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jueves, 27 de septiembre de 2018

133 - ¿LA NIÑA ENVIDIA LO QUE EL NIÑO TIENE?




¿LA NIÑA ENVIDIA LO QUE EL NIÑO TIENE?

Alexandra Rodas Arango.
alexa-9707@hotmail.com
Manuela Gómez Hurtado.
manugohu.015@gmail.com
Alejandra Caicedo Peña.
alejacaicedo2@gmail.com

Fundación Universitaria del Área Andina - Pereira
Materia: Psicología Clínica Psicoanalítica 


                                                                                      Grupo: 406 IV semestre Psicología


El psicoanálisis es una práctica terapéutica que permite explorar el aparato psíquico de cada individuo, el máximo exponente de este enfoque psicoanalítico fue el médico neurólogo Sigmund Freud. Él expone en su teoría, como el sentido sexual se manifiesta por medio de las pulsiones, actos fallidos, los sueños, entre otros. Dentro de su teoría hace una distinción de la sexualidad entre el hombre y la mujer. Donde plantea cómo el hombre es superior por poseer el falo y la mujer reconoce su inferioridad por no poseerlo y enterarse de su castración. 

En el siguiente ensayo abordaremos la posición que tomó Freud acerca de la feminidad, y cómo esta teoría le ha permitido al psicoanálisis construir un “estereotipo” de mujer. Teniendo en cuenta que es por medio de los síntomas de la histeria como ella llamo su atención, iniciando así sus investigaciones con respecto a la feminidad. Realizaremos una crítica partiendo desde bases teóricas de autores y nuestra subjetividad argumentativa, con énfasis en el planteamiento que creo Freud y las implicaciones que han tenido en el comportamiento y la psique de la mujer.

El escritor Arturo de la pava menciona en su artículo ¿Qué es una mujer… para el psicoanálisis? lo siguiente:

La teoría psicoanalítica sobre lo femenino ha tenido grandes tropiezos desde sus inicios. Freud propuso un enfoque que fue y es considerado de machista por las corrientes feministas de todos los tiempos, y con razón, al promover la envidia del pene como condicionante de lo femenino. La niña envidia lo que el niño tiene: el pene. (De la pava, 2006, p. 170).

Partiendo de esta posición, podemos identificar que Freud generó una desigualdad entre el hombre y la mujer, clasificándolos como seres diferentes y poniendo al hombre como partidario del poder. Podríamos deducir que la posición que presentaba Freud ante la feminidad pudo surgir por sus creencias religiosas y culturales en el judaísmo, ya que para esta religión la mujer es menos y esto llego a influir en sus fundamentos teóricos psicoanalíticos.

Ella, la mujer judía, está siempre al margen del saber simbólico de su religión: ellas no leen La Torá, no rezan, están en la parte posterior en las sinagogas, no tienen ningún derecho en la liturgia judía, no son circuncidadas, por lo tanto, no tienen un rito de iniciación, no se lo merecen, se quedan al margen. Además no pueden ser rabinos. Son matronas del hogar y es una obligación para las mujeres judías permanecer fieles y esclavas al hogar. ¿Entonces, cómo una mujer judía no va envidiar ser hombre? Ellos, que lo tienen todo. (De la pava, 2006, p. 185).

Este autor nos permite evidenciar que las bases que Freud tenía para la estructuración de su teoría pudieron partir desde sus creencias personales, ya que su ideología en el judaísmo recrea en el psicoanálisis una posición de inferioridad en la mujer. Sin embargo, fueron ellas el primer sujeto de estudio que él tuvo y le permitieron el desarrollo del psicoanálisis, y así pudiendo iniciar con la investigación de la histeria.

La histeria es una enfermedad nerviosa, que se daba con más frecuencia en mujeres que en hombres, con la aparición de varios síntomas corporales como lo son el dolor, parálisis, ataques convulsivos, alteraciones en la sensibilidad, contractura, etc. Freud al observar que la medicina no generaba soluciones para la erradicación de la histeria en los pacientes, con la ayuda de su colega Josef Breuer practicaban la hipnosis como tratamiento que podía desaparecer los síntomas histéricos, permitiendo la manifestación de los pensamientos reprimidos (represión sexual) los cuales eran los causantes directos de la patología.

Fue a través de sus síntomas histéricos como la mujer llamó la atención sobre su cuerpo. Los síntomas histéricos pusieron en tela de juicio a la neurología de la época y aún hoy la cuestionan. Los síntomas disociados, conversivos y psicosomáticos son “reales”, pero no corresponden a las redes del sistema nervioso central. La histeria destituye el saber médico, altera las leyes de la ciencia neurológica al señalarles su error, y a los mapas de la sensibilidad y de la motricidad del sistema nervioso, los “altera”. Inclusive fue ese cuerpo femenino el que, subvirtiendo el saber médico, fundó el psicoanálisis. (De la pava, 2006, p. 170)

Es por medio de esta referencia teórica en la cual podemos analizar, que las causas que Freud identificó para la histeria surgían desde sus premisas, y que el tratamiento que ejercía ante ellas era poco eficaz, ya que en algunos de sus pacientes no lograban la erradicación total de la patología. Freud, no se refiere sólo a las mujeres como histéricas, sino que también identifica en ellas el complejo de castración.

Cuando la niña percibe la diferencia entre los genitales de ambos sexos, surge la envidia del pene, ya que se siente perjudicada porque hay en ella una gran estimación por el pene del varón; tanto que sus comportamientos y manifestaciones apuntan inicialmente al deseo de ser un muchacho (Colorado, Arango, Fernández, 1998).

Freud, planteó que en la vida sexual de los niños y las niñas se crea una suposición de que las mujeres también son poseedoras de un pene, y cuando se observa esa diferencia genital surge el complejo de castración. Este complejo consta de dos variables, la primera depende del azar y de forma inconstante, y surge cuando ellas perciben que no tienen pene. La segunda variable depende de la diferencia anatómica y no sucede por la comparación, la madre es la causante de esta.  En la construcción del complejo de castración para Freud existieron muchos vacíos que no le permitieron tener una posición clara frente al tema, puesto que en una variable la niña percibe que no posee un pene, pero, ¿esto cómo podría suceder?, sí se necesita de una comparación con el otro para darse cuenta de que no lo posee, y posteriormente se refiere a la comparación inconsciente de la madre al crear la castración en ella (De la pava, 2006). “Freud se disculpa por ser confuso y contradictorio al no lograr una exposición universalmente válida. De esta variabilidad surge la imposibilidad de dar una definición universal de la mujer.” (De la pava, 2006, p. 172)

¿Cómo es posible que Freud haya establecido en la sociedad, la posición de inferioridad en las mujeres?, partimos de la postura de que algunas mujeres desconocen la definición de feminidad, y carecen de empoderamiento, lo cual ha permitido la aceptabilidad de teorías que generan una variabilidad de supuestos de la “verdadera” definición de feminidad. Freud, es poco contundente a la hora de realizar su plantación acerca de la feminidad, puesto que siempre que se manifiesta ante ella, la observa desde una posición de inferioridad, sumisión y comparación con el hombre, haciendo visible el falocentrismo. Además, el enfoque que tenía acerca de su interpretación de mujer parte desde sus creencias religiosas y subjetivas, es decir, desde el judaísmo; lo cual hace que esta concepción no tenga gran aceptación en muchos de los autores de la actualidad, puesto que en la sociedad moderna se está construyendo otra posición de lo que puede ser la feminidad, donde se plantea una equidad de género y no igualdad, que ve a las mujeres diferentes a los hombres, pero con las mismas capacidades y derechos.

Frente a los planteamientos expuestos y las incógnitas generadas que surgieron en la redacción del ensayo, vale la pena resaltar, que como estudiantes de psicología aun poseemos falencias que no nos permitieron generar una crítica más objetiva ante Sigmund Freud, sin embargo nos apropiamos de una posición de acuerdo a nuestros aprendizajes actuales y también resaltamos la importancia de tomar a otros referente teóricos como sustento de nuestra posición. La posición que empleamos no va en contra de toda la teoría creada por Freud, solo refuta la visión que desarrolla él en la mujer, ya que nos sentimos incomodas y agredidas de ser calificadas así por una teoría y comparadas con los hombres. Vale la pena aclarar que no creamos una postura de agresión hacia los hombres, sencillamente ya es justo que las mujeres seamos vistas desde otras percepciones, no como creaciones a imagen y semejanza de ellos. “Cualquiera que conozca algo de historia sabe que los grandes cambios sociales son imposibles sin el ímpetu femenino. El progreso social puede ser medido con precisión por la posición de las mujeres en la sociedad.” – Karl Marx.

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Referencias bibliográficas.

- De la pava, A. (2006). ¿Qué es una mujer…para el psicoanálisis? Desde el jardín de Freud, 6, 170 – 189. Recuperado de: https://Dialnet-Que Es Una Mujer Para Psicoanalisis-2923307%20(2).pdf
- Colorado, M., Arango, L. & Fernandéz, S. (1998). Mujer y feminidad. Recuperado de: http://bibliotecadigital.udea.edu.co/bitstream/10495/181/1/MujerFeminidad.pdf




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