¿LA
NIÑA ENVIDIA LO QUE EL NIÑO TIENE?
Alexandra
Rodas Arango.
alexa-9707@hotmail.com
Manuela
Gómez Hurtado.
manugohu.015@gmail.com
Alejandra
Caicedo Peña.
alejacaicedo2@gmail.com
Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica
Grupo: 406 IV semestre Psicología
El psicoanálisis es una práctica terapéutica que permite explorar
el aparato psíquico de cada individuo, el máximo exponente de este enfoque
psicoanalítico fue el médico neurólogo Sigmund Freud. Él expone en su teoría, como el
sentido sexual se manifiesta por medio de las pulsiones, actos fallidos, los
sueños, entre otros. Dentro de su teoría hace una distinción de la sexualidad
entre el hombre y la mujer. Donde plantea cómo
el hombre es superior por poseer el falo y la mujer reconoce su inferioridad
por no poseerlo y enterarse de su castración.
En el siguiente ensayo abordaremos la posición que tomó Freud
acerca de la feminidad, y cómo esta teoría le ha permitido al psicoanálisis construir un
“estereotipo” de mujer. Teniendo en cuenta que es por medio de los síntomas de
la histeria como ella llamo su atención, iniciando así sus investigaciones con respecto a la feminidad. Realizaremos una crítica
partiendo desde bases teóricas de autores y nuestra subjetividad
argumentativa, con énfasis en el planteamiento que creo Freud y las
implicaciones que han tenido en el comportamiento y la psique de la mujer.
El escritor Arturo de la pava menciona en su artículo ¿Qué es una
mujer… para el psicoanálisis? lo siguiente:
La teoría psicoanalítica
sobre lo femenino ha tenido grandes tropiezos desde sus inicios. Freud propuso
un enfoque que fue y es considerado de machista por las corrientes feministas
de todos los tiempos, y con razón, al promover la envidia del pene como
condicionante de lo femenino. La niña envidia lo que el niño tiene: el pene.
(De la pava, 2006, p. 170).
Partiendo de esta posición, podemos identificar que Freud generó una
desigualdad entre el hombre y la mujer, clasificándolos como seres diferentes y
poniendo al hombre como partidario del poder. Podríamos deducir que la posición
que presentaba Freud ante la feminidad pudo surgir por sus creencias religiosas
y culturales en el judaísmo, ya que para esta religión la mujer es menos y esto
llego a influir en sus fundamentos teóricos psicoanalíticos.
Ella, la mujer judía, está siempre
al margen del saber simbólico de su religión: ellas no leen La Torá, no rezan, están en la parte
posterior en las sinagogas, no tienen ningún derecho en la liturgia judía, no
son circuncidadas, por lo tanto, no tienen un rito de iniciación, no se lo
merecen, se quedan al margen. Además no pueden ser rabinos. Son matronas del
hogar y es una obligación para las mujeres judías permanecer fieles y esclavas
al hogar. ¿Entonces, cómo una mujer judía no va envidiar ser hombre? Ellos, que
lo tienen todo. (De la pava, 2006, p. 185).
Este autor
nos permite evidenciar que las bases que Freud tenía para la estructuración de
su teoría pudieron partir desde sus creencias personales, ya que su ideología
en el judaísmo recrea en el psicoanálisis
una posición de inferioridad en la mujer. Sin embargo, fueron ellas el primer
sujeto de estudio que él tuvo y le permitieron el desarrollo del psicoanálisis,
y así pudiendo iniciar con la investigación de la histeria.
La histeria
es una enfermedad nerviosa, que se daba con más frecuencia en mujeres que en
hombres, con la aparición de varios síntomas corporales como lo son el dolor,
parálisis, ataques convulsivos, alteraciones en la sensibilidad, contractura,
etc. Freud al observar que la medicina no generaba soluciones para la
erradicación de la histeria en los pacientes, con la ayuda de su colega Josef
Breuer practicaban la hipnosis como tratamiento que podía desaparecer los
síntomas histéricos, permitiendo la manifestación de los pensamientos
reprimidos (represión sexual) los cuales eran los causantes directos de la
patología.
Fue a través de sus síntomas
histéricos como la mujer llamó la atención sobre su cuerpo. Los síntomas
histéricos pusieron en tela de juicio a la neurología de la época y aún hoy la
cuestionan. Los síntomas disociados, conversivos y psicosomáticos son “reales”,
pero no corresponden a las redes del sistema nervioso central. La histeria
destituye el saber médico, altera las leyes de la ciencia neurológica al
señalarles su error, y a los mapas de la sensibilidad y de la motricidad del
sistema nervioso, los “altera”. Inclusive fue ese cuerpo femenino el que,
subvirtiendo el saber médico, fundó el psicoanálisis. (De la pava, 2006, p.
170)
Es por medio de esta referencia teórica en la cual podemos
analizar, que las causas que Freud identificó para la histeria surgían desde
sus premisas, y que el tratamiento que ejercía ante ellas era poco eficaz, ya
que en algunos de sus pacientes no lograban la erradicación total de la
patología. Freud, no se refiere sólo a las mujeres como histéricas, sino que
también identifica en ellas el complejo de castración.
Cuando la niña percibe la diferencia
entre los genitales de ambos sexos, surge la envidia del pene, ya que se siente
perjudicada porque hay en ella una gran estimación por el pene del varón; tanto
que sus comportamientos y manifestaciones apuntan inicialmente al deseo de ser
un muchacho (Colorado, Arango, Fernández, 1998).
Freud, planteó que en la vida sexual de los niños y las
niñas se crea una suposición de que las mujeres también son poseedoras de un
pene, y cuando se observa esa diferencia genital surge el complejo de
castración. Este complejo consta de dos variables, la primera depende del azar
y de forma inconstante, y surge cuando ellas perciben que no tienen pene. La
segunda variable depende de la diferencia anatómica y no sucede por la
comparación, la madre es la causante de esta.
En la construcción del complejo de castración para Freud existieron
muchos vacíos que no le permitieron tener una posición clara frente al tema,
puesto que en una variable la niña percibe que no posee un pene, pero, ¿esto
cómo podría suceder?, sí se necesita de una comparación con el otro para darse
cuenta de que no lo posee, y posteriormente se refiere a la comparación
inconsciente de la madre al crear la castración en ella (De la pava, 2006).
“Freud se disculpa por ser confuso y contradictorio al no lograr una exposición
universalmente válida. De esta variabilidad surge la imposibilidad de dar una
definición universal de la mujer.” (De la pava, 2006, p. 172)
¿Cómo es posible que Freud haya establecido en la sociedad,
la posición de inferioridad en las mujeres?, partimos de la postura de que
algunas mujeres desconocen la definición de feminidad, y carecen de empoderamiento,
lo cual ha permitido la aceptabilidad de teorías que generan una variabilidad
de supuestos de la “verdadera” definición de feminidad. Freud, es poco contundente
a la hora de realizar su plantación
acerca de la feminidad, puesto que siempre que se manifiesta ante ella,
la observa desde una posición de inferioridad, sumisión y comparación con el
hombre, haciendo visible el falocentrismo. Además, el enfoque que tenía acerca
de su interpretación de mujer parte desde sus creencias religiosas y
subjetivas, es decir, desde el judaísmo; lo cual hace que esta concepción no
tenga gran aceptación en muchos de los autores de la actualidad, puesto que en
la sociedad moderna se está construyendo otra posición de lo que puede ser la
feminidad, donde se plantea una equidad de género y no igualdad, que ve a las
mujeres diferentes a los hombres, pero con las mismas capacidades y derechos.
Frente a los planteamientos expuestos y las incógnitas
generadas que surgieron en la redacción del ensayo, vale la pena resaltar, que
como estudiantes de psicología aun poseemos falencias que no nos permitieron
generar una crítica más objetiva ante Sigmund Freud, sin embargo nos apropiamos
de una posición de acuerdo a nuestros aprendizajes actuales y también
resaltamos la importancia de tomar a otros referente teóricos como sustento de
nuestra posición. La posición que empleamos no va en contra de toda la teoría
creada por Freud, solo refuta la visión que desarrolla él en la mujer, ya que
nos sentimos incomodas y agredidas de ser calificadas así por una teoría y
comparadas con los hombres. Vale la pena aclarar que no creamos una postura de
agresión hacia los hombres, sencillamente ya es justo que las mujeres seamos
vistas desde otras percepciones, no como creaciones a imagen y semejanza de
ellos. “Cualquiera que conozca algo de historia sabe que los grandes cambios
sociales son imposibles sin el ímpetu femenino. El progreso social puede ser
medido con precisión por la posición de las mujeres en la sociedad.” – Karl
Marx.
_______________
Referencias bibliográficas.
- De la pava, A. (2006). ¿Qué es una
mujer…para el psicoanálisis? Desde el
jardín de Freud, 6, 170 – 189. Recuperado de: https://Dialnet-Que Es Una
Mujer Para Psicoanalisis-2923307%20(2).pdf
- Colorado, M., Arango, L. &
Fernandéz, S. (1998). Mujer y feminidad.
Recuperado de: http://bibliotecadigital.udea.edu.co/bitstream/10495/181/1/MujerFeminidad.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario