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jueves, 27 de septiembre de 2018

134 - LA SEXUALIDAD EN LA VIDA COTIDIANA



LA SEXUALIDAD EN LA VIDA COTIDIANA

Autores: 
Karem Gutiérrez Restrepo – kgutierrez28@estudiantes.areandina.edu.co


Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica 
                                                                                      Grupo: 405 IV semestre Psicología

En el siguiente ensayo se hablará sobre la sexualidad que vivimos día a día las personas, una sexualidad que empieza desde que nacemos hasta que morimos, tomando como punto importante la visión desde el psicoanálisis con los diferentes placeres en las zonas erógenas.

El impulso sexual es tan importante para nuestra vida que nos genera emociones, pensamientos, actitudes, sentimientos e incluye nuestras relaciones con los demás.
“El placer de mamar en el lactante (...) corresponde, desde un punto de vista psicoanalítico a un placer sexual” (Nasio, 1996, p.61). De aquí podemos partir que la zona erógena en el niño es la boca y que utiliza la succión para satisfacer dicha pulsión empleando el seno de la madre como objeto externo para saciar su deseo.

Posteriormente la zona erógena no solo va hacer la boca, sino que también pasará a ser el ano “De manera que la estimulación de la mucosa intestinal por las heces provoca sensaciones voluptuosas y placenteras en el niño” (Guzman Rivera, 2008, p.17). Esto ocurre cuando el niño tiene alrededor de dos años ya que en esta etapa empieza a aprender a controlar sus heces.

Seguidamente la zona erógena pasará a ser los genitales del niño (El pene en el niño y el clítoris en la niña) aquí Guzmán (2008) afirma: “ya se ha consumado una elección de objeto que originalmente es la madre para ambos sexos” (p.18). Esto quiere decir, que el infante empezará a tener un deseo incestuoso hacia su madre (el complejo de Edipo), deseo que será para toda la vida de una forma inconsciente (Nasio, 1996) . El niño aquí se encuentra entre los cuatro y los seis años, y manifiesta su interés por la zona erógena haciendo diferentes inquietudes que siempre van dirigidas a los genitales y que son tan frecuentes en los niños a esta edad.

Luego con el comienzo de la pubertad (etapa de la vida que empieza alrededor de los once años), la pulsión sexual se incrementará en las zonas erógenas como los genitales y su forma de complacer estos impulsos muchas veces se dará por medio de la masturbación, que es una actividad muy común en los adolescentes de hoy en día.

Vale aclarar que a partir de aquí cuando se habla de zona erógena no solo se hace referencia a los genitales de ambos sexos, sino que también se podrá observar que algunas zonas erógenas que se tuvieron en el pasado habrán evolucionado y se manifestarán en la vida adulta como se explicará a continuación.

Después de los doce y alrededor de los quince años los jóvenes empiezan a tener sus primeras relaciones, estas empiezan sentimentalmente intentando satisfacer de una forma parcial los impulsos que vienen del inconsciente. Aquí es donde se puede dar un buen ejemplo de como las zonas erógenas han evolucionado ya que se siente “placer de mirar, de mostrarse, de acariciar, de sentir el olor del otro” (Nasio, 1996, p. 61). Se puede tomar como referencia de esto y de la continuidad de las zonas erógenas cuando las parejas manifiestan placer y muestra de afecto mediante besos, ya que aquí están saciando un impulso que viene de una zona erógena que está presente desde el momento de nacer como es la boca. De aquí se puede inferir que el goce que se sentía al succionar cuando niños es remplazado por los besos a la pareja deseada.

En esta parte de la vida, la pareja del individuo se interpretará como un “objeto fantasmatizado” (Nasio, 1996, p.63). Objeto que está casi siempre presente en nuestros placeres parciales ya descritos anteriormente (besos, caricias, etc.). En este punto es válido aclarar que los objetos fantasmatizados u objetos de deseo cambian con los años, considerándose el seno materno como el primer objeto de placer.

Siguiendo con el tema de las parejas es importante definir varios términos que pueden ser un poco confusos al momento de hablar de la sexualidad  y que puede dejar más claro este punto. Estos conceptos son: la necesidad, el deseo y el amor. Aunque son conceptos muy distintos, al momento de asociarlos con las parejas se pueden confundir mucho, hasta el punto de explicarlos de la misma forma.

Una buena forma de empezar a explicar estos conceptos es con el de la “necesidad” ya que así se puede aclarar la diferencia entre placer orgánico y placer sexual. Partiendo de esto se puede decir que la “necesidad” es “la exigencia de un órgano cuya satisfacción se cumple realmente con un objeto concreto” (Nasio, 1996, p.62). De esta forma el concepto necesidad se daría para saciar un placer orgánico y un buen ejemplo de esto sería cuando se come pizza, tomando el hambre que se tenía antes de consumir el alimento como la necesidad orgánica y la pizza como el objeto en concreto para saciar este deseo.

Ahora se explicará el concepto de “deseo” partiendo de la explicación que “El deseo, en cambio, es una expresión de la pulsión sexual o, para decirlo mejor es la pulsión sexual misma” (Nasio, 1996, p. 62). Como pulsión sexual debe buscar siempre alcanzar el placer absoluto, esto como se explicó anteriormente es el incesto. Pero como el inconsciente nunca alcanza dicho placer, este se conforma en saciarlo con otro cuerpo que como el mismo, también tiene deseo. Un ejemplo de esto es el que se dio anteriormente de las parejas, ya que aquí ambas están saciando una pasión de deseo con la otra persona.

Ya por último se puede explicar el amor como “un apego al otro, pero de carácter global” (Nasio, 1996, p.63). A diferencia de la pulsión sexual (el deseo) que tiene su lugar de satisfacción en una zona erógena, el amor no tiene zona erógena explicita.

Teniendo estas palabras claras se empezará a hacer un análisis de cómo una relación entre dos personas pasa por dichos conceptos hasta lograr un gran apego que podría considerarse amor, saciando de esta forma el impuso sexual de ambos individuos que compone la relación.
 
Cuando dos personas empiezan una relación es porque sienten una atracción que podría traducirse en deseo.  Este deseo como se explicó anteriormente es una pulsión del inconsciente que se puede satisfacer con otra persona que también desea, en este caso la pareja. Otro punto importante que ya se explicó anteriormente y que se puede pasar a este ejemplo tan cotidiano  como es una relación, es la satisfacción parcial del deseo. Y es que el inconsciente al no poder descargar todo el impulso que tiene sexual, se conforma con utilizar la pareja como objeto de deseo y realizar acciones como los besos las caricias, las miradas, entre otras manifestaciones de afecto para saciar parcialmente dicho deseo.

Posteriormente en una relación, cuando ya lleva tiempo y muchos momentos de satisfacción parcial de deseos (como los mencionados anteriormente), empieza una clase de “conexión” o apego hacia esa persona. Esta conexión no necesita de una zona erógena ya que se trata de un apego meramente sentimental que en otras palabras y en los términos anteriormente descritos es el “amor”.  Este proceso que se acaba de describir, que empieza con una simple atracción y llega  a un “alto” nivel como es el amor, es la evolución de una relación de pareja, la cual se realiza de una forma inconsciente.

Con este trabajo se puede concluir que las pulsiones sexuales que vienen del inconsciente intervienen en muchos aspectos de nuestras vidas, ya que se puede decir que el ser humano está en una constante búsqueda de placer continuo, y el mejor ejemplo de esto es una relación de pareja. Porque cuando un individuo está en la búsqueda de conquistar a esa persona deseada, elementos como miradas o cariseas hacen parte de un placer parcial. Y no solo en el momento de conquista se siente estas clases de placer, ya que, al tener una relación establecida, con más razón, existe una gran confianza y se podrá satisfacer estos deseos partiendo de los besos y caricias iniciales hasta llegar a la relación sexual.

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Referencias


- Guzman Rivera, C. (2008). www.tesis.uchile.cl. Obtenido de http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2008/guzman_c2/sources/guzman_c2.pdf
- Nasio, J. D. (1996). El placer de leer a freud. España: Gedisa .




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