tiene en la boca.
     En segundo lugar se encuentra la fase anal, allí la parte del cuerpo que  predomina es el ano, su desarrollo varía en un lapso de los tres a los cuatro años de vida en el cual el orificio anal, como ya se mencionó, viene siendo la zona erógena. Su placer orgánico sería defecar, acto que  alivia una necesidad corporal y su placer sexual sería el retener sus ganas de defecar para después expulsarlas fuertemente. 
     En tercer y último lugar, pero no menos importante, nos encontramos con la fase fálica, la cual precede el estado final del desarrollo sexual infantil, esta fase se extiende de los tres a los cinco años, en esta fase predomina el fantasma del órgano genital masculino el cual desempeña un papel dominante y en el lugar de la niña el clítoris es considerado por freud como la fuente de excitación, aquì el pene y el clítoris son los soportes reales de un objeto fantasmático y en cuanto al placer sexual se da con las caricias masturbarias de los genitales.
     Durante la etapa genital el niño experimenta un fuerte deseo sexual hacia la madre y hacia el padre un sentimiento de hostilidad. El dilema es que el niño sigue queriendo a su padre y se forma un sentimiento de ambigüedad, ante el amor sexual por su madre, esta descripción es lo  que se conoce con el nombre de “Complejo de Edipo”.
Resulta entonces que el desarrollo psicosexual, se caracteriza, en la primera infancia con predominio en diversas pulsiones de autoconservación, también Freud advirtió que la infancia afecta en una medida significativa  la personalidad adulta. (Coon,D., O.,J. 2010). Además se satisfacen principalmente de manera autoerótica y luego moderado por el periodo de lactancia, más tarde logrando su renovación en la pubertad, bajo el primado genital, y finalmente  logrando una elección de objeto fuera de la familia. A pesar de que todos los seres humanos pasan por estas fases del desarrollo psicosexual, ni sus manifestaciones ni su duración es igual en toda medida. Tampoco el paso de una a otra significa el cambio de lo anterior, sino más bien la coexistencia de las zonas erógenas y pulsiones implicadas en cada etapa en particular, las cuales nunca son superadas si no que disminuyen en la vida adulta, Pudiendo eso sí, existir lugares de fijación en los cuales la libido le dará mayor importancia a retroceder mediante el mecanismo de represión. (Rivera, G, C, 2008, p. 21).
     Finalmente es de admirar  cómo la mente Freudiana desarrolla minuciosa una conexión de el factor interno de un sujeto con la forma de expresión del mismo, lo más interesante del psicoanálisis de Sigmund es que la sexualidad no es algo que adoptamos en una etapa determinada en la vida, la sexualidad es una constante en ella, que al pasar el tiempo se organiza y pasa por distintas etapas.
     La sexualidad para Freud rodea todo lo que somos, la sexualidad no solo es el tema de sexo y de relaciones sexuales, la sexualidad comprende aspectos como el afecto y las relaciones humanas. Hay que intentar cambiar la visión de la sociedad ante un tema tan común e importante como el sexo y sobre todo el tabú que hay al nombrar la palabra sexo. Si nos ponemos a pensar cada vez que nombramos la palabra sexo o queremos hablar con alguien de ese tema la persona se va a ruborizar, o un ejemplo muy común seria con los padres, normalmente los padres no son capaces de hablar abiertamente con sus hijos sobre dicho tema, vemos el tema del sexo como algo morboso que solo se refiere al coito, al frotis de nuestras partes intimas cuando tenemos muchas formas de mirar esta palabra, un ejemplo de otra mirada hacia la palabra sexo se puede reflejar en algo tan hermoso y como es amamantar y como lo vimos anteriormente esto se convierte en un placer satisfactorio buscado por el bebé al ser una necesidad biológica.

Y ¿Usted qué hará para cambiar tal estigmatización del mundo sobre la sexualidad? 

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Referencias

Coon,D., O.,J. (2010).Introducción a la psicología .(20a. ed.) Cengage. Página 57. Tomado de http://www.ebooks7-24.com.proxy.bidig.areandina.edu.co:2048
Erickson, E. H. (2009). Infancia y Sociedad. Buenos Aires: Horme-Paidos. P. 53



Freud, S. (1915). “Pulsiones y destinos de pulsión” en Obras Completas, Tomo XIV, Buenos Aires: Amorrortu editores, 1984. Tomado de: http://www.bibliopsi.org/docs/freud/14%20-%20Tomo%20XIV.pdf


Rivera, C.R. (2008). “Desarrollo psicosexual en Freud y explotación sexual comercial infantil” universidad de chile,Facultad de ciencias sociales.Tomado de: http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2008/guzman_c2/sources/guzman_c2.pdf


135 - Deseo sexual infantil ¿Tabú o realidad?



Deseo sexual infantil ¿Tabú o realidad?

Autoras: 
Diana Carolina Torres Osorio (dianatorres01@gmail.com)

Jennifer Tatiana Suarez (tatianasuarez326@gmail.com)
María Alejandra Muñoz Orozco (aleja.munoz.orozco@gmail.com)

Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica 
                                                                                                                    Grupo: 405 IV semestre Psicología


La sexualidad está presente durante todo el ciclo vital del ser humano, especialmente en la infancia es una premisa de relevante atención. Al igual que todo desarrollo en el ser, el sexual comienza desde el nacimiento.

     En el presente ensayo se analizará, informará y discutirá el desarrollo psicosexual de los niños. Desde los primeros años de vida, a partir de la etapa oral, etapa anal y etapa fálica que Sigmund Freud planteó. Teniendo en cuenta las diferencias y similitudes en cuanto a los dos sexos. Los niños desde sus primeros contactos con el mundo empiezan a manifestar involuntariamente conductas que están en constante proceso de transformación.

     Las diferentes etapas del desarrollo psicosexual infantil condicionan al infante hacia unas fijaciones de acuerdo a su crecimiento, exploración y contacto con el mundo y las personas de su entorno. Tal como se tomen estas fases de exploración, está podrá condicionar y cambiar la conducta en un futuro, ya que todos estos actos y sus consecuencias se almacenan en el inconsciente del infante, de esta forma entonces actuará y tomará la sexualidad según sus actos reprimidos.

     Para comprender un poco más el comportamiento sexual, específicamente infantil. Tomamos la explicación del capítulo “El sentido sexual de nuestros actos” del libro “¿Cómo leer a Freud? “, se plantea que los actos involuntarios están siempre presentes en nuestro actuar. Por medio del inconsciente, estos actos cuentan con un sentido profundo. En los infantes, dichos actos involuntarios generan un tabú ya que no es un tema que socialmente está completamente aceptado y comprendido. Actos que de algún modo se consideran fallidos ya que representan a nivel psíquico un acto ideal o una meta suprema.

Freud afirma (con gran escandalo para la sociedad de su época) no solo que los niños tienen instintos y deseos sexuales, si no que la comprensión de estos instintos y deseos es fundamental para la comprensión de la vida sexual adulta y se encuentra en el origen de numerosas patologías de carácter psíquico. Freud entendía que estos impulsos sexuales (que denomina libido) iban mas allá del propio acto sexual, incluye en ellos los sentimientos de satisfacción y placer que experimentamos realizando las mas diversas actividades (y no solo el acto sexual). Por ejemplo, el acto infantil de chupar proporcional al niño, según Freud, satisfacer impulsos de carácter sexual. (Posada, 2003, pág. 220)

     Para tener una idea mas globalizada de la propuesta de estas etapas y sus características principales, sus fijaciones y sus correspondientes edades, donde solo se resaltarán tres que están totalmente designadas a la primera infancia.

     La primera es la Fase oral se relaciona con los primeros 18 meses de vida que consiste en el inicio de la exploración sexual y satisfactoria por medio de la boca, ya que el niño se relaciona con su entorno. Si al infante se les impide el acceso a dichos impulsos sexuales como succionar, introducir objetos o partes de su cuerpo en su boca, se generaría un bloqueo en su inconsciente. El cual se expresará en el transcurso de su vida.

     La segunda fase se denomina etapa anal del desarrollo psicosexual se da en niños de tres años y esta consiste en que el niño va aprendiendo a manejar la zona anal de manera controlada y a partir de allí el niño experimenta un placer sexual al realizar sus heces.

   La tercera fase es la etapa fálica se presenta desde los tres a los seis años, esta se caracteriza principalmente por la aparición del complejo de Edipo, el cual se manifiesta a través de los celos y la atracción sexual de los niños hacia la madre, en las niñas hacia el padre y la curiosidad hacia otros. En esta etapa el infante empieza a expresar la fijación por los genitales y por ende las zonas erógenas de el mismo y de otros.

     Estas etapas nos muestran que siempre ha existido un vínculo entre el infante y el placer sexual en el que se caracterizan cinco fases, la oral, anal, fálica, periodo de lactancia y la fase genital. Por el cual constantemente en la sociedad este tema, es tomado como tabú o como incluso un tema que no es de mencionar. ¿Por qué?, el desconocimiento y la falta de atención a detalles con los que inevitablemente todo ser humano pasará desde sus primeros días, hasta la adolescencia, la adultez y la vejez.

     Esto se debe a que son actos involuntarios provenientes del inconsciente en el que actúan de acuerdo a explorar y conocer su cuerpo en cualquier lugar, frotarse y jugar con todas sus partes del cuerpo, tocar el cuerpo de su madre u a otras mujeres, resolver sus dudas acerca de su cuerpo, mirar otras personas cuando están desnudas, recrear comportamientos de pareja, hablar sobre sus partes con malas palabras sin tener muy claro lo que significa, explorar sobre sus partes con otras personas y querer estar desnudos.

     El deseo sexual infantil ocurre de diferentes maneras en los niños como en las niñas. Las niñas en la fase fálica invierten parte de sus pensamientos en fantasías, y cuentos idealizados por ellas, teniendo presente un “ideal absoluto” llegando a inclinar más sus gustos al niño que brinda características similares al padre, y generan un deseo sustituto a ese ideal inalcanzable, ocasionando una atracción al niño el cual está interesada. Mientras que el niño tiene su atención fija y directa hacia la madre, dónde no desencadena tantas emociones a niñas de su entorno. El deseo sexual del niño varón se desenvuelve por medio del juego placentero.

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Referencias

Nasio, J. D. (1996). EL PLACER DE LEER A FREUD. Barcelona, España: gedisa.
Posada, F. V. (2003). Psicología Evolutiva y Psicología de la Educación. Barcelona: COSSETANIA.
Urrego, S. G. (2013). Una aproximación del desarrollo psicosexual desde la perpectiva de la metapsicología freudiana. Pensamiento Psicológico, 11(2), 157-175.

jueves, 27 de septiembre de 2018

134 - LA SEXUALIDAD EN LA VIDA COTIDIANA



LA SEXUALIDAD EN LA VIDA COTIDIANA

Autores: 
Karem Gutiérrez Restrepo – kgutierrez28@estudiantes.areandina.edu.co


Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica 
                                                                                      Grupo: 405 IV semestre Psicología

En el siguiente ensayo se hablará sobre la sexualidad que vivimos día a día las personas, una sexualidad que empieza desde que nacemos hasta que morimos, tomando como punto importante la visión desde el psicoanálisis con los diferentes placeres en las zonas erógenas.

El impulso sexual es tan importante para nuestra vida que nos genera emociones, pensamientos, actitudes, sentimientos e incluye nuestras relaciones con los demás.
“El placer de mamar en el lactante (...) corresponde, desde un punto de vista psicoanalítico a un placer sexual” (Nasio, 1996, p.61). De aquí podemos partir que la zona erógena en el niño es la boca y que utiliza la succión para satisfacer dicha pulsión empleando el seno de la madre como objeto externo para saciar su deseo.

Posteriormente la zona erógena no solo va hacer la boca, sino que también pasará a ser el ano “De manera que la estimulación de la mucosa intestinal por las heces provoca sensaciones voluptuosas y placenteras en el niño” (Guzman Rivera, 2008, p.17). Esto ocurre cuando el niño tiene alrededor de dos años ya que en esta etapa empieza a aprender a controlar sus heces.

Seguidamente la zona erógena pasará a ser los genitales del niño (El pene en el niño y el clítoris en la niña) aquí Guzmán (2008) afirma: “ya se ha consumado una elección de objeto que originalmente es la madre para ambos sexos” (p.18). Esto quiere decir, que el infante empezará a tener un deseo incestuoso hacia su madre (el complejo de Edipo), deseo que será para toda la vida de una forma inconsciente (Nasio, 1996) . El niño aquí se encuentra entre los cuatro y los seis años, y manifiesta su interés por la zona erógena haciendo diferentes inquietudes que siempre van dirigidas a los genitales y que son tan frecuentes en los niños a esta edad.

Luego con el comienzo de la pubertad (etapa de la vida que empieza alrededor de los once años), la pulsión sexual se incrementará en las zonas erógenas como los genitales y su forma de complacer estos impulsos muchas veces se dará por medio de la masturbación, que es una actividad muy común en los adolescentes de hoy en día.

Vale aclarar que a partir de aquí cuando se habla de zona erógena no solo se hace referencia a los genitales de ambos sexos, sino que también se podrá observar que algunas zonas erógenas que se tuvieron en el pasado habrán evolucionado y se manifestarán en la vida adulta como se explicará a continuación.

Después de los doce y alrededor de los quince años los jóvenes empiezan a tener sus primeras relaciones, estas empiezan sentimentalmente intentando satisfacer de una forma parcial los impulsos que vienen del inconsciente. Aquí es donde se puede dar un buen ejemplo de como las zonas erógenas han evolucionado ya que se siente “placer de mirar, de mostrarse, de acariciar, de sentir el olor del otro” (Nasio, 1996, p. 61). Se puede tomar como referencia de esto y de la continuidad de las zonas erógenas cuando las parejas manifiestan placer y muestra de afecto mediante besos, ya que aquí están saciando un impulso que viene de una zona erógena que está presente desde el momento de nacer como es la boca. De aquí se puede inferir que el goce que se sentía al succionar cuando niños es remplazado por los besos a la pareja deseada.

En esta parte de la vida, la pareja del individuo se interpretará como un “objeto fantasmatizado” (Nasio, 1996, p.63). Objeto que está casi siempre presente en nuestros placeres parciales ya descritos anteriormente (besos, caricias, etc.). En este punto es válido aclarar que los objetos fantasmatizados u objetos de deseo cambian con los años, considerándose el seno materno como el primer objeto de placer.

Siguiendo con el tema de las parejas es importante definir varios términos que pueden ser un poco confusos al momento de hablar de la sexualidad  y que puede dejar más claro este punto. Estos conceptos son: la necesidad, el deseo y el amor. Aunque son conceptos muy distintos, al momento de asociarlos con las parejas se pueden confundir mucho, hasta el punto de explicarlos de la misma forma.

Una buena forma de empezar a explicar estos conceptos es con el de la “necesidad” ya que así se puede aclarar la diferencia entre placer orgánico y placer sexual. Partiendo de esto se puede decir que la “necesidad” es “la exigencia de un órgano cuya satisfacción se cumple realmente con un objeto concreto” (Nasio, 1996, p.62). De esta forma el concepto necesidad se daría para saciar un placer orgánico y un buen ejemplo de esto sería cuando se come pizza, tomando el hambre que se tenía antes de consumir el alimento como la necesidad orgánica y la pizza como el objeto en concreto para saciar este deseo.

Ahora se explicará el concepto de “deseo” partiendo de la explicación que “El deseo, en cambio, es una expresión de la pulsión sexual o, para decirlo mejor es la pulsión sexual misma” (Nasio, 1996, p. 62). Como pulsión sexual debe buscar siempre alcanzar el placer absoluto, esto como se explicó anteriormente es el incesto. Pero como el inconsciente nunca alcanza dicho placer, este se conforma en saciarlo con otro cuerpo que como el mismo, también tiene deseo. Un ejemplo de esto es el que se dio anteriormente de las parejas, ya que aquí ambas están saciando una pasión de deseo con la otra persona.

Ya por último se puede explicar el amor como “un apego al otro, pero de carácter global” (Nasio, 1996, p.63). A diferencia de la pulsión sexual (el deseo) que tiene su lugar de satisfacción en una zona erógena, el amor no tiene zona erógena explicita.

Teniendo estas palabras claras se empezará a hacer un análisis de cómo una relación entre dos personas pasa por dichos conceptos hasta lograr un gran apego que podría considerarse amor, saciando de esta forma el impuso sexual de ambos individuos que compone la relación.
 
Cuando dos personas empiezan una relación es porque sienten una atracción que podría traducirse en deseo.  Este deseo como se explicó anteriormente es una pulsión del inconsciente que se puede satisfacer con otra persona que también desea, en este caso la pareja. Otro punto importante que ya se explicó anteriormente y que se puede pasar a este ejemplo tan cotidiano  como es una relación, es la satisfacción parcial del deseo. Y es que el inconsciente al no poder descargar todo el impulso que tiene sexual, se conforma con utilizar la pareja como objeto de deseo y realizar acciones como los besos las caricias, las miradas, entre otras manifestaciones de afecto para saciar parcialmente dicho deseo.

Posteriormente en una relación, cuando ya lleva tiempo y muchos momentos de satisfacción parcial de deseos (como los mencionados anteriormente), empieza una clase de “conexión” o apego hacia esa persona. Esta conexión no necesita de una zona erógena ya que se trata de un apego meramente sentimental que en otras palabras y en los términos anteriormente descritos es el “amor”.  Este proceso que se acaba de describir, que empieza con una simple atracción y llega  a un “alto” nivel como es el amor, es la evolución de una relación de pareja, la cual se realiza de una forma inconsciente.

Con este trabajo se puede concluir que las pulsiones sexuales que vienen del inconsciente intervienen en muchos aspectos de nuestras vidas, ya que se puede decir que el ser humano está en una constante búsqueda de placer continuo, y el mejor ejemplo de esto es una relación de pareja. Porque cuando un individuo está en la búsqueda de conquistar a esa persona deseada, elementos como miradas o cariseas hacen parte de un placer parcial. Y no solo en el momento de conquista se siente estas clases de placer, ya que, al tener una relación establecida, con más razón, existe una gran confianza y se podrá satisfacer estos deseos partiendo de los besos y caricias iniciales hasta llegar a la relación sexual.

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Referencias


- Guzman Rivera, C. (2008). www.tesis.uchile.cl. Obtenido de http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2008/guzman_c2/sources/guzman_c2.pdf
- Nasio, J. D. (1996). El placer de leer a freud. España: Gedisa .




133 - ¿LA NIÑA ENVIDIA LO QUE EL NIÑO TIENE?




¿LA NIÑA ENVIDIA LO QUE EL NIÑO TIENE?

Alexandra Rodas Arango.
alexa-9707@hotmail.com
Manuela Gómez Hurtado.
manugohu.015@gmail.com
Alejandra Caicedo Peña.
alejacaicedo2@gmail.com

Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica 


                                                                                      Grupo: 406 IV semestre Psicología


El psicoanálisis es una práctica terapéutica que permite explorar el aparato psíquico de cada individuo, el máximo exponente de este enfoque psicoanalítico fue el médico neurólogo Sigmund Freud. Él expone en su teoría, como el sentido sexual se manifiesta por medio de las pulsiones, actos fallidos, los sueños, entre otros. Dentro de su teoría hace una distinción de la sexualidad entre el hombre y la mujer. Donde plantea cómo el hombre es superior por poseer el falo y la mujer reconoce su inferioridad por no poseerlo y enterarse de su castración. 

En el siguiente ensayo abordaremos la posición que tomó Freud acerca de la feminidad, y cómo esta teoría le ha permitido al psicoanálisis construir un “estereotipo” de mujer. Teniendo en cuenta que es por medio de los síntomas de la histeria como ella llamo su atención, iniciando así sus investigaciones con respecto a la feminidad. Realizaremos una crítica partiendo desde bases teóricas de autores y nuestra subjetividad argumentativa, con énfasis en el planteamiento que creo Freud y las implicaciones que han tenido en el comportamiento y la psique de la mujer.

El escritor Arturo de la pava menciona en su artículo ¿Qué es una mujer… para el psicoanálisis? lo siguiente:

La teoría psicoanalítica sobre lo femenino ha tenido grandes tropiezos desde sus inicios. Freud propuso un enfoque que fue y es considerado de machista por las corrientes feministas de todos los tiempos, y con razón, al promover la envidia del pene como condicionante de lo femenino. La niña envidia lo que el niño tiene: el pene. (De la pava, 2006, p. 170).

Partiendo de esta posición, podemos identificar que Freud generó una desigualdad entre el hombre y la mujer, clasificándolos como seres diferentes y poniendo al hombre como partidario del poder. Podríamos deducir que la posición que presentaba Freud ante la feminidad pudo surgir por sus creencias religiosas y culturales en el judaísmo, ya que para esta religión la mujer es menos y esto llego a influir en sus fundamentos teóricos psicoanalíticos.

Ella, la mujer judía, está siempre al margen del saber simbólico de su religión: ellas no leen La Torá, no rezan, están en la parte posterior en las sinagogas, no tienen ningún derecho en la liturgia judía, no son circuncidadas, por lo tanto, no tienen un rito de iniciación, no se lo merecen, se quedan al margen. Además no pueden ser rabinos. Son matronas del hogar y es una obligación para las mujeres judías permanecer fieles y esclavas al hogar. ¿Entonces, cómo una mujer judía no va envidiar ser hombre? Ellos, que lo tienen todo. (De la pava, 2006, p. 185).

Este autor nos permite evidenciar que las bases que Freud tenía para la estructuración de su teoría pudieron partir desde sus creencias personales, ya que su ideología en el judaísmo recrea en el psicoanálisis una posición de inferioridad en la mujer. Sin embargo, fueron ellas el primer sujeto de estudio que él tuvo y le permitieron el desarrollo del psicoanálisis, y así pudiendo iniciar con la investigación de la histeria.

La histeria es una enfermedad nerviosa, que se daba con más frecuencia en mujeres que en hombres, con la aparición de varios síntomas corporales como lo son el dolor, parálisis, ataques convulsivos, alteraciones en la sensibilidad, contractura, etc. Freud al observar que la medicina no generaba soluciones para la erradicación de la histeria en los pacientes, con la ayuda de su colega Josef Breuer practicaban la hipnosis como tratamiento que podía desaparecer los síntomas histéricos, permitiendo la manifestación de los pensamientos reprimidos (represión sexual) los cuales eran los causantes directos de la patología.

Fue a través de sus síntomas histéricos como la mujer llamó la atención sobre su cuerpo. Los síntomas histéricos pusieron en tela de juicio a la neurología de la época y aún hoy la cuestionan. Los síntomas disociados, conversivos y psicosomáticos son “reales”, pero no corresponden a las redes del sistema nervioso central. La histeria destituye el saber médico, altera las leyes de la ciencia neurológica al señalarles su error, y a los mapas de la sensibilidad y de la motricidad del sistema nervioso, los “altera”. Inclusive fue ese cuerpo femenino el que, subvirtiendo el saber médico, fundó el psicoanálisis. (De la pava, 2006, p. 170)

Es por medio de esta referencia teórica en la cual podemos analizar, que las causas que Freud identificó para la histeria surgían desde sus premisas, y que el tratamiento que ejercía ante ellas era poco eficaz, ya que en algunos de sus pacientes no lograban la erradicación total de la patología. Freud, no se refiere sólo a las mujeres como histéricas, sino que también identifica en ellas el complejo de castración.

Cuando la niña percibe la diferencia entre los genitales de ambos sexos, surge la envidia del pene, ya que se siente perjudicada porque hay en ella una gran estimación por el pene del varón; tanto que sus comportamientos y manifestaciones apuntan inicialmente al deseo de ser un muchacho (Colorado, Arango, Fernández, 1998).

Freud, planteó que en la vida sexual de los niños y las niñas se crea una suposición de que las mujeres también son poseedoras de un pene, y cuando se observa esa diferencia genital surge el complejo de castración. Este complejo consta de dos variables, la primera depende del azar y de forma inconstante, y surge cuando ellas perciben que no tienen pene. La segunda variable depende de la diferencia anatómica y no sucede por la comparación, la madre es la causante de esta.  En la construcción del complejo de castración para Freud existieron muchos vacíos que no le permitieron tener una posición clara frente al tema, puesto que en una variable la niña percibe que no posee un pene, pero, ¿esto cómo podría suceder?, sí se necesita de una comparación con el otro para darse cuenta de que no lo posee, y posteriormente se refiere a la comparación inconsciente de la madre al crear la castración en ella (De la pava, 2006). “Freud se disculpa por ser confuso y contradictorio al no lograr una exposición universalmente válida. De esta variabilidad surge la imposibilidad de dar una definición universal de la mujer.” (De la pava, 2006, p. 172)

¿Cómo es posible que Freud haya establecido en la sociedad, la posición de inferioridad en las mujeres?, partimos de la postura de que algunas mujeres desconocen la definición de feminidad, y carecen de empoderamiento, lo cual ha permitido la aceptabilidad de teorías que generan una variabilidad de supuestos de la “verdadera” definición de feminidad. Freud, es poco contundente a la hora de realizar su plantación acerca de la feminidad, puesto que siempre que se manifiesta ante ella, la observa desde una posición de inferioridad, sumisión y comparación con el hombre, haciendo visible el falocentrismo. Además, el enfoque que tenía acerca de su interpretación de mujer parte desde sus creencias religiosas y subjetivas, es decir, desde el judaísmo; lo cual hace que esta concepción no tenga gran aceptación en muchos de los autores de la actualidad, puesto que en la sociedad moderna se está construyendo otra posición de lo que puede ser la feminidad, donde se plantea una equidad de género y no igualdad, que ve a las mujeres diferentes a los hombres, pero con las mismas capacidades y derechos.

Frente a los planteamientos expuestos y las incógnitas generadas que surgieron en la redacción del ensayo, vale la pena resaltar, que como estudiantes de psicología aun poseemos falencias que no nos permitieron generar una crítica más objetiva ante Sigmund Freud, sin embargo nos apropiamos de una posición de acuerdo a nuestros aprendizajes actuales y también resaltamos la importancia de tomar a otros referente teóricos como sustento de nuestra posición. La posición que empleamos no va en contra de toda la teoría creada por Freud, solo refuta la visión que desarrolla él en la mujer, ya que nos sentimos incomodas y agredidas de ser calificadas así por una teoría y comparadas con los hombres. Vale la pena aclarar que no creamos una postura de agresión hacia los hombres, sencillamente ya es justo que las mujeres seamos vistas desde otras percepciones, no como creaciones a imagen y semejanza de ellos. “Cualquiera que conozca algo de historia sabe que los grandes cambios sociales son imposibles sin el ímpetu femenino. El progreso social puede ser medido con precisión por la posición de las mujeres en la sociedad.” – Karl Marx.

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Referencias bibliográficas.

- De la pava, A. (2006). ¿Qué es una mujer…para el psicoanálisis? Desde el jardín de Freud, 6, 170 – 189. Recuperado de: https://Dialnet-Que Es Una Mujer Para Psicoanalisis-2923307%20(2).pdf
- Colorado, M., Arango, L. & Fernandéz, S. (1998). Mujer y feminidad. Recuperado de: http://bibliotecadigital.udea.edu.co/bitstream/10495/181/1/MujerFeminidad.pdf