Ladrón que roba.
Está aquí, allá y en mi pasado,
Me sigue cuando voy por la calle,
Siento que estoy asustado,
A la señal lo llamo con la mirada y cae.
Esta adelante, está atrás,
Con mi novia me ataca,
Al dormir aparece en mis sueños,
Está en mi mente y me roe como una rata.
Está en mi mente y me roe como una rata.
Me tiene asustado intensamente,
Creo que estoy débil,
No creo que pueda hacerle frente,
Más no he hallado el nido donde se encuentre.
Carlos Enrique Correa L.
4 de junio de 2011
El sentido inconsciente del ladrón
Un paralelo con la “infidelidad”
Venimos trabajando el concepto de “infidelidad” como algo que no está tan claro, más bien es supuesto y entendido de manera propia, ya vimos la religión y la lengua española qué nos dicen sobre este tema, despejamos varias dudas que el mismo nos suscita y dejamos evidente el hecho de que es una falta de lealtad tras un acuerdo preestablecido que la fe católica lo estipula como el matrimonio, y la sociedad lo vive como el contacto sexual-afectivo por fuera de la pareja.
Ver la “infidelidad” o mejor la falta de lealtad por un acuerdo preestablecido implícita o explícitamente como un robo, sentido subjetivamente por el afectado, y que el ladrón se ve en la necesidad de consumar o mantener tal acto, es una ambición y un reto que me propondré a desarrollar en el siguiente trabajo, bajo el supuesto de que el “infiel” es un ladrón y su pareja, víctima de un robo sentido subjetivamente o mejor que le han quitado algo que le pertenece.
Del mismo modo, en el presente trabajo trataré la angustia en la pareja desde el psicoanálisis, del lado del ladrón, la veríamos como un vacío que demanda ser colmado, y para la víctima una angustia por la desestabilización a la que el hecho de la infidelidad conlleva.
Carlos Enrique Correa Lagos