La Casada Infiel
Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.
Federico García Lorca, 1928
LOS CELOS, LA INFIDELIDAD Y EL ENCUENTRO CON TENDENCIAS SEXUALES INCONSCIENTES AMBIVALENTES
En esta gran tarea que nos hemos emprendido el cartel “la familia contemporánea” de mirar algunos elementos para trabajarlos a todos los niveles, me he encontrado con exigencias o mejor, anuncios simbólicos que me llevan a caminar por varios senderos, en esta oportunidad me reencontré con un tema anunciado en una ocasión pasada, el de los celos en la “infidelidad”. Desarrollaré algunos comentarios sobre este tema agregándole otro elemento, los sentimientos ambivalentes que Freud llama en alguna parte para referirse a que no se está en una posición psíquica fija e inmovible, decir, desorden u orden, bien o mal, etc. Sino que vacilamos entre las dos, una queda reprimida y la otra es la que se presenta de manera manifiesta.
Este tema tiene mucho que explorar, pero esa no es mi intención en esta oportunidad. Lo que aprovecharé para decir es entorno a los celos principalmente, no sin antes mencionar que el texto de La Novela Familiar del Neurótico, escrito por Freud entre 1908-1909, ha sido desde el principio de gran utilidad para todo mi trabajo, en este texto él menciona entre otros temas, los celos que siente el niño o la niña inconscientes, fantasiosos e imaginarios y de allí arman toda una trama novelesca para con sus padres:
tanto la esencia misma de la neurosis como la de todo talento superior tienen por rasgo característico una actividad imaginativa de particular intensidad que, manifestada primero en los juegos infantiles, domina más tarde, hacia la época prepuberal, todo el tema de las relaciones familiares. (1)
es por eso que él insiste en la importancia de la familia en toda la vida psíquica inconsciente de los humanos, pues esta determina su futura relación con el mundo y con el otro, ya Lacan ha desarrollado los discursos que hablan de ello y que nombra como las maneras que tiene cada sujeto para formar lazo social, y lo dice así “el inconsciente es el inconsciente del Otro”, siendo esto una afirmación para estudiar y que yo en el momento entiendo como que el sujeto es nacido en su relación con el otro y consecuentemente con el Otro que en la mayoría de sujetos es la Madre.
Volviendo al tema de los celos, la infidelidad y los sentimientos o tendencias sexuales ambivalentes que se dan en las relaciones familiares humanas veo pertinente resaltar y volver a nombrar lo que deja ver Freud en La Novela Familiar sobre el tema:
Con el conocimiento de los procesos sexuales surge en el niño la tendencia a imaginarse situaciones y relaciones eróticas, tendencia que es impulsada por el deseo de colocar a la madre -objeto de la más intensa curiosidad sexual- en situaciones de secreta infidelidad y de relaciones amorosas ocultas. (2)
Me llama mucho la atención este fragmento del texto ya que Freud dice que el niño “imagina” esas situaciones eróticas, y aquí es muy importante detenernos y pues el registro imaginario es el más débil y sujeto a derrumbamientos, es decir, a cambios, a sustituciones porque es ficticio, endeble. Pensando esto:
Los hermanos menores son los que más particularmente tienden a utilizar estas creaciones imaginativas para privar a los hermanos mayores de sus prerrogativas (igual que sucede en las intrigas históricas) y a menudo no vacilan en adjudicar a la madre tantas relaciones amorosas ficticias como competidores fraternos encuentran. Puede darse entonces una interesante versión de esta novela familiar, en la cual su
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(1) Freud. S. (1908-1909), La Novela Familiar del Neurótico, obras completas versión electrónica.
(2) Ibíd.
Escrito por: Carlos Enrique Correa Lagos en el cartel psicoanalítico de La Familia Contemporánea, Viernes 5 de agosto del 2011